Hace ya bastantes años que venimos humildemente
publicando ensayos y trabajos tendentes a una búsqueda en nuestra mejora
formativa en los distintos campos que abarca la masonería como Institución
social, iniciática y formativa del desarrollo del ser humano, así como su
impacto e influencia en diferentes aspectos relacionales y filosóficos. Sus
ramificaciones tanto de carácter simbólico, histórico y sociológico, entre
otros, han llegado a convertir en algunas ocasiones a nuestra orden en una
especie de cajón de sastre donde se ha dado cabida a contenidos y acciones
canallas tanto en lo personal como en lo ritual, desviando al buscador y al ya
miembro de la verdadera esencia masónica. Lo triste del caso es que esta situación
se ha visto dada por una ignorancia interesada o condicionada a aspectos exógenos
de distintas naturalezas, generando perversiones cuasi cómicas en lo que
deberían ser los fundamentos reales de nuestra fraternal institución.
Sin rendirnos, guste más o guste menos a unos u a otros,
proseguiremos con aquello que verdaderamente nos motiva: nuestro propio crecimiento
y evolución, aprendiendo de nuestros propios errores y corrigiendo aquello que
viciado se nos hubiera colado en nuestro aprendizaje eterno. Este Blog lo creé para
mi búsqueda constante en pretender esclarecerme y, si además puede ser de utilidad
a terceros, su finalidad se ve recompensada exponencialmente. Pero jamás olvidaré
que sin la ayuda de Hermanos y Hermanas que han compartido conmigo su saber y
experiencia de manera desinteresada como muestra del amor dado, y recibido a su
vez ese mismo salario fraterno de mi parte con suma gratitud, probablemente
sería una especie de bufón que creería ser el “Nec plus ultra” de una verdadera
nulidad en lo real. Esa dichosa pura apariencia que contagia a diestra y
siniestra y que hace creer al asno ser un Einstein masónico cuando esconde en
realidad lo fatuo y la ostentación vacía.
Durante esta Maratón sin final, vemos de todo, y también afortunadamente
ejemplares estudiosos, masonólogos, filósofos, anónimos masones laboriosos
modelos a seguir, mentes preclaras, espíritus nobles. De ellos aprendo y trato
de emular lo mejor que puedo sus pasos. Por eso hoy creo que pueda resultar
oportuno (para mí lo es sin duda) reubicarnos y reordenar ideas y conceptos
fundamentales. He utilizado a tal efecto el genial trabajo de uno de mis
referentes masónicos fundamentales (en concreto de su libro L´Essence de la Franc-maçonnerie à travers
ses textes fondateurs 1356 – 1751), el prestigioso filósofo e historiador
Patrick Négrier, por quien siento un sincero agradecimiento de compartir su
fraternal amistad y desinteresada disposición para aclarar mis dudas e
inquietudes, siempre mediante su inmenso, paciente y filantrópico saber.
“Lo
que no es”
La francmasonería es una sociedad que tiene una historia,
y que vehicula y transmite uno o unos ritos, así como unas Constituciones. Pero
unos y otros han recibido interpretaciones distorsionadas. Examinemos de cerca
estas interpretaciones erróneas.
Compagnonnage
La francmasonería nació en Inglaterra, en Londres, con el
“Reglamento para los masones de Londres” de 1356 así como con la tradición
ritual inglesa de los Antiguos Deberes que debutó, aparentemente, en York en
1370. Sin embargo, no detectamos en estos textos ningún origen “compañónico” ya
sea francés o alemán.
Rosacruz
Ciertamente, hacia 1628-1630, el poeta H. Adamson, autor
de “La tercera musa” (incluída en El
lamento de las musas) estaba diciendo a los “hermanos de la Rosacruz” que
poseían el rito del Mason Word (Palabra del Masón). Pero parece que para
comprender este verso es preciso resituarlo en el contexto de este poema que se
supone que debe informar de los hechos culturales característicos de la ciudad
de Perth que era, entonces, de confesión calvinista presbiteriana desde 1559.
Sabemos por el Contrato de Perth de
1658 que la logia de Perth tenía por logia madre la logia calvinista
presbiteriana de Kilwinning, que practicaba el rito del Mot de maçon, lo que
permite deducir que la logia de Perth practicaba también el rito del Mason Word.
El hecho de que el poema de H. Adamson situara a unos practicantes del Mason
Word en la ciudad de Perth no tiene nada de sorprendente. Y si H. Adamson
atribuyó la posesión de la Palabra del masón a los hermanos de la Rosacruz,
haciendo así masones de la logia de Perth a los Rosacruces, es simplemente
porque el movimiento Rosacruz era de origen luterano y que, en su calidad de
calvinistas presbiterianos, los masones de Perth practicantes del Mason Word
eran también cristianos reformados. La francmasonería no tiene por tanto
relación directa con los Rosacruces, que parecen haber existido solo
literariamente, sobre el papel.
