La grandeza evolutiva de la Vª Orden del Rito Moderno o Francés

Últimamente estamos asistiendo a una especie de redescubrimiento alrededor del Rito Francés o Moderno (ese gran desconocido como en alguna ocasión comenté en alguno de mis trabajos) a pesar de ser el continente fundacional de lo que posteriormente se convertiría en las diversas "manifestaciones" rituales masónicas más o menos desafortunadas en ocasiones.

Sin duda alguna, la proliferación desmesurada y descontrolada de los denominados Altos Grados y sistemas heterodoxos (por lo carentes de coherencia) inducido en ocasiones por aspectos exógenos al objeto en sí de los fines originales de la Orden, la intromisión de modas extravagantes y visionarias, configurando esperpénticos sistemas mesiánicos, mágicos pseudomísticos y demás fauna variada, condujo a la masonería continental francesa, y en concreto desde el entorno del Gran Oriente de Francia, a la creación de un "Gran Capítulo General de Francia" con el fin de poner orden y dar una coherencia uniformada al citado panorama que, en cierto modo, resultaba patéticamente descontrolado.

De vez en cuando, la historia nos proporciona mentes preclaras en diversos ámbitos del arte y del conocimiento. Una de las figuras trascendentales para abordar dicha estructuración fue Roëttiers de Montaleau, quien junto con Graffin, Salivet, Saurine, Millon y otros muchos de dichos 81 miembros fundadores (obsérvese curiosamente el número 81), van a dar forma a las Órdenes de Sabiduría, previamente denominadas Órdenes Superiores, cuya pretensión era y sigue siendo la de agrupar de forma coherente las enseñanzas, reuniendo el conjunto de las corrientes históricas del denominado escocismo, y que ya he desarrollado ampliamente en otros artículos y ensayos.

Así pues, sigue manteniéndose en vigor esa idea fundacional original de 1784 que pretendía sencillamente la confección de una Vª Orden que contiene "todos los Grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, especialmente los adoptados por las asociaciones masónicas vigentes", ardua labor que magistralmente llegó a realizarse de forma progresiva y que, curiosamente, fue olvidada en unos casos, o desconocida en otros, bien por desidia, ignorancia o afán de preponderancia egocéntrica en la mayoría de las ocasiones.

No voy a describir lo ya descrito, ni a descubrir nada novedoso, brillantemente desarrollado en magníficas obras bibliográficas y estudios descomunales que merecerían más de un “Premio Nobel de Masonería” si existiese. Mi propuesta es sencillamente inducir al estudio y al descubrimiento del Rito Francés, ese Rito de los Modernos que Roëttiers de Montaleau denominó en una de las propuestas de reorganización como “Rito Primitivo” afirmando con este adjetivo calificativo la anterioridad del Rito Francés, nombre adoptado para ser diferenciado de otros tantos creados posteriormente e implantados también en Francia. Dejaré para otra ocasión mi modesto análisis sobre el uso grotesco, falso y abusivo que se ha dado a un supuesto “Rito Primitivo” en otros lares, y que bien merecerá de un desarrollo más profundo. 
Ahora volvamos al verdadero concepto, ese Rito Primitivo, Rito Francés, Rito de los Modernos, que compiló tras los tres grados simbólicos toda una auténtica Academia y Conservatorio de Grados masónicos del Siglo de las Luces y distintos conocimientos procedentes de múltiples sistemas rituales.
Esa ambiciosa, pero necesaria Ordenación académica por un lado, y administrativa por otro, sigue viva a día de hoy, y desde su génesis se planteó con visión de futuro (basta ver sus primeros Estatutos y Reglamentos Generales de 19 de marzo de 1784).
Ya no se trata simplemente de una compilación cual “Arca de la Alianza” de los primeros e históricos 81 grados distribuidos en 9 series, sino de dar cabida a los mayores conocimientos masónicos en su seno, incorporando y reuniendo de este modo a los portadores de los grados culminantes de todos los diversos sistemas y Ritos.

