Mujer y Masonería: La lucha por la absoluta "Igualdad" (y II)

En los tiempos de la masonería operativa, las mujeres participaban activamente en las fraternidades de los talladores de piedra y de constructores. En efecto - y para sorpresa de muchos -se pueden ver nombres femeninos tanto en las listas de trabajo de las canteras como en las relaciones de asistencia de varias "Logias", nombre con el que se designaba el pequeño local temporal destinado a la administración de las obras de construcción durante el tiempo que estas duraban. El hecho de que la gran mayoría de estas corporaciones estuviera integrada por hombres, no significa que no existieran mujeres que cumplieran estos oficios, puesto que no todas las corporaciones medievales excluían a la mujer.
Para citar un ejemplo, la Guilda (corporación) inglesa de los Carpinteros de Norwich, que data del 1375, a la que también pertenecían los masones de York, recuerda que: “Todos los años, el sábado siguiente a la Ascensión, los Hermanos y Hermanas se reunirán en un lugar determinado para recitar oraciones en honor de la Santa Trinidad, por la paz y la unión del país...” “Si muere algún miembro de la guilda, sus Hermanos y Hermanas habrán de rezar por él ...”
Entre los constructores de Catedrales encontramos el nombre de una mujer, Sabine de Pierrefonds, hija de Hervé de Pierrefonds, más conocido por su nombre germánico Erwin de Steinbach, constructor principal de la Catedral de Estrasburgo en el 1277. Sabine fue responsable de tallar el pórtico de esta catedral así como de esculpir algunas de las notables estatuas de Notre Dame de París. También por su condición de Maestra de Obra, formó Aprendices en su oficio.
Pensamos también en la recepción de las esposas de los Maestros, pues en ”las Antiguas Constituciones de los masones francos y aceptados”, tomadas de un manuscrito de una antigüedad de 500 años anterior a ser editado en 1722 por J. Roberts, en la parte del Reglamento de los Aprendices, dice: “No revelaréis los secretos o proyectos de vuestro Maestro o de vuestra Maestra ...” En los archivos de la Logia de York N° 236, que perteneció a la antigua “Gran Logia de Toda Inglaterra”, existe un manuscrito de 1693 (denominado York Nº 4), dónde podemos leer lo que sigue respecto a una recepción del Siglo XVII: “Uno de los antiguos coge el Libro, y aquel o aquella que debe ser hecho masón, pone las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones”. Incluso, la iniciación femenina dentro la francmasonería aceptada se extendió a una soberana, Ana Estuardo, hija de Jacobo II, que reinó sobre Gran Bretaña e Irlanda de 1702 a 1714 .
Si consideramos importante efectuar una búsqueda histórica de los orígenes y parte de la base de inspiración de lo que posteriormente representará la masonería especulativa, necesariamente nos hemos de dirigir a los denominados "Antiguos Deberes" u obligaciones (Old Charges). Estos se componen de un material de aproximadamente ciento veinte documentos manuscritos que han sobrevivido hasta nuestros días, referentes a normas y reglamentos que gobernaban el arte y la ciencia de la construcción antes del surgimiento del sindicalismo moderno. Estos documentos datan de unos trescientos a seiscientos años atrás. El más antiguo conocido es el denominado "Regius" y, según los expertos, fue redactado sobre el 1390; se trata de un extenso poema, de rima arcaica denominada "doggerel verse", que se encuentra en el British Museum. De éste destacamos unos extractos de particular interés:
“Este gran clérigo se llamaba Euclides,
Su nombre era conocido en todo el mundo.
Pero este gran clérigo ordenó
A quien más elevado estaba en este grado,
Que debía de enseñar a los más simples de espíritu
Para ser perfecto en este honrado oficio;
Y así debían instruirse el una al otro,
Y amarse juntos como hermano y hermana.”
También en el Artículo Décimo leemos:
“El décimo artículo sirve para hacer saber,
A todos los del oficio, grandes o modestos,
Que ningún maestro puede a otro suplantar,
Sino estar juntos como hermana y hermano.”
Finalmente en su punto noveno encontramos:
“El noveno punto va dirigido a aquel
Que es el intendente de nuestra sala
Si os encontráis juntos en la cámara
Servios uno al otro con calmada alegría;
Gentiles compañeros, lo debéis saber,
Cada cual debe ser intendente por turnos,
Semana tras semana, sin lugar a dudas,
Todos a la vez intendentes deben ser,
Para servirse unos a los otras, amablemente,
Como si fueran hermano y hermana;”
Llegados hasta aquí, permitidme efectuar la siguiente reflexión: La aparición de la Masonería Moderna o Especulativa en 1717, con la organización de la Gran Logia de Londres supuso una desviación de la tradición masónica anterior. Años más tarde este hecho generó la revuelta de los masones operativos liderados por el H.·. Laurence Dermott, quien constituyó la Gran Logia de los "Antiguos" según las viejas instituciones. Es innegable que la fuente de la Tradición Masónica radica en la Masonería Operativa anterior a 1717, de dónde se deduce que la Gran Logia de Londres era cismática e irregular "ab initio". Por lo tanto hablar de los conceptos de regularidad y legitimidad resulta un tanto complejo y delicado. La evolución es absolutamente necesaria siempre que se conserve aquello que es "esencial" para determinar el pensamiento masónico, y curiosamente, algunas propuestas concretas que pueden parecer innovadoras, ya eran de aplicación en la tradición masónica antigua.
