Prosiguiendo
con una modesta pretensión de acercamiento al conocimiento precursor de nuestra
actual masonería especulativa, tiramos del hilo bibliográfico y de las
investigaciones del muy Querido Hermano y amigo Patrick Négrier, siempre
dispuesto a aportar su saber con tal de dar luz a una parte de la historia
menos conocida (pero trascendental) por la gran mayoría de miembros de la
Orden, y que, desgraciadamente, deja lagunas tremendas en nuestra formación
histórica, ritual y conceptual, creando falsos mitos y leyendas grotescas en
ocasiones, y a la vez, tan terriblemente alejados de una realidad cabal.
Procuraremos
en sucesivas publicaciones aproximar al lector que lo desee una información
sólida, veraz masonológicamente, y hermenéuticamente coherente.
Antes
de abordar el análisis de los principales catecismos del Mot de Maçon que
engloban el periodo 1696-1730, debemos intentar saber sobre qué época y porqué la
forma primitiva de la Palabra de masón se desarrolló bajo forma de catecismos,
juegos alternados de preguntas y respuestas cuyo primer ejemplo aparece en 1696
por el Edimburgo, primero de los
catecismos masónicos del Mot de Maçon (Mason Word), y modelo de una serie de
catecismos análogos de los que analizaremos las sucesivas metamorfosis más
adelante.
Creado
hacia 1628-1637, el rito del Mot de Maçon se reducía en su estado primitivo a
la comunicación oral de las palabras Yakin y Boaz de las dos columnas del
Templo de Salomón, comunicación hecha mediante un agarre de la mano derecha
(denominada garra) dado al recipiendario, es decir, al nuevo aprendiz entrado.
Este rito se desarrolló desde 1689-1691 como lo da a entender el hecho que en
1689 el Dr. Stillingfleet denominó el Mot de Maçon “un misterio rabínico” y que
en 1691 Robert Kirk comparaba esta Palabra a un “comentario” rabínico sobre
Yakin y Boaz. Notemos que denominando la Palabra de masón como un “misterio
rabínico”, Edward Stillingfleet, que sabía que este rito era practicado en los
Highlands de Escocia, no podía ignorare por consiguiente que este rito del Mot
de maçon era practicado por cristianos y no por judíos. Cuando empleaba el nombre
“rabínico” quería hacer por tanto referencia ya sea al origen veterotestamentario
de las dos palabras Yakin y Boaz, como
al carácter exegético (por analogía con el Talmud)
que revestía este rito (lo que será efectivamente el caso de los catecismos del
Mason Word des de 1696 con el Edimbourg).
¿Cómo Stillingfleet conoció la existencia del Mot de Maçon? Él trabajó
personalmente en encontrar un compromiso para reconciliar los no-conformistas
(presbiterianos escoceses) con los ortodoxos (anglicanos de Inglaterra), y fue
así probablemente trabajando en esta tarea de aproximación inter-confesional que
tuvo la ocasión de frecuentar los medios prsbiterianos escoceses y descubrir
ahí la práctica del Mason Word.
Robert
Kirk, que aparentemente había conocido de Stillingfleet la existencia del Mot
de Maçon escocés, y que era pastor protestante (episcopaliano) además de gran
erudito, estaba bien ubicado para saber que los presbiterianos tomaban
frecuentes préstamos del Antiguo Testamento para utilizarlo en un sentido
alegórico. Es por ello que lo reprodujo explicitando el pensamiento de esto
último afirmando en su Secret Commonwealth
(1691) que el Mot de Maçon era “comparable” (lyke) a una “tradición rabínica” en el sentido muy preciso donde
constituía un “comentario” (comment)
sobre Yakin y Boaz, aserción que tiende a sugerirnos que en 1691 el Mot de
maçon había dejado de reducirse simplemente a la comunicación oral de las
palabras, hasta llegar a convertirse en un desarrollo susceptible de hacer de
este un verdadero comentario, descripción que corresponde al estado de
desarrollo alcanzado por el Mot de Maçon en el primer catecismo simbólico, el Edimbourg de 1696. ¿Qué debe pensarse
acerca de los propósitos de Sillingfleet y de Kirk?