Es ahí donde radica el objetivo final de la Vª Orden: reunir lo que está disperso al más alto nivel de la iniciación. Así fue y así sigue siendo en la actualidad, pese a quien le pese.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Miembro de Honor del Grande Oriente Lusitano
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano

“Los 81 Grados del Rito Francés"

Aunque el título pueda resultar sorprendente, es necesario revisar nuestra anterior entrada para una precisa comprensión:

En un “fuera de serie” de la colección JOHABEN, Conform édition publica una obra trascendental, no solo para el Rito Francés o Moderno, sino para toda la masonería Universal derivada del Siglo de las Luces y de donde bebieron los denominados futuros ritos con adjetivo calificativo cuando los mismos no tenían ni nombre ni estructura.

En este caso, la obra excelentemente coordinada a través del Grand Chapitre Général du Grand Orient de France, pone ante nuestros ojos unos materiales inéditos solamente al acceso de quienes puedan desplazarse a la Biblioteca Nacional de Francia (BnF).

En esta edición, resulta fascinante y pedagógicamente maravilloso el prefacio de Philippe Guglielmi, Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, Gran Maestro del GODF en el año en el que se reactivaron los Órdenes de Sabiduría en el seno de dicha obediencia.

Guglielmi, apelando a una pertenencia “Universal” de dicho legado ritual y conceptual, toma un rol ecuménico y brillante exponiendo la tradición masónica y ritual de la cual nos hace partícipes a todos los practicantes del RM o RF, lo cual es de agradecer conceptualmente. En una fulgurante narrativa que va desde la recuperación de los archivos “rusos” después de la Segunda Guerra Mundial, hasta la actualidad, termina poniendo en nuestras manos el legado ritual del Siglo de las Luces, ahora a mano de todo aquel que quiera conocer la “verdad” ritual y su contexto.

Sylvie Bourel, conservadora en la BnF del departamento de Manuscritos modernos y contemporáneos, nos describe el movimiento, tránsito y estadía de este material en tan prestigiosa biblioteca, lugar único donde su conservación ha sido posible.

Finalmente, Colette Léger, Miembro del Gran Capítulo General de Francia, y de su Capítulo Nacional de Investigación, así como ex Gran Canciller del Gran Capítulo General de la Gran Logia Mixta de Francia, elabora un preciso trabajo, procedimentalmente impecable, analítico, profundo y contrastado, aplicando lo mejor de las técnicas de investigación historiográficas en vigor.
El resultado es fabuloso: 28 páginas introductorias de análisis erudito que harán gusto a propios y extraños, sin duda alguna.

La obra en si misma, insisto, nos propone todo el material ritual contenido en el Arca de la V° Orden y su desarrollo desde 1784 hasta el Siglo XIX.

Obra para sibaritas y amantes de la masonería en mayúsculas, pretender en pocas frases describirla sería una vacua pedantería.

Recomendable. Imprescindible.
Esperemos que a partir de esta apertura, podamos crecer, debatir y aumentar el ingente legado que Roëttiers de Montaleau nos propuso ya desde 1784, y que ahora, publicando los Rituales del Capítulo Metropolitano (nombre tomado desde 1789), alcancemos más luz sobre los “Altos Grados” o grados “Escoceses”, que a buen seguro sorprenderá a propios y a extraños.


Chapeau!!!

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Miembro de Honor del Gran Oriente de Colombia

Sobre la relación entre el Rito del “Mot de Maçon” (Mason Word) y los Rose-croix (Rosacruces)