Vemos, pues, que el problema generador de división masónica alrededor del concepto “regularidad”, responsable entre otras diferencias, de la no aceptación de la mujer como miembro de nuestra Augusta Orden, se reduce a la clasificación que ciertas Obediencias reservan para otras en función de su origen, Ritos y creencias. Simbólicamente, se aplica este término a los masones que están activos (inscritos en una L.·. y a plomo con sus obligaciones) y de la Logia que cumpliendo con las condiciones constituyentes, está instalada y reconocida por una Ob.·., quien le otorga una Carta Patente ofreciéndole “legalidad- regularidad” para ejercer su trabajo bajo su jurisdicción. Pese a esto, esta legalidad adquirida obedencialmente, no es condición “sine qua non” para definir su calidad masónica. Recordamos que una Logia Justa y Perfecta disfruta de completa independencia de otra Logia o Gran Logia para desarrollar sus trabajos. ¿Dónde encontramos pues, el “fons et origo” de la esencia masónica?
Ésta probablemente radique en los Landmarks o Antiguos Límites, puesto que son los Principios Generales de Derecho Masónico, normas de derecho no escrito, que cumplen una importantísima tarea fundamentadora, interpretativa, integradora y limitadora. ¿Pero qué son estos landmarks o linderos? Algunos de estos linderos son comunes, otros bastante diferentes dependiente de quien haya hecho una relación (Mackey, Mac Bride, Pound, Pike, u otros) llegando en algunos casos a encontrarse en total contradicción. Sólo unos pocos linderos de los muchos que aparecen en las numerosas listas coinciden o son muy similares a las Obligaciones contenidas en los antiguos Estatutos de la Cofradía. Los verdaderos Landmarks constituyen reglas rectoras, puntos de partida y de referencia, dónde su observancia permito garantizar la conservación de la esencia masónica siempre y en todas partes. Nos estamos refiriendo entonces a aquellas ideas básicas sobre las que se fundamenta la Institución Masónica, que surgen lógica y racionalmente de aquello que ha sido, es y será la Orden en su propia naturaleza. Vemos en ellos aquellos principios o reglas de gobierno masónico que supuestamente determinan el espíritu de nuestra institución, y que por provenir de tiempos remotos, se tienen en su mayor parte por inviolables. Dentro de estos linderos se encuentra la masonería, fuera de ellos, no existe. Por lo tanto, ninguna Gran Logia los puede derogar, ignorar, modificar o añadir y tienen como características el ser fundamentales, preexistentes, subordinantes, universales e inmutables. Existen y permanecen sin necesidad de ser enumerados, ni contenidos en un código. Podríamos “atrevernos” a intentar citar algunos que considero como muy evidentes:
La Masonería es una Institución cerrada y permanece a cubierto. El Simbolismo forma parte integrante de la Masonería.
La Logia representa el lugar físico y espiritual de encuentro de los Masones.
La Masonería es defensora de los derechos humanos.
Los Masones son seres humanos libres y de buenas costumbres. La Masonería le opone al dogmatismo, el libre examen, el libre pensamiento y la razón.
La Masonería es ajena como institución a la práctica religiosa.
La Masonería es ajena como institución a la práctica política.
La Masonería es una institución democrática.
Paralelamente, nos aparecen los Antiguos Usos y Costumbres. Éstos también son normas de derecho no escritas, que sin tener las características de los Landmarks, cumplen una tarea supletoria en el derecho masónico aunque pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia de la Orden. Los Antiguos Usos y Costumbres no tienen la connotación de principios generales y deben ser estudiados como prácticas reiteradas que se han convertido en costumbres aceptadas y se deben tratar de forma diferente, entre otras razones porque estas no tienen el carácter de esencialidad, inalterabilidad o inmutabilidad. La exigencia de la creencia en el G.·.A.·.D.·.U.·. y la exclusión de la mujer no son reglas esenciales o fundamentales para la Orden Masónica. Resaltamos como curiosidad, que la Gran Logia Unida de Inglaterra los enuncia en un lugar diferente a los Antiguos Límites y de estos Landmarks no ha elaborado ninguna lista que los defina o que ni siquiera los enumere . Los tradicionalmente presentados como Landmarks, como la lista de Mackey y otras similares, suelen ser antiguos Usos o Costumbres, pero no Landmarks o Principios Generales de Derecho Masónico, ya que no reúnen las características antes mencionadas. En este sentido, la creencia en el G.·.A.·.D.·.U.·. y la regla de la exclusión de las mujeres, no son Landmarks sino Antiguos Usos . Pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia masónica. De hecho, las Logias europeas principalmente que ya retiraron estas prohibiciones deben sentirse completamente legitimadas sin ningún género de dudas, siendo el problema, más de relaciones internacionales en lo que respeta al reconocimiento por parte de determinadas obediencias abocadas a defender unas posturas intelectualmente y moralmente insostenibles a día de hoy dentro de una sociedad de progreso y libertades. El cambio de parecer de estas últimas se producirá tarde o temprano, y la meta de unión universal francmasónica estará algo más cercana y menos utópica.
Por todo esto, como defensores del ideario francmasónico, reconozcamos y devolvamos los derechos que pertenecen a la mujer tanto por sus cualidades como por justicia universal, y hagamos operativo este sentimiento igualitario para todos los seres humanos en cualquier situación que así lo requiera. Es nuestro deber y responsabilidad.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Miembro Honorario del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo del Ecuador
Miembro de la International Confederation of Supreme Councils AASR
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)

