“Renacer o Morir”
Muy
Ilustres Hermanas y Hermanos, respetable auditorio, me dirijo a vosotros lleno
de felicidad de participar una vez más, aunque sea a distancia en esta forma
delegada, en esta magnífica Academia del V Império, en cuya primera edición
tuve el honor de asistir y participar en su primera edición.
Ese fue el comienzo de la construcción de un atanor de pensamiento que continúa volcando su mejor elixir con el paso de los años.
Esta ponencia pretende ser sintética, directa y, sobre todo, sincera conmigo mismo y mi visión masónica actual, transcurrido más de una década.
La Orden, llena de valores éticos, morales, de una orto-praxis difícilmente superable, ha demostrado sucumbir a la ignorancia, el fanatismo, la ambición, el orgullo, la envidia y el fanatismo, de manera alarmante e incluso vergonzosa. Esos asesinos del Hiram legendario han crecido como la hiedra y tenemos al enemigo en casa.
Nos
llenamos la boca con orgullo de ser los ideólogos y portadores de las
soluciones que precisa el mundo, un mundo que en realidad es plural y
multiverso; de haber construido un templo sostenido por la Libertad, la
Igualdad, la Fraternidad y el Amor, cuando en cambio, en el interior de
nuestras logias o capítulos, en las alturas de las Obediencias o Altos Cuerpos,
despreciamos al diferente, al distinto, no lo reconocemos, le llamamos
ilegítimo.
Definitivamente siento vergüenza ante una praxis actual que valora al pavo real en ocasiones con un analfabetismo de nuestro origen, ser, estar y evolucionar.
La ambición por el control, por el descrédito al que está en otra parte, solo nos demuestra que, detrás de una retórica barata, no hay absolutamente nada sólido intelectual o espiritualmente de lo que pretendíamos tener desde ese 1717 fundacional.
Os
prometo que este lamentable estado no me hunde anímicamente, al contrario, me
da alas para seguir el objetivo que todo masón debe tener: ideales claros que
nos conduzcan a lo bueno sabio y justo, autoperfeccionamiento, búsqueda del
conocimiento, humildad, implicación en la justicia social, dar amor a la
humanidad y a los Hermanos (si se dejan).
De
hecho, la filantropía y el amor son los grandes motores que mueven a la
sociedad avanzada, pues le hacen desarrollar habilidades y fórmulas que pueden
ser aplicables para conseguir un desarrollo ético, cultural y material.
Pero
inevitablemente, debemos hacer una introspección, y siguiendo un proceso cuasi
comparable a la meditación oriental, llevar a cabo unos ejercicios
psicoanalíticos y prácticos: contemplar algunas ilustraciones de las Vanités,
un tipo de
naturaleza muerta. Este tipo de obras simbolizan la fragilidad de la vida, la
fugacidad del tiempo y la futilidad de las posesiones mundanas, a menudo
utilizando símbolos como calaveras, relojes de arena o velas consumiéndose.
Esta reflexión y contemplación que hacen aflorar nuestro “Sic Transit Gloria Mundi”, ejercita lo que la filosofía denomina “Wu Wei” en el Taoísmo, refiriéndose a un estado de vacuidad mental y emocional, la Vacuidad de la mente, que permite al sabio actuar espontáneamente y sin imposiciones.
Si, Hermanos y Hermanas. Aquí no debe haber imposiciones de ningún tipo, y los francmasones trabajan mediante lo que se denomina la individualidad colectiva, pues su finalidad es idéntica, por eso trabajan en conjunto de sus individualidades.
Lamentablemente algunos masones han perdido el rumbo: ya no son masones por su conducta banal, e incumplido todo tipo de promesas realizadas en su momento. Han caído en las mieles de la obtención del poder, como la fábula de Samaniego, y utilizan la masonería pera otros fines. Si recorremos el globo terrestre, vemos tráfico y compra de patentes, de grados, de contactos financieros y negocios laborales, discriminación por género, invenciones rituales donde aparece el sexo, y un largo etcétera de aberraciones claramente cercanas a la delincuencia.No todos, obviamente somos así. Pero en los países más desarrollados la asistencia social ya suple la necesidad de la sanidad, la formación, y la ayuda incluso económica para subsistir, sin necesidad de aplicar la caridad dieciochesca. En otros lugares, aún los masones deben suplir aquellas deficiencias y necesidades que sus corruptos gobiernos mayoritariamente no dan la atención a la ciudadanía.
En mi entorno, en Europa, debemos renacer y reconstruirnos sin imposiciones arcaicas de reconocimientos de una supuesta élite de pedigrí analfabeto, y reconocernos como tal, simplemente por haber sido recibidos legítimamente siguiendo los pasos rituales oportunos sea cual sea el Rito, como bien apuntaba el Muy Ilustre Hermano Paul-Jean Girard, para dejar a la vista la verdadera y la falsa francmasonería.
La solución dependerá de la muerte de la ambición y del acomodamiento de una masonería cada vez más envejecida por no tener nada que ofrecer.
Trabajo, estudio, amor, ayuda al necesitado, implicación social desde la familia hasta nuestros puestos de trabajo, humildad, esfuerzo y trabajo, sobre todo trabajo. ¡Gloria al trabajo!
Facta, Non Verba desde la base. Actuando así, con la eliminación de los burdos comportamientos discriminatorios, y con la voluntad sincera de la Fraternidad aniquilando el ego, con valor y motivación la masonería renacerá de nuevo, con su estatus en el Siglo XXI. En caso contrario, morirá o será un fantasma grotesco a los ojos de una mente mínimamente lúcida.
He dicho.
M. I.,
V Orden Grado 9 y Último del Rito Moderno o Francés,
SGIG 33º, Rito Escocés Antiguo y Aceptado