Vamos a finalizar esta primera saga de trabajos dedicados a conocer de manera introductoria el Mot de maçon, agradeciendo infinítamente las investigaciones, trabajos y reflexiones de mi amigo y Muy Querido Hermano Patrick Négrier, siempre dispuesto a atender nuestras consultas y aportar toda su sabiduría y conocimiento. En sucesivas entradas, publicaremos otros estudios de este prestigioso autor que romperán esquemas y moldes que a día de hoy aún circulan en los ámbitos masónicos de forma indebida.
Los orígenes calvinistas del rito escocés del Mot de Maçon nos invitan en última instancia a reexaminar más cercanamente el hipotético lazo que, según el poeta escocés Henry Adamson (Thrénodie des muses, 1638) y un artículo anónimo de la revista londinense Poor Roin’s intelligence (10 de octubre de 1676), podría haber existido entre este rito calvinista escocés (principalmente compuesto, desde 1628-1637, de la comunicación oral de las palabras Y… y B… acompañado de un apretón de mano con la derecha) y el movimiento luterano alemán denominado Rose-croix (Rosacruz).
Sobre este preciso punto, es a la preciosa documentación reunida por Paul Arnold a la que debemos acudir. Este autor nos recuerda oportunamente dos hechos que alertan nuestra atención: por una parte, el hecho que según una obra de V. Griesmann datada en 1623, Jean-Valentin Andreae, el autor de los tres clásicos rosacrucianos, comunicaba “secretamente a sus hermanos una explicación milagrosamente extraña forjada en su nueva escuela profética, poniendo a la cabeza estas palabras: Iach…, una constante profesión de fe que dará testimonio del verbo viviente en la columna Bo…”; y por otra parte el hecho que en 1620 Jean-Valentín Andreae hizo aparecer una Christiani amoris destra porrecta (Mano derecha tendida del amor cristiano), obra en la cual el autor presentaba el “plan de una sociedad cristiana… con el objetivo, no de prescribir a las gentes una regla, sino de suministrar al lector sensato y prudente material para reflexionar más de antemano sobre el tema y hacer un esfuerzo personal”.
P. Arnold precisa también respecto a esta obra: “La Main droite continuó circulando… Incluso en Inglaterra donde John Beal(e) escribiendo a Hartlib lamentará bien pronto que el modelo de una sociedad cristiana y esta curiosa Mano derecha tendida del amor cristiano no se enraizara más profundamente en Inglaterra”.

En efecto es chocante que los dos componentes originales del rito calvinista del Mason Word (Mot de Maçon) (la comunicación oral de las palabras Y.. y B…, y el apretón de la de la mano derecha) elaborado en Kilwinning hacia 1628-1637 haya sido en cierto modo precedidos por sus equivalentes en el medio rosacruciano: la comunicación de las palabras Y… y B… por el luterano alemán J. V. Andreae hacia 1623, y la evocación por este último, en 1620, de la “mano derecha” (rito simbólico de comunión fraternal prestado de los dos libros de los Macabeos y en Gal. 2,9).

¿Cómo explicar semejante encuentro?
¿Pura coincidencia o bien préstamo cultural tomado por Baillie a Andreae, en efecto transmisión de Andreae (quien experimentaba una simpatía de connivencia por el calvinismo) a Baillie?
El pastor presbiteriano Robert Baillie (probable creador del rito calvinista del Mot de Maçon en Kilwinnig donde tenía entonces ese cargo) ¿habría él mismo creado el rito del Mason Word contentándose con apoyarse en los materiales de la Biblia que, como todos los reformados, conocía muy bien?
O bien, con la finalidad de transmitirlos a los masones de Kilwinning, ¿habría tomado prestados los dos elementos del rito del Mot de Maçon (la comunicación oral de las palabras Y… y B…, y el encaje de la mano derecha) del pastor luterano Andreae y su Main droite de lo que se hablaba en esa época en Inglaterra en la misma época?

Examinemos una tras otra cada una de estas dos hipótesis:

El rito del mason Word fue creado en Kilwinnig por uno o varios calvinistas para así sustituir el rito anglicano de recepción en logia prescrito por los Antiguos Deberes. Este rito calvinista de recepción en logia fue originalmente concebido de una parte como un signo de comunión fraternal (darse la mano derecha), y por otra parte como una doble palabra de paso que permitiera autorizar a los francmasones calvinistas reconocidos como tal a penetrar en la logia (las palabras Y y B convenían especialmente mejor como palabras de paso dado que decoraban las dos columnas encuadrando la puerta del Hekal del Templo de Salomón).
R. Baillie (si en efecto fue él quien creó el Mot de Maçon) pudo perfectamente extraer el
encaje de manos ritual de la mano derecha (I y II de Macabeos, Gal. 2,9) y las palabras Y y B (I Reyes 7,21) de la Biblia sin tener hacerlo de Andreae. Si ese fue el caso, deberíamos entonces concluir que las referencias anteriores de Andreae sobre la “mano derecha” y a las dos palabras Y y B fueron una simple coincidencia sin relación alguna con el uso posterior de los mismos motivos en el caso de los francmasones de Kilwinning a partir de 1628-1637. 