Mujer y Masonería: La lucha por la absoluta "Igualdad" (I)

Puede resultar sorprendente plantear este tema en la actualidad, por su aparente evidencia argumental. Aún así, he estimado oportuno hacerlo como trabajo sintético de estudio y conocimiento histórico individual, intentando a la vez que pueda resultar de interés para el resto de Hnas.·., HH.·. o lectores en general.
Nuestro mundo ha experimentado grandes progresos, aunque muchos de ellos se han materializado de manera desigual en diferentes aspectos. Uno de los grandes adelantos sociales y de valores lo representa la teórica conquista por parte de la mujer de la igualdad de derechos cívicos y de oportunidades con los hombres, con todavía numerosas y desgraciadas excepciones por ahora. No siempre fue así. La mujer era tanto o más importante que el hombre en los cultos y creencias antiguos. Esta importancia también adquirió significado en la vida social y comunitaria, hasta llegar a las diversas formas de matriarcado.
En tiempos prehistóricos, la mujer tenía una activa participación en los cultos agrarios de fertilidad. Recordemos el culto a las “Diosas Madres” ya vigente en la etapa “auriñacense” del paleolítico superior (30.000 AC). En la Antigüedad, de Mesopotamia y Egipto, el culto a la diosa Naturaleza pasó a la Europa mediterránea. Durante miles de años la religión del área mediterránea y Europa, desde Anatolia hasta el Próximo Oriente, expresó el culto a la Diosa, metáfora de la naturaleza, y sus ciclos representaron la vida, la muerte y la regeneración. La civilización matriarcal de la Vieja Europa llegó a su máximo esplendor durante el 5º milenio AC. Respecto a los ritos de Iniciación y las formas de sacerdocio, desde los más elementales hasta los culturalmente mejor elaborados, la mujer ocupaba un lugar de preferencia. En el Antiguo Egipto, las mujeres participaban activamente en los Misterios de Isis y Osiris, del mismo modo que en Grecia en los Misterios de Eleusis instituidos por la diosa Deméter. Las invasiones por razones probablemente económicas de los indoeuropeos, no obstante, impusieron una estructura social patriarcal, y un panteón con dioses predominantemente masculinos. Los nuevos soberanos déspotas buscaron el apoyo de Sacerdotes y poetas para dar fundamento religioso a su ideología política que les ayudara a gobernar con normas morales y legitimara sus acciones agresivas y su poder absoluto. Fue así como se efectuó la reforma religiosa, creando y divulgando mitos, usados con la expresa función de propagar la ideología patriarcal. Los nuevos mitos aportaban claves útiles para la existencia, servían para imponer, amparar y mantener una situación de superioridad masculina, modelaban conductas diferenciadas de cada sexo y servían para subordinar, someter y disciplinar a las mujeres, a la vez que para justificar el orden impuesto y asignarle una base moral. Esta justificación religiosa permitía la guerra, como cumplimiento de indicaciones Divinas y, amparándose en la misión grandiosa de extender su religión, pretendía convertir al resto del universo. Antes de aquellas invasiones indoeuropeas, los pueblos del continente no utilizaban armas, vivían en ciudades abiertas y se dedicaban esencialmente a la agricultura, la artesanía y el comercio. Podemos de este modo diferenciar estas anteriores “sociedades solidarias” respecto a las “sociedades de dominación” que se impusieron finalmente. Las invasiones indoeuropeas consolidaron la sumisión de la mujer plasmadas ciertamente en las religiones de Libro Sagrado: el judaísmo, el islam y el cristianismo.
Este conjunto de factores: comportamientos innatos y adquiridos, normas de derecho, usos y costumbres tradicionales y preceptos religiosos erróneos, mantuvieron a la mujer en un grado de inferioridad en relación al hombre . Muchos de quienes se oponen a la admisión de la mujer en Francmasonería, esgrimen como únicos argumentos, unas veces el de la "Tradición", otras las Constituciones de 1.723, y algunos van mucho más allá recurriendo a teorías antropológicas de nula base científica y de fascistas reminiscencias que ahora me ahorraré comentar. Estas posturas intentan impedir que más del 50% de la Humanidad beba de las mismas fuentes del Conocimiento que los hombres "libres" y nacidos de mujer. Las Constituciones de Anderson (1.723)., salidas de a imprenta de Willian Hunter, Londres, el año Masónico de 5.723 (1.723 E.··.V.··.), representan unos de los puntos discordantes. Es en su Sección Segunda (Obligaciones de un Francmasón, apartado III), dónde está el origen de lo que todavía hoy continúa sembrando la polémica: "Los candidatos admitidos como miembros de la Logia, deben ser buenos y leales, nacidos libres, de edad madura y discreta, no esclavos, ni mujeres, no inmorales o escandalosos, sino de excelente reputación". Resulta a todas luces incomprensible que una Fraternidad que ha luchado contra toda clase de "dogmas", acabe por "crear" y "mantener” uno, para justificar la no participación de la mujer. Esta postura "dogmática" se fundamenta en un párrafo de un documento producto de la mentalidad de aquellos años y elaborado por hombres de iglesia (no olvidamos la calidad de pastores protestantes de Anderson y Désaguliers), puritanos y con un concepto sobre la inteligencia y aptitudes de la mujer de su época totalmente diferente al nuestro. Anderson excluye a las mujeres, no por una cuestión iniciática o relacionada con la Tradición, sino por un hecho histórico constatable en aquella época: las mujeres vivían y morían bajo la tutela masculina y prácticamente nadie las consideraba libres. Refiriéndonos nuevamente a esta lectura dogmática, resulta curioso, que en el Artículo XXXIX (último de ellos) de los Reglamentos Generales, recopilados por George Payne (Segundo Gran Maestre de la Logia de Londres) el año 1.720 (tres años antes de las Constituciones de Anderson), se diga: "Cada sesión anual de la Gran Logia, tiene poder inherente y autoridad para hacer nuevas reglamentaciones o alterarlas, para el beneficio real de esta antigua Fraternidad.."

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La presencia de la Mujer en la Masonería de Oficio (Operativa) y su progresión en el seno de la Orden

La Masonería fundamentada en unos valores ético-morales y principios de alcance universal, no puede estancarse cual dogma atemporal en una restricción reglamentaria contra la aceptación femenina que atenta al concepto mismo de dignidad humana, de progreso y atenta a la razón.
Ni siquiera históricamente (ver trabajos académicos del prestigioso historiador medievalista francés Jean Gimpel y en los estatutos de Boileau, Paris, del S. XII entre otros muchos) encontramos que fuera negado el acceso en la Mas.•. de Oficio (Operativa) a las mujeres donde estaban también incluidas. Así, del mismo modo en el ámbito especulativo, rápidamente bajo la influencia Modern en la Europa continental proliferaron los Trabajos Mixtos (ver los Rituales del Marquis de Gages en los Países Bajos Austriacos y el fenómeno de la sociabilidad en la Ilustración, o en el entorno del propio Conde de Clermont del S. XVIII).

Sólo un giro dogmático traducido en la fusión de 1813 impidió la natural revisión de las fundacionales Constituciones de 1717, abriéndose la tendencia de reconocimiento y recepción de la mujer en las históricas obediencias masónicas continentales Gran Oriente de Bélgica y Gran Oriente de Francia, que hoy día, entre otras muchas, las reconocen y reciben plenamente.

Por fortuna, cada vez más son las OOb.•. y Potencias Filosóficas, sobre todo al abrigo del Rito Francés de los Modernos, que reconocen a la mujer con pleno derecho masónico, respetando también la libertad de Trabajar en Talleres Masculinos, Femeninos y Mixtos.

