EL ESCOCISMO Y LAS ORDENES DE SABIDURÍA. UNA APROXIMACIÓN


             EL
ESCOCISMO Y LAS ORDENES DE SABIDURÍA. UNA APROXIMACIÓN

Como parte de mi trabajo sobre el origen y desarrollo de las Ordenes de Sabiduría del llamado Rito Moderno o Francés, he tenido que entrar en el fondo ritual que aporta el Arca de la Vª Orden que nos ofrece la oportunidad de examinar 81 rituales correspondientes  a otros grados de muy diversa concepción místico- ritual y practicados por distintos organismos y personalidades del mundo masónico del siglo XVIII de Francia.

En esa inmersión para explicar las Ordenes de Sabiduría, partiendo de la premisa de que en siglo XVIII hubo dos masonerías, una simbólica, que conocemos con bastante profundidad y que se desarrolló en medio de un amplio conjunto de logias que identificamos y podemos describir hasta los arquetipos simbólicos y rituales que utilizaron para desarrollar sus metas, en cambio tenemos una Alta Masonería, circunscrita a alta élite masónica escondida bajo el manto del escocismo, que no se deja fácilmente domeñar para comprender sus oscuros orígenes y desarrollos, así como sus metas.. de lo estudiado hasta ahora quedan dos cosas claras su defensa de la religión y su militancia jacobita.

El trabajo no ha hecho nada más que empezar, y de esos primeros comienzos esta reflexión.

Sobre el llamado escocismo del siglo XVIII.

Al adentrarnos en el tema, lo primero que se nos salta a la cabeza es la ligazón del término escocismo con Escocia, pero no, los llamados sistemas escocistas nada o poco tienen que ver con dicho país, sino más bien con Francia donde la presencia de masones estuardistas escoceses refugiados en dichas tierras fue más que notoria durante la segunda mitad del siglo XVII, lo cual fue increscendo al exilarse por completo la dinastía estuardista con Jacobo II a la cabeza.

Además, en una en Gran Bretaña, donde la lucha político-religiosa entre protestantes del partido Hannover, en el poder desde 1688, y católicos escoceses del partido Stuart, fueron un hecho, y no menor fue su empeño en hacerse por la fuerza de las armas con el gobierno de Inglaterra. Por no hablar de la presencia e influencia en todo este embrollo tanto de irlandeses como de los propios escoceses, aunque estos último tuvieran menos pito que tocar.

En este contexto no se puede obviar la omnipresencia de un agente de la diplomacia secreta de los Estuardos en el exilio, como es la figura del caballero Ramsay,[1] al cual la historiografía masónica ha señalado como punto de partida de la autodenominada corriente escocista que fue tomando impulso a partir de la publicación de sus Discursos en 1736 dictados por el propio Ramsay ante una asamblea de la Gran Logia de Francia, y cuya filosofía puede encontrase también en su novela Les voyages de Cirus.[2]


No deja de ser curiosa y hasta paradójica la cuestión, puesto que pese a su profusión y uso, este estado de la cuestión no parece preocupar a casi nadie, dado que, consultados distintos diccionarios y enciclopedias buscando la explicación a ese fonema al menos desde la vertiente filológica o historicista, pues resulta que existe poca inclinación a dar cabal explicación a cerca de su significado, y máxime cuando resulta un término cuando menos controvertido, y que algunos autores han despachado de un plumazo argumentando que se trata simplemente de un «sistema de grados de los Altos Grados».

Ya lo había comentado en su momento Paul Valéry «las palabras pierden su sentido y su mesura, al igual que aumentan su valor».

Y por eso, otros autores cuando intenta explicar la cuestión rápidamente la anexionan al Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), y de ello tenemos un claro ejemplo en la página web del Vocabulario Masónico, del Museo Virtual de la Historia de la Masonería, donde se expone sin ambages, que se trata de la «Francmasonería de los Altos Grados inspirada en la tradición caballeresca».