Si, por el contrario, R. Billie sacó estos motivos de Andreae, deberíamos entonces preguntarnos sobre las modalidades de este préstamo cultural:
¿Cómo el pastor presbiteriano de Escocia Baillie habría podido tomar prestado hacia 1628-1637 los dos principales componentes del Mot de Maçon al pastor luterano de Alemania J. V. Adreae?
P. Arnold afirma de Griesmann que era un “polemista deshonesto”, argumento que nos invita a desconfiar del testimonio de Griesmann sobre la comunicación de las palabras Y y B por Andreae. Sin embargo, aunque eso fuera así, la deshonestidad de Griesmann no anula el problema de la evocación de Y y B por Griesmann en 1623, la atribución de esta comunicación a Andreae fue una mentira efectiva. Para saber si Robert Baillie habría tomado sí o no hacia 1628-1637 los dos componentes originales del rito del Mason Word (Mot de Maçon) de Jean-Valentin Andreae o de Griesmann (ya que es en esos términos bien preciso que se plantea la cuestión del eventual origen rosacruciano del rito masónico del Mot de Maçon), habría evidentemente que releer los escritos del pastor presbiteriano de Kilwinning a la luz de las informaciones que Roland Edighoffer nos muestra sobre dos personajes que sobre suelo británico habrían podido servir de enlace entre Baillie y Adreae (o Griesmann): de una parte el hombre que hemos mencionado más arriba, Samuel Hartlib (1595-1662) que se instaló en Inglaterra en 1628 (y hará publicar en 1647 en Cambridge una traducción inglesa de dos escritos de Adreae en ellos la Main droite antes publicada en 1620); y por otra parte un amigo de este mismo Hartlib, el teólogo escocés John Dury (1595-1680) quien pudo encontrase a Baillie sobre el terreno de la teología calvinista.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): las repercusiones de su origen calvinista

Proseguiremos con una penúltima pequeña entrada de aproximación a las investigaciones y trabajos del Historiador Patrick Négrier con el objeto de ir centrando mejor históricamente nuestros orígenes rituales y poder abordar más adelante otros desarrollos de mayor complejidad, pero más asimilables con estos fundamentos.

Es este rito escocés y calvinista del Mason Word el que, transmitido por el pastor escocés y presbiteriano James Anderson a los futuros creadores de la Gran Logia de Londres en diciembre de 1714, resulta ser la fuente de los distintos ritos masónicos de hoy en día practicados en el mundo.

Debido a que en 1717 estos nuevos masones practicaban dicho rito escocés y calvinista del Mot de Maçon que habían recibido en 1714, el inglés y anglicano Christopher Wren, una vez enterado de ello, los echó de "El Ganso y la Parrilla" su lugar de encuentro y reunión londinense.

El origen calvinista del Mot de Maçon generaba un rechazo e irritaba a los masones anglicanos de Inglaterra quienes habían sido recibidos por Anderson desconociendo dicho origen ritual. Esta parece ser la causa del desprecio que sufrió al final de su vida Anderson dado que la mayor parte de miembros de esta Gran Logia, aún siendo de confesión anglicana, se encontraban practicando un rito de origen escocés y además de raíz calvinista.

Esto, sin embargo, ya estaba consumado y era imposible de modificar adoptando, por ejemplo, el rito de los Antiguos Deberes ya que no se encontraba adaptado de ningún modo a los masones especulativos. En esta situación molesta, la Gran Logia solamente tenía una posibilidad: olvidar a toda costa estos orígenes calvinistas del rito practicado del Mason Word.
Esta labor la facilitaría enormemente el eclecticismo masónico de esta obediencia y de su rito revisado y corregido en esa óptica, como bien puede verse analizando la Masonry disseccted de Samuel Prichard (1730)


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): El origen Calvinista del Rito

El Mot de Maçon (Mason Word) es indudablemente de origen calvinista.
Si los masones calvinistas de Kilwinning, probablemente aconsejados en esto por su erudito pastor Robert Baille, elaboraron hacia 1628 - 1637 este rito específicamente calvinista de recepción en logia, fue debido a que en esta época rehusaron practicar el antiguo rito anglicano de recepción en logia prescrito por los Antiguos Deberes (en su rechazo del rito anglicano de recepción en logia desplazaron incluso a otra fecha el día de la recepción ritual en logia fijado por los católicos Statuts Schaw en el san Juan de Invierno, o sea al 27 de diciembre).