Hoy nuestra actual masonería, y muy especialmente el Rito Moderno debe recoger el testigo y proseguir con la expansión de los valores inherentes que ostenta, libre de toda discriminación o imposición dogmática en defensa de unas sociedades más justas, libres, laicas y solidarias.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
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Mirando al Oeste: el Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz. Grande Capítulo Geral do Rito Moderno e Francês de Portugal


Estos últimos años masónicos han venido plagados de firmas de tratados de amistad y reconocimiento entre diversas potencias masónicas en los más variados Orientes.
Estos actos me parecen positivos desde la perspectiva de materializar uno de los distintivos de nuestra Orden en cuanto a su universalidad, y unidad desde la diversidad/pluralidad de realidades. Ahora bien, la otra cara de la moneda es cuando esta “búsqueda” u “obtención” de reconocimientos viene dada por una actitud acomplejada/apocada del demandante o provoca reacciones de prepotencia en aquellos que la obtienen (o la otorgan).
Es la extendida confusión del concepto de legitimidad y de la arbitraria, en ocasiones, aplicación del término masónico de regularidad. Existen diversos análisis de este último término, desarrollados hasta la saciedad, y en el que difícilmente se llega a un consenso cuando se basa en criterios condicionantes, arbitrariamente demandados en su génesis relativamente cercana, visible con una simple inmersión en la historia y pre-historia de nuestra hoy “entendida” francmasonería, a la que gusta denominar como especulativa, un término, la regularidad, del que casi todo el mundo se atreve a hablar pero del que tan pocos han ido al fondo con mente abierta. Es curioso como en este último grupo de Hermanos y Hermanas investigadores, estudiosos o que simplemente han reflexionado sinceramente sobre el asunto, se encuentran las posiciones más tolerantes, inclusivas, receptivas y, simbólicamente, más auténticas.
Y es que claro, en mentes medianamente ilustradas o esclarecidas, tres malletazos o un papel timbrado no pueden tener la “magia” de convertir en regular a lo que nació sin serlo, o legitimar algo sobre bases más cercanas a lo político-administrativo que en el trabajo bien hecho a lo largo de la historia. Daría entonces la sensación que estas “sagradas” etiquetas, se otorgan o se quitan al antojo de jerarquías de influencia dominante, y los demás, subyugados a poder estar “tocados” por los susodichos, perderían el trasero por recibir ese “abrazo” (a veces del oso) aunque para ello tuvieran que hacer la tenaza a terceros, eso sí, muy fraternalmente y hasta con mente muy liberal en ocasiones.
Pero que no se preocupe el masón recién iniciado: eso no es la masonería.
Y veremos de todo, como en botica: ver trabajar muy regularmente, muy legítimamente a estructuras independientes tildadas de salvajes, irregulares y demás bellos calificativos, y otras, reconocidas con adjetivos “pata negra”, hacerlo con no tanta calidad como sería de presuponer, y otras que sí,... en fin para volverse loco si se deja uno llevar por lo que le digan sin conocimiento de causa. Lástima que el tema se ve una vez dentro, y no hay forma humana de que sea de otro modo. Analizaremos en otra ocasión más a fondo ese ya desgastado vocablo “regular” y el concepto de “legitimidad” desde un punto de vista estrictamente semántico, filosófico, histórico e iniciático.
Pero dejemos de lado esta pequeña introducción reflexiva para pasar a mostrar una de esas estructuras referenciales y que nos impacta por su antigüedad y legitimidad histórica en el contexto de los Órdenes de Sabiduría del Rito Francés.
Acostumbrados a mirar sobre todo hacia el Norte o más allá del Atlántico, no debe pasarnos desapercibido echar una mirada a nuestro más cercano vecino del oeste de la península para poder apreciar que su masonería no es de “hace cuatro días”. Vamos a centrarnos, pues, en el Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz. Grande Capítulo Geral do Rito Moderno e Francês de Portugal.

La constitución de Logias Masónicas en Portugal parece ya remontarse a 1727, ya sea fruto de militares y comerciantes Ingleses y escoceses e incluso de franceses dedicados también al comercio en estos lares. La figura de Hipólito Costa en la estructuración y configuración de la masonería portuguesa a principios del XIX es fundamental tras, cómo no, una intensa persecución por la Inquisición tan bien conocida en toda la península. Las peripecias y viajes de este histórico personaje así como otros detalles de contexto histórico que no abordaremos en este artículo, llevan a presuponer que el Rito Francés, cuyos rituales fueron publicados e impresos en 1801, fuera el rito oficial del primer Gran Oriente Lusitano en su origen.
La fundación del Gran Oriente Lusitano data de 1802. Dos años más tarde, el 25 de abril de 1804, se firmó un Tratado de Amistad con el Gran Oriente de Francia (donde ya aparece el grado de Caballero Rosa-Cruz entre los masones portugueses firmantes, mostrando su preexistencia a dicha fecha, probablemente desde 1802).
A través de este Tratado entre el GOL y el GODF se ha acreditado la existencia y funcionamiento de los Órdenes de Sabiduría del Rito Francés en Portugal, al menos desde 1804, año en el que posiblemente se expidiera una patente de forma oficial. Por otra parte, la Constitución del Gran Oriente Lusitano de 1806, se refiere explícitamente a los diferentes órdenes y capítulos de Rito Francés, en su capítulo III y el artículo XIII, que presupone la existencia de un "Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa Cruz", así como varios capítulos.
Mientras que en Francia por otras razones dignas de análisis a fondo, los Órdenes de sabiduría dejaron de ser practicados durante unos 170 años (aproximadamente desde 1830 hasta 1999) en Portugal, por su parte, la labor del Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz, prosiguió durante este largo período, a pesar de las numerosas persecuciones y prohibiciones de las que fue objetivo la masonería, trabajado de forma ininterrumpida desde 1804 hasta 1939, es decir, alrededor de 140 años. Después de que Salazar prohibiera la masonería en 1935, de manera totalmente subterránea, los últimos supervivientes del "Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz, se incorporaron al Supremo Consejo de Grandes Inspectores Generales del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para Portugal y su jurisdicción, a través del Acuerdo de 1939 y, a partir de esta fecha, el Rito Francés o Moderno dejó de ser practicado en Portugal.
Sólo en 1991, después de la Revolución de los Claveles de abril 25 de 1974, con la fundación de la Logia Simbólica "Delta", el Rito Francés fue reintroducido en el Grande Oriente Lusitano, que fue practicado durante 10 años exclusivamente por esta Logia. Desde 2001, un grupo importante de masones del Gran Oriente Lusitano, perteneciente a la Respetable Logia "Delta" y hermanos españoles del Grande Oriente Ibérico (G.O.I.) fueron elevados en Francia, bajo la auspicios del Gran Oriente Latino Americano (GOLA) de manera gradual y sucesivamente en los diferentes Órdenes de Sabiduría del Rito Francés, con el apoyo de los Hermanos del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia.
Esta chispa inicial desembocó finalmente con la creación del "Gran Capítulo General del Rito Francés de Portugal” con patente concedida por el GOLA quien a su vez la había recibido del GODF el 20 de diciembre de 2000.
El Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, depositario desde el Acuerdo de 1939, de la Patente y de todos los poderes de la jurisdicción y la administración del Rito Francés para Portugal, reactivó en 2003, el Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa - Cruz, con masones elevados en Francia, así como con otros, especialmente los MM.·. II.·. HH.·. Fernando Valle y Emídio Guerreiro, iniciados en el Rito Francés hacía 80 años, últimos supervivientes desde 1939 a la edad de 103 y 104 años respectivamente en 2003, transfiriendo a este Soberano Gran Capítulo la Patente y todas sus prerrogativas, permitiendo así el restablecimiento de la Cadena de Unión del Rito Francés en Portugal, en toda su plenitud.
Es remarcable el hecho que el Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz trabajó desde 1804 hasta 1939 sin interrupción, y que su reactivación en 2003, con la presencia de los Venerables Hermanos Fernando Valle y Emídio Guerreiro, de 103 y 104 años de edad, implicó que nunca se rompiera la Cadena de Unión iniciática del Rito Francés y sus Órdenes de Sabiduría desde 1804 hasta 2003, por lo tanto durante cerca de dos siglos. Estos masones, convocados por el hermano Fernando Valle el 27 de agosto de 2003, decidió por unanimidad en la Asamblea del 5 de septiembre de 2003, en el Palacio Masónico de Lisboa, la integración de estos dos organismos en una única Potencia Masónica, Libre y Soberana, con el fin de preservar el legado histórico y la tradición del Rito Francés en Portugal, constituyendo así el Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa-Cruz - Gran Capítulo General del Rito Francés de Portugal.
Hemos dado así una breve recorrido sobre la historia del Rito Francés en el Oeste de la península Ibérica que, como en otros lugares, tiene muchos más capítulos, también llenos de interés, pasión y, por qué no, suspense. Será otro día.