Pero incluso algunas estructuras masónicas alineadas bajo la bandería de sello escocista se quedan tan anchas con explicaciones de esta naturaleza: «el Escocismo es una filosofía práctica, o al menos practicable. En consecuencia, cabría referirse a nuestro Rito como una filosofía-social positivizable, antecedente histórico de las llamadas ciencias sociales, que supera y trasciende a las viejas dicotomías escolásticas».[3]

No debiera sorprendernos estas cuestiones pues lo exponía no hace mucho el historiador especialista en dicho período, André Kervella: «El término Escocia es un hecho y cuyo término es omnipresente en la Masonería, está en el nombre de sus rituales (Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Rito Escocés Rectificado) y también en muchos de sus grados (Maestro Escocés, etc., pero los masones nunca han tenido claro los orígenes y las características de esta cepa del siglo XVIII, y claro ¿Sí no sabes de dónde vienes, ¡es difícil definir quién eres!?


En el famoso diccionario de Daniel Ligou, este expone que es «una de las llaves de la masonería y también una de las más oscuras…El escocismo corresponde a la profusión de grados masónicos llamados Superiores a los tres grados simbólicos…». También en el formato televisivo se puede oír y ver a notorios escocistas como André Kervella, Robert Kalbach los cuales hacen patentes sus opiniones.[4]

La Wikipedia, en este caso, la francesa, expone que el término escocismo «designa la práctica de los diversos Altos Grados masónicos que aparecieron en la masonería francesa mediados del siglo XVIII, y será en 1743, trece años después de la aparición del Prichard, y que venía a condenar por parte de la primera Gran Logia de Francia cuando se teste la primera mención de tal apelativo al reprender un cierto esnobismo, en tanto que Habiendo aprendido recientemente que algunos hermanos se presentan bajo el título de Maestro Escocés y reclaman, en ciertas logias, derechos y privilegios...» unos años más tarde lorecoge la divulgación L'ordre des francs-maçons trahi».

Irene Mainguy reseña que autores como Piovesan o Donzac, prefieren utilizar otras acepciones para poder hablar sin limitaciones ni trampas, sobre rituales y sistemas de nuevo cuño.

De esa misma opinión es Pierre Mollier, otro notorio masón que expone ante el término Ecossais, lo siguiente «A este término se le atribuyen en la masonería múltiples acepciones, pero siempre bajo un halo de prestigio y misterio. Los masones incluso acuñaron el igualmente esquivo neologismo "escocés" cuando se intenta encajarlo en una definición más precisa. Primero debemos olvidar el sentido común: de Escocia. El calificativo escocés aplicado a ciertos grados o ritos masónicos no implica directamente un origen geográfico. A menudo se ha dicho, con alguna razón, que las filas "escocesas" eran típicamente francesas. Para tratar de captar lo que engloba el término escocés en la masonería, primero es necesario recordar los sucesivos significados que la palabra pudo haber tenido en las logias.


Cronológicamente, Escossais es ante todo el nombre de uno de los más antiguos Altos Grados de la masonería. «Será en París, el 11 de diciembre de 1743, donde encontremos la primera evidencia de la existencia de la palabra. La Gran Logia de Francia advierte a los hermanos contra lo que le parece una novedad: Habiendo sabido recientemente que algunos hermanos se presentan bajo el título de maestro escocés y reclaman, en ciertas logias, derechos y privilegios...».

En 1744, en la divulgación L' Ordre des Francs-Maçons Trahi..., el Abbé Pérau confió: «No ignoro que hay un vago rumor entre los francmasones, acerca de cierta orden que ellos llaman los escoceses, superior a lo que se pretende, a los masones ordinarios y que tienen sus ceremonias y sus secretos aparte». Parece haber habido desde el principio, varias escuelas en cuanto a las ceremonias y secretos particulares de los escoceses.

Así, en París, el misterioso grado del Abbé Pérau, y quien inicialmente fue condenado por la Gran Logia de Francia en 1743 es, con toda probabilidad, el que conocemos con el nombre de Escocés de los 3 JJJ, todavía llamado Ecossais de París o Ecossais de Clermont.