Los
Stuarts
Ciertos historiadores, como André Kervella, piensan que
la francmasonería denominada de los “Modernos”, como la llamaba Dermott, es de
origen “estuardista” (tesis de Kervella que merecería ser comparada con la tesis
análoga de Robert Ambelain) y habría nacido en Gran Bretaña durante las guerras
civiles de 1642-1651. Sin embargo, esta tesis es errónea porque no tiene suficientemente
en cuenta los dos factores siguientes:
1)
En primer lugar, la masonería denominada de los “Modernos”
se caracteriza por el hecho de que practicaba el rito del Mot de Maçon. Sin
embargo, el hecho de que en el siglo XVIII algunos estuardistas fueran
francmasones no significa que estos hubieran sido recibidos en el rito del
Mason Word, que era practicado por la masonería de los “Modernos”. Para afirmar
que los masones estuardistasd del Siglo XVII practicaban la masonería
denominada más tarde de los “Modernos", habría que probar que practicaban
el Mot de Maçon, sobre la que la historiografía muestra que consistía en la
comunicación de las dos palabras de pase Bo’az y Yakin acompañado del apretón
de manos y de un juramento de secreto sobre el contenido de este rito. Sin
embargo, en el estado actual de nuestros conocimientos, ningún documento atesta
que los masones estuardistas del Siglo XVII practicaran este rito del Mason
Word, contrariamente a lo que afirma Louis Trébuchet. Es por ejemplo, el caso
de R. Moray y de E. Ashmole que, en el siglo XVII fueron recibidos en el rito
de los Antiguos Deberes y no en el rito de la palabra del Masón.
2)
Y en segundo lugar, los cinco primeros testimonios
históricos relativos a la Palabra del masón situaban este rito no en un
contexto político estuardista, sino en un contexto religioso y, más
precisamente, calvinista presbiteriano: se trata por orden cronológico de “La
tercera musa” (redactada en 1628-1630) de El
lamento de las musas de H. Adamson (publicado en 1638); del Informe sobre los hechos relativos a los
asuntos de la Iglesia de Escocia de agosto de 1637 a julio de 1638 de John
Leslie, conde de Rothes (1637), del Journal
de John Lamont (1649); de los Hechos
diversos del presbítero de Kelso (1652); y del Contrato de Perth (1658). La francmasonería denominada “moderna”
nació de un proyecto religioso y no de un proyecto político, incluso si fuera
estuardista. Patrick Négrier ha demostrado también en sus escritos, que es la
logia calvinista presbiteriana de Kilwinning que, rehusando continuar con la
práctica del rito anglicano de los Antiguos deberes fue entonces invitada por
los Statuts Schaw de 1599 a concebir
y elaborar un “arte de memoria” conforme a su confesión, y que este arte de
memoria conforme al calvinismo presbiteriano resultó ser el rito del Mot de
maçon, que estaba conforme al calvinismo sobre dos puntos: de entrada,
conformemente al principio reformado del sola Scriptura, se componía únicamente
de materiales extraídos de la Biblia, en este caso I Reyes 7, 21 y Gálatas 2,
9; y, seguidamente, conformemente a la iconoclastia calvinista, estaba
compuesto en su origen únicamente de imágenes verbales y no plásticas. La
investigación histórica del Rito del Mason Word permite actualmente datarlo un
poco antes de 1628, es decir, antes de las guerras civiles de 1642-1651.
Emerge de estos diferentes
elementos que la masonería denominada de los “Moderns” no era de origen
estuardista. Pero esta afirmación no tiene nada de nuevo: era ya conocida en
1751, cuando Thomas Wolson indicó en su Maçon
démasqué que “algunas personas han sospechado que la masonería tendía […]
al restablecimiento de la casa de Stuart sobre el trono de Inglaterra; sospecha
vana y que no está asentado sobre ningún fundamento razonable”.
Joaquim Villalta, V Orden, Gr.·. 9 y Último del Rito Moderno o Francés, 33º R.E.A.A.
M.·. I.·.Director de la Academia Internacional de la V Orden - UMURMGran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el EcuadorMiembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de PortugalMiembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente LusitanoGran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional ColombianoMiembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del EcuadorMiembro del Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Islas FilipinasMiembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue DipendenzeMiembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Rite de Cerneau et Rite Écosais Ancien et Accepté)Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y AceptadoGran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de PerfecciónMasonólogo