Trabajo parcialmente publicado por Joaquim Villalta en el Blog Racó de la LLum el 29 de agosto de 2009, obviamente firmado con sus Grados, responsabilidades y cualidades masónicas actualizados el 07 de noviembre  de 2023.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
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Nouvelle Constitution de la Franc-Maçonnerie Restaurée

Esta entrada la voy a hacer bilingüe (en francés y español), lo cual seguro que no supondrá ninguna pega para nuestros lectores acostumbrados al uso de ambos idiomas.

Tuve el honor y el privilegio de ser Miembro desde el primero de enero del año 2008 de l'Ordre Maçonnique de France, organismo no obediencial, la cual no es una asociación del tipo ley 1901 concebida en 1991, sino una asociación moral, y fundada en el solsticio de verano de 1994, presidida por Paul-Jean Girard, exmiembro de relevancia del Supremo Consejo del Gran Oriente de Francia e íntimo colaborador y amigo del MPSGC Jean Mourgues, dimitiendo posteriormente para erigirse en defensor de los valores de la Masonería Restaurada y de Tradición, pretendiendo eliminar esas derivas que han degenerado la esencia espiritual y ética de la Orden. Debe diferenciarse de la Organisation Maçonnique de France, de naturaleza profana, constituida bajo la ley 1901, encargada de regular las cuestiones de intendencia de la Orden Masónica de Francia. Sus miembros son cooptados en función de las actividades a realizar, entre los adherentes de la Orden Masónica de Francia. Ciertos despreciables e incomprensibles enemigos pretendieron politizar y criticar lo que en realidad trasciende la naturaleza masónica. Y dentro de la progresión del 1° al 33° Grado, l'Ordre Maçonnique de France nos conecta con lo más alto, bello, bueno y justo. El Masón puede discrepar en nimiedades, pero coincide en la búsqueda de sus orígenes y en la evolución en pro de la Felicidad del cuerpo y del alma para todos los seres vivos.

En el año 2008 un grupo de Hermanos españoles fundamos e inscribimos en el Registro Nacional de Asociaciones la Orden Masónica de España con el número nacional 590303, colaborando, compartiendo valores, trabajando pluridisciplinarmente y practicando el ideario masónico de la Orden Masónica de Francia.

Sobre el IPH Paul-Jean Girard

Entré très tôt en franc-maçonnerie, l'auteur, dont le vécu maçonnique excède les cinquante années, a parcouru, entre autres, le rite le plus pratiqué dans le monde jusqu'à son ultime et dernier degré. Occupant une charge au sein du Grand Collège des Rites, instance du Suprême Conseil du Grand Orient de France, il s'emploie avec d'autres, à redresser la barre d'une franc-maçonnerie qu'il estime sortie du chemin de la tradition. Parvenant au constat que tout changement de cap y est devenu impossible, il en démissionne dans les années 90 pour concevoir " l'Ordre Maçonnique de France ", organisme non obédientiel, dont l'objectif est d'appeler les Maçons fidèles aux principes fondamentaux de l'Ordre, à s'unir pour travailler à sa restauration.


              

       
                          
                                                                                       
                   
Nouvelle Constitution de la Franc-Maçonnerie Restaurée


Préambule

L’Ordre maçonnique universel est UN.

La Franc-maçonnerie internationale, qui en est son expression terrestre, se doit donc de constituer un corpus uni.

Cette unité ne peut se réaliser harmonieusement si les institutions maçonniques de chaque Nation ne font pas l’effort de se relier elles-mêmes dans le cadre d’une confédération. La présente Constitution, se veut la pierre d’angle définissant les conditions sous lesquelles cette unité doit s’établir

Exposé des motifs

La franc-maçonnerie, morcelée comme elle l’est aujourd’hui, en une multitude d’associations plus attentives à leur propre développement qu’à la mission qui leur est dévolue, est semblable à un mécanisme qui se satisfait, voire se glorifie, de son fonctionnement, sans se préoccuper de produire ce pour quoi il a été créé.

Deux courants principaux en présente l’image :

L’un se veut « régulier », sous le prétexte de « bornes » (landmarks) tenues totalement indispensables à respecter pour prétendre revendiquer la légitimité maçonnique. Cette disposition le conduit à un ostracisme nuisible pour la fraternité maçonnique.

L’autre se veut « libéral », tenant pour essentiel la pratique d’une totale liberté de conscience, transformant et réduisant l’Ordre maçonnique en une sorte d’association, où chacun peut revendiquer le droit de faire valoir ses propres inclinations, jusque et y compris l’abandon d’une croyance en Dieu qu’il tenait jadis comme étant le lien entre tous les Maçons (Convent du GODF de 1849).

Ainsi aujourd’hui, les uns conservent Dieu mais rejettent des êtres humains, les autres se veulent rassembleurs de tous et de toutes, mais placent Dieu au magasin des accessoires quand ce n’est pas dans les oubliettes.