Por otro lado hay que recalcar el hecho que la logia calvinista de Kilwinning había solicitado y obtenido del católico William Schaw una forma de primacía reconocida por los Statuts Schaw de 1599, primacía relativa que, a la luz del rol de la logia de Kilwinning en la elaboración del rito calvinista del Mot de Maçon, supone ser simplemente la primacía de la logia calvinista de Kilwinnig ante el conjunto de las otras logias calvinistas de Escocia. Es un hecho que la logia de Kilwinning había rechazado co-firmar las cartas masónicas de los católicos Sinclair de 1601 y de 1628. El origen calvinista del Mason Word explica a fin de cuentas porqué en su Thrénodie des muses (1628-1637), Henry Adamson, el poeta de Perth, estableciendo una relación entre el Mot de Maçon detentado por los denominados luteranos de la Rosa-cruz y la previsión de los acontecimientos históricos relativos al rey de Inglaterra Charles I. En efecto, en la época en la que escribió su poema (1628-1637) H. Adamson, Charles I obligaba a los presbiterianos de Escocia a obsevar los cinco artículos de Perth por los cuales desde 1618-1621 el rey Jacques VI (I de Inglaterra) y el Parlamento intentaron anglicanizar por fuerza la via religiosa de los presbiterianos de Escocia.

En 1638 los presbiterianos de escocia se revelaron violentamente contra las tentativas de Charles I para imponer a los escoceses el Libro de plegaria común, reafirmando su autonomía religiosa durante el Convento de la Iglesia presbiteriana de escocia.

Estas logias presbiterianas que hasta entonces habían recibido a sus nuevos miembros por el rito anglicano heredado de los Antiguos Deberes ingleses se plantearon sustituirlo por otro rito específicamente calvinista: el Mason Word que elaboraron a tal efecto para lograr este objetivo.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): Concepto

Para comprender la esencia y origen del Mason Word nos apoyaremos principalmente para hacer este trabajo en las investigaciones del Hermano Patrick Négrier, uno de los mayores especialistas en la materia.

La expresión "Mot de Maçon" (Mason Word) designa, en una pequeña veintena de textos escoceses e ingleses del Siglo XVII y al menos en una docena de textos británicos del siglo XVIII, un rito masónico de recepción que consistía en recibir en logia a un nuevo masón dándole un agarre de mano durante el cual se le comunicaba oralmente el nombre de las dos columnas J y B del Templo de Salomón (I Reyes 7,21). Según la integra obra de Pierre Mereaux sobre las Constituciones de Anderson, es aparentemente con este Rito Escocés del Mot de Maçon que en diciembre de 1714 el Pastor Escocés y Presbiteriano James Anderson recibió como masones aceptados a los futuros creadores de la Gran Logia de Londres.

Este rito escocés del Mot de Maçon estaba destinado a tener a una gran posteridad puesto que terminó con bastante rapidez, en razón a la desaparición progresiva a las antiguas Logias operativas de Inglaterra, por suplantar al antiguo rito operativo y anglicano de recepción en Logia prescrito por los Antiguos deberes medievales (Rito que consistía en recibir un nuevo masón leyéndole los Antiguos deberes, libro sobre el cual el recipiendiario debía jurar que respetaría dichos deberes).

Un examen metódico de las fuentes históricas del Mason Word nos muestra que este rito tuvo sus orígenes calvinistas. Los indicios de los orígenes calvinistas del Rito del Mot de Maçon son de diversos órdenes: geográfico y social, bíblico y ritual.

En próximas entrada analizaremos con mayor profundidad este origen calvinista del Rito así como sus repercusiones.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): Introducción

Con gran tristeza fuimos testigos de la desaparición, ya hace unos años, del Magazine Prismes Hebdo, dirigido por Johan Dreue.
Este interesantísimo espacio nos ofrecía una amplia variedad de trabajos muy serios dedicados a diversos Campos vinculados a la Tradición: Hermetismo, Arquitectura Sagrada, Ciencias Humanas y Filosofía y, como no, un elevado volumen de excelentes trabajos y dossiers firmados por plumas de gran talla como Négrier o Keystone, dedicados muy especialmente a unas investigaciones que desembocaron en obras culminantes masonológicas aquí expuestas en distintas ocasiones.