Serie que parece haber practicado originalmente otro tipo de grado escocés llamado " de la Voute", ya desde muy temprano presentado como Masonería de Perfección, este "Ecossais de Perfection", versión francesa del Royal-Arch británico, retoma un tema clásico del esoterismo judeocristiano. Revela la existencia de una palabra perdida, el verdadero nombre de Dios, preciosamente conservado en una bóveda secreta escondida bajo el Templo de Salomón.

Estos grados de escocistas siempre han tenido gran importancia en la masonería de los Altos Grados.

Por extensión, desde mediados del siglo XVIII, los términos escocés o escocismo se convierten en sinónimos de altos grados, independientemente del sistema en cuestión. Este significado es probablemente el más legítimo, en todo caso el más lógico. A principios del siglo XIX, cuando el Gran Capítulo General de Francia, establecido como cámara suprema del Rito Francés, debía enfrentarse a la idoneidad de un nuevo Rito que se llamaría "escocés", y reivindicaría a gritos su "escocismo" y su perfecta regularidad escocesa.

Tal vez basada esa reivindicación en los antiguos grados post-magistrales, estricto sensu, cuya presencia se denota ya en 1730 con las primeras trazas de los «Scott Máster», de los cuales ya se habla en Londres al referirse a un a tenida de los Scott Master Lodge «En 1735, en Bath (Somerset), en Bear Inn, doce hermanos fueron nombrados como tal por la Logia No. 113. En 1736, todavía en Londres, en el Covent Garden, se informó de una recepción en la logia francesa de St George of Observance. nº 49. En 1740 se menciona en Londres a los Maestros Escoceses (Lodge of Antiquity) antigua logia Goose and Gridiron , luego No. 1 , luego No. 2 ), en Bristol y Salisbury».[5]

Toda esa molienda, no quepa la menor duda, que viajó al Continente, aunque nos queda por definir las vías por las cuales llegó a Francia, tal vez una buena parte llegara en los petates de los masones jacobitas exiliados en Francia,


Aunque no es menos cierto que esa presencia «escocesa» se deja notar en incipientes creaciones ex novo que se fueron dando a lo largo del territorio francés, como la Logia Escocesa de Berlín (1742), y en esos extraños condominios empezaron hacer su aparición extraños grados como el llamado Caballero de la Orden de San Andrés o Caballero Escocés, de esta manera se pueden seguir las diversas huellas de ese «escocismo», por ejemplo cuando el clérigo Gabriel Louis Pérau en la divulgación de 1743: L’ordre des francs-maçons trahi expone: «Soy consciente de que hay un vago rumor entre los francmasones acerca de cierta orden a la que llaman los escoceses, superior a lo que se dice que son los francmasones ordinarios, y que tienen sus ceremonias y sus secretos aparte », y como tal terminará institucionalizándose un sistema en cuatro grados, tras la maestría: Maestro Perfecto, Maestro Irlandés, Maestro Elegido y Maestro Escocés.

Entre 1745 y 1750 en tierras francesa empieza a ser conocida la presencia de diversas estructuras masónicas que aglutinan diversos desarrollos escoceses, por ejemplo, se tiene noticias de una logia escocesa en Toulouse, que se cree practicaba el grado Escocés de las JJJ 1760.

Luego tenemos en Marsella un cuerpo masónico llamado la Mère Loge Ecossaise. Esta denominación manifiesta la legitimidad que reclama la Logia Madre para todos los grados incluidos los Altos Grados, de la cual se tiene noticia que practicaba un sistema de siete de los grados más clásicos: Aprendiz, Compañero, Maestro, Maestro Perfecto, Elegido, Escocés y Caballero de Oriente.


La Logia Madre Escocesa de Lyon de 1746, la Perfecta Logia Escocesa de Marsella (1749) La Gran Logia Escocesa de Rouen (1750), la Logia Concordia Escocesa de Tours (1745) la logia los Fieles Escoceses de Toulouse (1747) y ya en 1750 se registra la existencia de una logia de Escoceses Trinitarios que solicitan incorporarse a los trabajos de la Gran Logia Madre Escocesa de Burdeos. Algunas de estas grandes Logias Madre, tuvieron un importante grado de influencia en sus lugares de origen, tanto en lo masónico como en lo social, e incluso algunas de ellas contaron con el plus de la proyección de sus quehaceres masónicos por media Francia, incluida la capital parisina

A principios del siglo XIX, la corriente masónica liderada por las Logias Madre Escocesas se fue fusionando, con mejor o peor suerte, con el Rito Antiguo Aceptado, o sea se fusionó con la versión francesa de la Masonería de los Antiguos en su arribada desde las Antillas y los Estados Unidos, sobre manera a través de la molienda de los masones provenientes de Santo Domingo.