S’il est incontestable que l’Ordre maçonnique s’inscrit dans un espace que limite des « bornes », au-delà desquelles on n’est plus en son sein, et s’il est vrai que la démarche de franc-maçon doit préserver son libre arbitre, l’une et l’autre de ces conditions ne peuvent que s’inscrire dans un cadre ordonné, en harmonie avec les forces de l’univers dépendantes de lois qui transcendent notre seule condition humaine et dont le créateur et l’ordinateur est tenu par les francs-maçons authentiques, selon leur vocable symbolique, comme le « Grand Architecte de l’Univers ».

Le singulier message maçonnique est un message de foi, d’espérance et d’amour.

Au fil du temps, il s’est trouvé dénaturé par toutes ces scories humaines que sont : l’orgueil, la cupidité, la soif de pouvoir ou de gloire, au point d’en être réduit aujourd’hui à un faisceau profane de considérations sociales et relationnelles, plus digne d’un club, d’un salon, que d’un temple où l’Homme travaille à son perfectionnement moral et spirituel.
La foi s’en est trouvée étouffée, l’espérance éteinte et l’amour dévoyé.
Que pouvons-nous, que devons-nous espérer ?
Tout simplement redonner vie à une Maçonnerie authentique, tant dans son expression spirituelle que fraternelle, apte à placer ses membres sur la voie conduisant au sage, au beau et au juste, non pas simplement dans la parole, mais aussi et surtout dans le vécu, car l’exigence de la nature Maçonnique s’inscrit bien au-delà, tant d’un simple confort associatif que d’une unique pratique intellectuelle. .
L’universalité de la franc-maçonnerie régulière, c’est-à-dire traditionnelle, ne restera qu’une chimère et donc sans aucune portée ni quelconque valeur si, conjointement, les institutions maçonniques nationales, fidèles à l’esprit traditionnel de l’Ordre, se refusent à se relier dans une confédération pour constituer un Corpus uni, capable de nourrir ses membres et, par eux, l’humanité, au point de pouvoir prétendre et revendiquer d’en être un havre de paix, d’harmonie et de salut ?
La franc-maçonnerie a évolué en une mosaïque d’associations « obédientielles », basées sur des conceptions, des pratiques et des objectifs divers, qui les ont diversement éloignées des principes fondamentaux et les privent de toute cohésion véritable, à l’exception de l’appellation commune de « franc-maçonnerie », dont chacune d’elles est néanmoins convaincue d’en être une authentique et parfois exclusive représentante.
Toutes, par leur division, font la preuve de leurs dérives, en dépit des traités de « reconnaissance » que certaines établissent entre elles, mais qui ne sont que des accords aléatoires purement administratifs, donc profanes, établis ou dénoncés en fonction de circonstances qu’elles estiment favorables ou défavorables à leurs intérêts particuliers du moment.
Il résulte de cette triste situation que les francs-maçons en sont conduits à énoncer ce paralogisme : « mes frères me reconnaissent comme tel », laissant faussement à penser que cette prétendue reconnaissance vaut pour l’ensemble des francs-maçons, alors qu’en vérité elle se limite au seul cadre de leur propre obédience, éventuellement élargi par des ententes conjoncturelles.
Ainsi, cette franc-maçonnerie est d’autant plus éloignée de l’universalité dont ses principes se réclament, que son union nationale n’est même pas réalisée.
Malgré ce, le fait que toutes ces associations obédientielles disparates, s’abritent sous la même dénomination, fait illusion pour ceux qui s’accommodent des apparences, mais ne peut que surprendre, interroger, repousser ou tromper les profanes qui envisagent de frapper à leur porte, ou décourager les Maçons attachés à la conception d’un corpus maçonnique uni, fidèle à sa mission comme à ses principes originels et dont les institutions obédientielles se devraient d’être les dignes, véritables et fidèles missionnaires.
Le constat de cette situation rend nécessaire une nouvelle définition de ses principes fondamentaux et de son organisation, de même qu’une modification de son appellation, afin d’éviter toute ambiguïté avec les institutions maçonniques existantes qui entendent se maintenir en perpétuant la situation actuelle.

Postulats

Si en ce XXI° siècle le fait obédientiel est inscrit dans les mœurs, au point qu’il n’est pas souhaitable, ni envisageable, pour un temps sans doute encore assez long, de le supprimer, l’unique solution est d’établir un lien confédéral entre toutes les Institutions obédientielles qui, tout en préservant leur souveraineté administrative, leur permette de devenir membres inséparables d’un même corps.

Ce corpus maçonnique, unissant véritablement ce qui est épars, serait alors apte à faire valoir dans le monde les principes qu’il tient de l’Ordre maçonnique universel et d’être le centre d’union où s’assemblent des hommes de bonnes mœurs et de bonne volonté, désireux d’entreprendre une démarche initiatique favorable à leur perfectionnement moral et spirituel.

Une telle union, pour être vraie, doit, au-delà de sa trame formelle, s’abreuver à une même source, celle d’où jaillit la Parole divine créatrice de toutes choses. Il importe donc que cette union soit le fait d’institutions qui s’y abreuvent sans défaillance, sans restriction et en toute sincérité.

Cette condition détermine la religiosité maçonnique, laquelle ne résulte que de son lien au Divin, indépendamment de tout système confessionnel, et permet à ses membres de concevoir Dieu - que le vocable maçonnique nomme « Grand Architecte de l’Univers » - selon leur propre plan de conscience et de s’attacher, par un effort journalier, à pratiquer le bien, le juste et le sage, conformément à Sa volonté.

Cela implique que, pour le franc-maçon, ce n’est pas la « croyance » en Dieu qui est facultative ou relative, mais uniquement l’idée que son état spirituel lui permet de s’en faire, et sa progression dans la hiérarchie de son rite doit être, entre autres considérations, la conséquence de l’évolution de cet état qui, partant du déisme, trouve son aboutissement naturel dans le théisme.

Principes fondamentaux

Son origine et son appellation

La franc-maçonnerie, manifestation de l’Ordre maçonnique universel, dont la mission est de refléter sur terre l’Ordre céleste, se revendique descendante des sociétés initiatiques anciennes.
Elle a puisé son appellation dans la corporation des constructeurs, au sein de laquelle ses assemblées ont jadis trouvé refuge, et use de leurs outils dans un sens symbolique.
Son « maçonnisme » est celui du temple intérieur de l’Homme, et au-delà celui de l’Humanité, et s’effectue dans l’esprit de la nouvelle loi enseignée par Christ, manifestation de Dieu en son fils Jésus,
Par la présente Constitution, la franc-maçonnerie, soucieuse de se distinguer des institutions maçonniques qui n’y adhèrent pas et éviter ainsi toute ambiguïté, prend pour nouvelle appellation celle de : « Franc-Maçonnerie Restaurée ».