Esta apasionante site poseía un espacio que bajo el título “Initiations” nos abría un fascinante mundo de informaciones sobre diferentes vías iniciáticas manifestadas en Europa a través de la presentación de diferentes grupos representativos: desde asociaciones de conocimiento o académicas, diferentes ramas francmasónicas, redes de interés ecológico o agrupaciones de iniciativas locales, en definitiva, pretendiendo estar a la altura de todo aquello capaz de “iniciar” hacia la esperanza de que “otro mundo es todavía posible”. Recuerdo una sección biográfica consagrada a Désaguliers abordada con una amplitud, rigor y análisis exquisito. Esta inmensa base de datos, estudios, reflexiones y consideraciones, gozaba de un elevado rigor en su desarrollo expositivo y en sus fuentes analíticas, sobretodo a nivel historicista, tal vez sin duda, debido al rigor y calidad de los autores implicados.
Este espacio (o algunos de sus miembros) galvanizó la iniciativa de un proyecto serio y sobrio sobre la reactivación o renacimiento del “Rito del Mot de Maçon” (Mason Word) con una Asociación que le daba soporte desde diversos ámbitos (histórico, estructural, masonológico, simbólico, etc.) con sede en la occitana y mítica Lunel (localidad cercana a Montpellier con unos bellísimos Templos masónicos, por cierto).

Este Rito de máxima pureza e incontestablemente Rito de los Modernos presenta sus formas rituales primeras oscilando desde el Edimburgo 1696, hasta el Th. Wolson 1751, antes de la transformación de este último en forma de los rituales que sirvieron como estribos lanzadera para los sistemas de altos grados.
El Mot de Maçon, compuesto exclusivamente de tres únicos Grados, donde no ha lugar prolongación ni extensión alguna más allá del tercer Grado, siendo éste el alfa y omega y la realización máxima de la meta masónica, tiene a día de hoy su forma más parecida en el Rito Francés al Régulateur du Maçon (obviamente despojado de toda proyección ulterior en Órdenes de Sabiduría) y con elementos mutados o transgredidos históricamente como los 9 por los 15 de sus orígenes en la leyenda Hirámica.

Tal vez esa sencillez y belleza por lo sobrio, ese amor por conservar su contenido original, esencial y fundamental que devino ecuménico y latitudinario con la formación de la Gran Logia de Londres ha sido su hándicap (ver en este mismo Blog las opiniones de Bésuchet de Saunois sobre el afán y el ansia humana por la proliferación de los Altos Grados). Útil ritual de una asociación perteneciente a un entorno ilustrado, aunque prestado del operativismo, y coexistente con parte de él en principio por necesidad de fundirse y confundirse con este, buscando quizás una legitimidad histórica ficticia y/o camuflada, deseoso de encontrar el envoltorio formal que contuviera la visión universal del deseo humano abierto al espíritu sin renunciar a la ciencia, abriendo puertas, dimensiones y visiones hasta entonces desconocidas, procuró dar luz en la obscuridad de la intolerancia religiosa, tendiendo puentes sin fin hacia horizontes insospechados para el ser humano, más próximo a desentrañar los secretos del Universo y, tal vez, entender el lenguaje de ese Gran Arquitecto para algunos, o para otros, hacerlos cómplices y codescubridores de las causas primeras fenoménicas.


En la actualidad, tenemos referencia que trabaja en Mot de Maçon (Mason Word) la Logia escocesa de Haughfoot, que intenta aplicar formas rituales que datan de la época de su creación en 1702.
La Logia de Investigación "Marqués de Gages" de la Gran Logia Mixta de los Andes Ecuatoriales, lo hace en España con el Wolson 1751.

Próximamente, desde la Academia Internacional de la Vª Orden de la Unión Masónica Universal del Rito Moderno, llevaremos a cabo unas entradas especialmente dedicadas a aspectos específicos del Mason Word.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º