El Edimbourg, primer catecismo del Mason
Word que inauguró una larga serie de catecismos análogos, se refería del punto
de vista tipológico a la logia de Kilwinning: era por una parte el signo del
hecho que este ritual era probablemente el de la logia de Canongate que se
había afiliado en 1677 a la logia de Kilwinning, la logia madre de las otras
logias calvinistas de Escocia; y por otra parte, era una confirmación del hecho
de que el Mot de maçon era efectivamente la creación de los masones
presbiterianos de Kilwinning. Cuando en 1599 los Status Schaw habían prescrito a la logia de Kilwinnig poracticar un
arte de memoria que no estaba precisado, este debía serlo por tanto siguiendo
los principios del calvinismo como hemos explicado en otras ocasiones, no
pudiendo pues basarse en imágenes plásticas, sino bajo la forma de catecismos
cual juegos que alternaban preguntas y respuestas, y que no debían ser escritos
para poder ser memorizados y restituidos de memoria a lo largo del rito,
respondiendo de este modo a la obligación impuesta por los estatutos Schaw de
1599 a la logia de Kilwinnig, pudiendo así practicar un arte de memoria
ciertamente conforme a los principios calvinistas. Esta función de arte de
memoria de los rituales del Mot de Maçon se encuentra afirmada de una parte por
el ritual Dumfries nº4 de 1710, así como,
por otra parte, por la divulgación la Confession
d’un maçon de 1755. Así pues, los primeros catecismos del Mot de maçon que
desarrollan al menos a partir de 1696 la forma primitiva del rito como arte de
memoria conforme a los principios del calvinismo, poseen un doble estatuto y
deben ser interpretados a la vez como rito de recepción en logia, así como ya
hemos reiterado, un arte de memoria. Sobre este último punto debemos tener muy
en cuenta dos aspectos de estos catecismos: por una parte, el juramento de no
dibujar en el suelo los símbolos de la recepción ritual en logia (el arte iconográfico
repugnaba a los presbiterianos que concentraban su atención sobre las
expresiones verbales), y por otro lado el uso de metáforas y alegorías
verbales.
En
efecto, los artes de memoria utilizados por los católicos se fundamentaban sobre
el uso de imágenes plásticas. Así pues, los calvinistas tuvieron la idea de
sustituir en las artes de memoria el uso católico de las imágenes plásticas por
el uso de imágenes verbales cómo metáforas y alegorías cuyo origen escriturario
y su carácter exclusivamente verbal eran conformes a los principios del
calvinismo. Cometemos un error cuando pretendemos encontrar en un momento dado
en nuestro estudio del Edimbourg las
denominaciones de las dos columnas y la de la puerta del Hekal del templo de
Salomón por sus ubicaciones simbólicas respectivas, que denotaran la práctica
de una exégesis esotérica de la Escritura. No suponía nada de esto en absoluto.
Cuando los autores del Edimbourg y de
otros catecismos análogos designaban estos elementos del Templo de Salomón por
metáforas, no pretendían de ningún modo buscar una interpretación simbólica del
Templo ya que para ellos existía una interpretación determinada basada en una
cultura de tipo alegórico de la iglesia presbiteriana, exactamente como las dos
columnas Yakin y Boaz tipificaban los apóstoles (Gál. 2,9) en efecto los
reformadores, y la puerta del Hekal del Templo a Jesús de Nazareth (Jn 10,
7.9).

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro de Honor del Grande Oriente Lusitano
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano
Soberano Gran Inspector General y miembro del "Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para el Principado de Andorra"
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro de Honor de la Gran Logia Tradicional del Paraguay
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau / Thompson-Folger Supreme Council for The United States of America, their Territories and Dependencies)