Sa nature, son objet et son action

Conformément à ses origines, elle est de nature initiatique, ésotérique et
symbolique.
Elle abrite dans ses temples tout Etre humain, sans distinction de race, de
condition sociale et d'attachement à tout système politique ou religieux
au-dessus desquels, en tant que telle, elle se place, laissant à ses membres
le libre choix et exercice de leurs opinions et croyances dans le respect de
ses principes et de ses objectifs.
Elle œuvre en vue du perfectionnement moral et spirituel de ses membres, en les conviant à faire s’épanouir en eux leur étincelle divine en une ardente lumière et leur permettre d’accéder à une meilleure connaissance d’eux-mêmes, des autres et de l’univers.
Au sein de l’humanité, elle se veut un exemple et un modèle de sagesse, de fraternité et de bienfaisance, propre à l’accomplissement de la grande loi d’amour.

Sauf à défendre ses principes fondamentaux, elle s’interdit, en tant que telle, toute immixtion dans les sphères sociales, politiques ou ecclésiales.

Engagement et qualité du Franc-maçon

Tout engagement maçonnique est pris sur la Bible, tenue pour l’expression symbolique de la Loi Sacrée.
Nul ne peut être reçu franc-maçon qu’il n’ait donné confirmation de son attachement sincère à la religiosité maçonnique, telle qu’exposée dans la présente Constitution et au respect des Lois de sa Nation.
Dans le principe, et indépendamment des dispositions particulières obédientielles, lesquelles demeurent libres et souveraines dans leur conduite et particulièrement dans la réception de leurs membres, tout être humain, mâle ou femelle est initiable et peut donc être reçu Maçon s’il en est jugé digne.

Comportement du Maçon

Conformément aux principes fondamentaux de l’Ordre, le franc-maçon demeure respectueux de tous les hommes, quelles que soient leurs races, leurs croyances et leurs convictions politiques ou sociales, pourvu que celles-ci ne soient pas contraires aux bonnes mœurs découlant d’une saine morale, selon les enseignements du Volume de la Loi Sacrée.

Toute personne qui, au détriment de son perfectionnement moral et spirituel, tient pour souverains les plaisirs existentiels, manque à la probité et aux bonnes mœurs et néglige, par son comportement, les enseignements d’amour et de pardon, ne peut devenir membre de l’Ordre, sauf à exprimer son désir sincère de repentance et donner les preuves de son accomplissement.

Régularité

Elle s’applique, sans autre considération, à celui qui, ayant confirmé son adhésion pleine et entière à la présente Constitution, reçoit par transmission l’initiation rituelle dans le cadre de Rites maçonniques codifiés, reconnus et rendant gloire au « Grand Architecte de l’Univers ».
La régularité d’une institution obédientielle implique la régularité de tous ses membres.

Liberté du Franc-maçon

Elle est circonscrite dans le respect de ses engagements, ce qui lui fait un devoir d’aimer et de pratiquer les vertus, d’abhorrer et combattre les vices.

Travaux maçonniques

Ils sont toujours entrepris à la gloire du « Grand Architecte de l’Univers », auquel il est rendu hommage lors de leur l’ouverture, de leur fermeture, de même qu’au début et en fin d’agapes, par une prière dont les suivantes sont données à titre indicatif.
Tous les actes maçonniques portent en en-tête, en clair ou en initiales : «A la Gloire du Grand Architecte de l’Univers».

Prières

A l’ouverture des travaux :

Grand architecte de l’univers, être éternel et infini, qui es la bonté, la justice et la vérité même, ô toi qui, par ta parole toute puissante et invisible, as donné l’être à tout ce qui existe, reçois l’hommage que les frères ici réunis en ta présence t’offrent pour eux-mêmes et pour tous les autres hommes. Bénis et dirige toi-même les travaux de l’ordre et les nôtres en particulier. Daigne accorder à notre zèle un succès heureux, afin que le temple que nous avons entrepris d’élever pour ta gloire, étant fondé sur la sagesse, décore par la beauté et soutenu par la force qui viennent de toi, soit un séjour de paix et d’union fraternelle, un asile pour la vertu, un rempart impénétrable au vice et le sanctuaire de la vérité.
Nous invoquons maintenant ta bénédiction avec révérence. Puisses-tu accorder que cette réunion, commencée dans l’ordre, soit conduite dans la paix et close dans l’harmonie.

A la fermeture des travaux :

Père tout puissant, comme nous sommes sur le point de nous séparer, nous te demandons d’étendre ta protection sur nous, jusqu’à ce que nous soyons appelés à nous réunir à nouveau. Enseigne-nous, ô Seigneur, à percevoir la beauté des principes de notre noble institution, non seulement en loge, mais partout dans l’univers. Apaise toutes passions discordantes en nous, et rends-nous capables de nous aimer les uns les autres, dans l’unité et la fraternité. Puisse la bénédiction du ciel demeurer sur nous et sur tous les maçons, puisse l’amour fraternel prévaloir et toutes les vertus morales et sociales nous unir.

Au début des agapes :

Père de l’Univers, toi seul est saint. Que ta Sainteté règne sur nous pour que nous fassions ta Volonté, pour que nous recevions notre nourriture, pour que nous puissions pardonner et recevoir pardon, pour que nous résistions aux tentations et que soit abattu le malin. Pour que règne sur nous, à jamais, ta Sainteté, ta Puissance et ta Lumière.

A la fin des Agapes :

Suprême architecte de l’univers, nous te rendons grâce de tes bienfaits et en particulier de la nourriture que ta providence vient de nous accorder. Bénis nos efforts, pour le secours des indigents que nous recommandons à ta bonté paternelle.

Rites

Tous les travaux maçonniques s’effectuent dans le cadre et le respect de rites ancestraux, codifiés et reconnus, dont les Institutions ont à charge d’en être les garantes, et aucune de leurs éventuelles adaptations ne doit altérer leur substance fondamentale qui est le culte rendu au « Grand Architecte de l’Univers ».

Obédiences

Ce sont des associations organisées, en « Grand Orient », « Grande Loge » ou « Loge Indépendante », dont le fonctionnement est défini par leur règlement particulier dont les dispositions ne doivent pas contrevenir à la présente Constitution.