Los usos "escocés" y "Antiguo y Aceptado" se fusionaron finalmente en un nuevo rito que dio como resultado en cuanto a la publicación de textos denominado: Guide des Maçons Éscossais.

Texto de referencia para los grados simbólicos de esta nueva implantación: Rito Escocés Antiguo Aceptado, por lo cual, poco a poco el término escocés pasó a confirmarse como el Rito Escocés Antiguo Aceptado, ya fuera en relación con la masonería simbólica o a los grados superiores.

Sin embargo, el significado de la palabra es puramente francés, ya que en la mayoría de los países el antiguo Rito Escocés Antiguo y Aceptado ha permanecido como era originalmente, es decir, exclusivamente como un sistema de Altos Grados.

Al final de esta breve reseña histórica, cabe preguntarse si no sería adecuado reservar el término “escocismo” para la masonería de los Altos Grados, independientemente del sistema de que se trate: Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Rito Escocés Rectificado o el Rito Francés en los referido a las Órdenes de Sabiduría.

Quedan aún muchas dudas sobre el origen del término escocismo, y por tanto queda por hacer la siguiente pregunta acerca del por qué los primeros masones especulativos en la década de 1730 bautizaron el grado terminal donde se revelaron los más altos secretos de la Orden. ¿De Maestra Escocesa?

Tal vez la huella de Scot Masters en algunas logias inglesas pueda ser la explicación cabal a esa razonable duda, hasta es más que probable que estos fueran conscientes del papel esencial de la masonería operativa escocesa en la formación de la francmasonería especulativa moderna.

Aunque hoy los «usos masónicos "escoceses" ya no tienen nada que ver con Escocia, no fue lo mismo en los inicios de la masonería especulativa donde este calificativo honraba el origen geográfico -muy real- de los más profundos misterios de la Orden».[6]

A la vista de lo leído, y las notables ausencias en los que respecta a este término, se puede decir que el tema es como dice la misma Irene Mainguy ¡Irresoluble ¡

Por tanto, debemos conformarnos con lo que tenemos, e incluso con lo que intuimos y seguir avanzando en el estudio de todo este material que tenemos por delante, sin que tengamos muy clara y nítida una definición sobre dicho fonema en lo que respecta a sus distintas vertientes filológica o filosófica.

Víctor Guerra. Vª Orden, 9º Grado del Rito Moderno o Francés

M.·. I.·.

Muy Venerable de la R.·. Logia de Investigación “los Modernos”

Presidente del Círculo de Estudios del Rito Moderno y Francés Roëttiers de Montaleau

Miembro de la Academia Internacional de la V Orden del Rito Moderno - UMURM


[1] Kervella, André. Le Chevalier Ramsay. Une fierte écossaise. Edicions Vega. 2009.

[2] Ramsay, Andrew-Michael. Les voyages de Cyrus avec un discours sur la mythologie. Éditions Honoré Champion. 2002.

[3] Supremo Consejo del Grado 33 y último del REAA para España.

[4] https://www.baglis.tv/ame/initiations/109-qu-est-ce-que-l-ecossisme-1-2.html.

[5] Hiver-Messeca, Ives. Les premiers pas des Hauts Gradés en France (1735/1745) La Fabrique de la Franc-maçonnerie Française. Histoire, sociabilité et rituels, 1725-1750. Éditions Dervy. 2017. Pág.289-308.

[6] Entrada del término escocismo publicada por Pierre Mollier en el trabajo Eric Saunier. Enciclopèdie de la Franc-Maçonnerie Éditions Le Livre de Poche. 1999. Pág. 234-235.

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