Organisations obédientielles

La Loge est une association composée au minimum de sept Maçons, dont au minimum trois Maîtres, C’est la cellule fondamentale de la franc-maçonnerie. Son activité s’exerce dans le cadre de son règlement particulier ou de celui de sa fédération, lesquels règlements ne peuvent déroger aux dispositions de la présente Constitution.

Un Grand Orient est une fédération de trois Loges au minimum, travaillant à des rites divers.

Une Grande Loge est une fédération de trois Loges au minimum travaillant selon un même rite.

Une Loge Indépendante est une loge soumise à aucune fédération.

Un Triangle est une association de trois Maçons, dont au minimum deux Maîtres. Il est indépendant ou dépendre d’une institution. Il ne peut toutefois procéder à la transmission initiatique qu’en satisfaisant au nombre de participants requis pour une loge.

Attachement obédientiel.

Tout membre d’une Institution Obédientielle doit prendre conscience qu’au-delà de son attachement obédientiel il appartient à la communauté fraternelle d’un Ordre spirituel initiatique universel, dont son obédience n’en constitue qu’une cellule administrative.

Corpus maçonnique national

Il est constitué par la confédération des obédiences nationales et porte le titre de : Ordre Maçonnique de (nom de la Nation), cellule de l’Ordre maçonnique universel.

Corpus maçonnique international

Il est constitué par la confédération des corpus maçonniques nationaux et porte le titre de : Ordre Maçonnique International, cellule de l’Ordre maçonnique universel.

Grand Conseil National

Il est constitué par un représentant, porteur du plus haut degré que confère son rite, de chacune des obédiences confédérées au plan national. Ce Conseil confère à deux de ses membres les titres de Grand Maître et Grand Maître adjoint de l’Ordre maçonnique national.

Grand Conseil International

Il est constitué par les Grands Maîtres des Grands Conseils nationaux. Ce Conseil confère à deux de ses membres les titres de Grand Maître et Grand Maître adjoint de l’Ordre Maçonnique International.

Habilitation des Grandes Maîtrises et Grands Conseils

Le titre de Grand Maître, de même que l’appartenance à un Grand Conseil ne constitue pas un degré initiatique mais la marque d’une fonction attribuée par leurs pairs à des Maçons, nécessairement porteurs du plus haut degré que confère leur rite, lesquels ne disposent d’aucun pouvoir particulier, sauf à être un exemple de probité et de sagesse qu’ils ont à charge de faire valoir, tant au sein de l’Ordre que du monde profane.


 Le 25 mars 2008 E.·. V.·.
Paul-Jean Girard
Président du Bureau de l’OMDF
Joaquim Villalta
Presidente de la Orden Masónica de España


Révisé et mis à jour le 26 octobre 2023 E· V.·.
Joaquim Villalta
Presidente de la Orden Masónica de España


La date 1783 dans le Rite Français des Modernes

La date 1783 dans le Rite Français des Modernes

Re-bonjour Joaquim

À propos de ta question, voici quelques éléments qui complètent la pseudo discussion si en vogue autour de la date 1783 dans la franc-maçonnerie française et la Régulation sous l’impulsion notamment de Roëttiers de Montaleau.

Les dates sont souvent la meilleure et la pire des choses, comme les statistiques d’ailleurs, au service de la faiblesse de nos connaissances historiques.

Alors 1781, 1783, 1785, 1801 de quoi parle-t-on ?

Au regard des lenteurs et des atermoiements des différentes commissions ou chambres, il semble bien que la rédaction des trois grades fût pratiquement en voie d’achèvement dès avril 1782 et on assiste alors à des transferts ou des relecture sans doute améliorées des rituels.

Mais 1783 semble bien une date charnière qui a connu pas moins de 9 réunions dans lesquelles les trois grades symboliques sont mis en forme :

- La réalisation d’une synthèse du grade d’apprenti entre celui rédigé par les 3 chambres et celui rédigé par le F. Million et Roëttiers de Montaleau est chargé du ce travail

- La présentation du grade de compagnon par Roëttiers de Montaleau

- Et la lecture du grade de Maître interrompue mais rédigée qui se poursuivra en janvier 1784.

Les trois grades seront présentés en février 1784 aux 3 chambres. Ont peut dire que ces 3 grades étaient rédigés dans l’année 1783. Ce qui permet d’écrire que cette rédaction était prête dès 1783. Nous assistons en 1784 à des relectures et des observations sur tous sujets qui avaient déjà été abordés dès 1781. Après amendements et relance les trois rituels sont adoptés par le GO entre juillet et août 1785. Il semble bien que les rituels adoptés le soient pratiquement dans la forme des manuscrits distribués dès 1781 par le GO.

Si on ajoute que la forme imprimée de ces rituels sous le nom de régulateur de 1801 n’a pas été publié à cette date mais probablement une dizaine d’année plus tard, il est difficile d’être péremptoire en matière de chronologie, et cette note comprise évidemment.

De plus on peut considérer qu'une écriture faite n'indique pas une publication réalisée.

Avec un TAF très forte

Jean-Pierre Duhal, 5ème Ordre, Chevallier de la Sagesse, Grade 9 et dernier du Rite Français des Modernes, Souverain Grand Inspecteur Général, 33º du Rite Écossais Ancien et Accepté. Fondateur du Sublime Conseil “Provence et Fidélité”, Membre Fondateur du Ve Ordre et, Passé Très Sage et Parfait Grand Vénérable de la Chambre d’Administration du Grand Chapitre Général du Grand Orient de France. Membre de l’Académie Internationale du Ve Ordre de l’Union Maçonnique Universelle du Rite Moderne.

Introducción de "Senda de las Luces Masónicas" (New-York, 1821) del IPH Joseph Cerneau: idéntico encabezamiento del Prefacio del "Régulateur du Maçon" (edición impresa de 1801)

Introducción de "Senda de las Luces Masónicas" (New-York, 1821) del IPH Joseph Cerneau: idéntico encabezamiento del Prefacio del "Régulateur du Maçon" (edición impresa de 1801).

Además el análisis del libro muestra claramente la práctica e instrucciones de los grados simbólicos propios del Rito Francés o Moderno.

Es del todo imprescindible el estudio pormenorizado de los materiales que se dieron en uno y otro continente contrastando sus contenidos filosóficos, rituales, simbólicos y masónológicos organizativos conducentes a unos resultados auténticos fundamentados por un estudio académico serio y racional, con una metodología científica que nos libere de falsas conclusiones fundamentadas en el error y en la mentira, en ocasiones, ignorante o programada.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro de Honor de la Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau).
Miembro de la International Confederation of Supreme Councils, AASR