Omega: la Constante Dual

 En determinadas ocasiones, la “contemplación” de ciertas expresiones o ecuaciones de tipo físico y matemático han ejercido en mi interior un indiscutible efecto simbólico. Éstas, por sí mismas, han supuesto para mí una base de meditación a partir de la cual he procurado encontrar una vía conducente en busca de determinados conocimientos de cariz más trascendente e, incluso, esotéricos. Este intento de hallazgo de la “verdad” latente en mi interior debo hacerla mediante la obligada utilización de dos de las “Grandes Luces”: La Escuadra y el Compás. Será pues la aplicación de la norma y del juicio justo en la apreciación adecuada de las cosas dentro del campo material haciendo uso de la Razón, lo que, en combinación del correcto entendimiento de mi facultad comprensiva espiritual, podrá en todo caso, llevarme a la Gnosis, y por lo tanto, a la Realidad.
¿Y cual es la punta de este Compás? 
Para mí, sin duda, el G.·. A.·. D.·. U.·., aun cuando vaya por delante mi indiscutible respeto hacia todas las tendencias de opinión y diferentes creencias sobre el mismo.

Apelo de antemano a vuestra paciencia por la extensión de esta introducción o prefacio, pero se hace indispensable si lo que pretendo es mostraros mi visión sobre las respuestas a las preguntas “¿de dónde vengo?” y, en especial, “¿quien soy?”. 

Mi primera “gran experiencia” de reflexión existencial y, por qué no decirlo así, Cósmica” fue el estudio de la Relatividad Especial de Albert Einstein y su final explicitación (muy simple, por cierto).

En el procedimiento constructivo de este trabajo, dónde pretendo comunicar desde el mi interior más sutil, me he propuesto no caer en la tentación de hacer grandes muestras de erudición, que incluso podrían resultar presuntuosas y del todo evitables. Me dispongo ya a entrar en materia, y desarrollar el sujeto- análisis, de la segunda expresión de tipo matemático que, empleando las herramientas del conocimiento francmasónico que hasta ahora he tenido la fortuna de tener a mi alcance, ha enriquecido mi espíritu y reforzado los argumentos de las respuestas de las dos grandes interrogantes planteadas anteriormente.

El estudio de la Proporción Áurea, y su manifestación dentro la naturaleza, supone un elemento de búsqueda que sólo puede definirse como “fascinante”. Definimos sección áurea como la división armónica de un segmento en media y extrema razón. Es decir, que el segmento menor es al segmento mayor, como éste es a la totalidad. De este modo se establece una relación de medidas con la misma proporcionalidad entre el todo dividido en mayor y menor. Esta proporción o forma de seleccionar proporcionalmente una línea se denomina proporción áurea. Por citar un ejemplo geométrico, la relación entre la diagonal del pentágono y su lado es el número d’oro: F.

Según la tradición, el símbolo representativo del conocimiento de la Escuela Pitagórica era el Pentagrama, también utilizado al final de sus escritos a modo de saludo. Haciendo referencia al personaje de Pitágoras (580-500 a.C.), apuntaremos que viajó por Egipto, Babilonia y posiblemente, la India, países dónde adquirió gran parte de su formación matemática y filosófica. Contemporáneo de Buda, Confucio y Lao Tse, estuvo muy influenciado por el misticismo religioso. Los pitagóricos aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir determinados alimentos, la sencillez en el vestir y en las pertenencias, así como el hábito del autoanálisis. Creían en la inmortalidad y en la transmigración del alma. Entre las amplías investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos, encontramos los estudios de los números pares e impares, así como de los primos. Desde este punto de vista aritmético, cultivaron el concepto de número, que representó el principio crucial de toda proporción, orden y armonía del universo. El mundo, pues, estaba configurado según una estructura numérica, dónde solamente tenían cabida los números fraccionarios y enteros. Indiscutiblemente, mediante sus estudios, establecieron la base científica para las matemáticas. 
Casualmente, la grandeza sublime del Teorema de Pitágoras y la mágica belleza del Pentagrama místico fueran dos caballos de Troya para la Geometría griega, porque traían en su interior la semilla de la profunda crisis de la escuela pitagórica de donde surgieron. Las consecuencias de su Teorema atentan contra sus fundamentos doctrinales, que los había llevado a establecer un paralelismo entre el concepto numérico y la representación geométrica. En efecto, el cuadrado que es una de las figuras geométricas más simples, proporciona un terrible ente: la diagonal, que no es conmensurable con el lado. Lo mismo sucede entre la diagonal y el lado del pentágono. 
La creencia de que los números lo podían medir todo, era una ilusión. Quedaba eliminada de la Geometría la posibilidad de medir siempre con exactitud. Se había descubierto la magnitud inconmensurable, el número irracional –no expresable mediante razones–, «el alogon», que provocaría una crisis sin precedentes en la Historia de la Matemática. Esta sacudida dentro la Matemática griega puede palparse leyendo la leyenda apocalíptica atribuida a Procolo, que se relata en una parte del Libro X de Los “Elementos” de Euclides: «Se sabe que el primero en dar al dominio público la teoría de los irracionales, moriría en un naufragio, y fue así porque lo inexpresable e inimaginable debería siempre haber permanecido oculto. En consecuencia, el culpable, que fortuitamente tocó y reveló este aspecto de las cosas vivientes, fue trasladado a su lugar de origen, dónde es flagelado perpetuamente por las olas.»
  
                                              F  

es mágicamente irracional.

Resulta fascinante ver cono en la naturaleza, aparece la proporción áurea en aspectos tan diversos como el crecimiento de las plantas, las piñas, en la distribución de las hojas en un tallo, las dimensiones de los insectos y pájaros, proporciones del cuerpo humano, en la formación de los caracoles o en determinadas aplicaciones de la sucesión de Fibonacci para el cálculo de la reproducción animal; por citar algunos ejemplos. F también ha estado presente en el campo del arte y de la construcción: el alzado del Partenón griego, o la Gran Pirámide de Keops, podrían ser unas de las muchas muestras desde épocas remotas.

Aunque no creo necesario desarrollar el proceso de obtención de este valor mediante una simple ecuación de segundo grado (numéricamente aproximado a 1,6180) he pensado que sí lo seria la explicación de su génesis en tanto a las posteriores valoraciones simbólicas que de este pasaré a describir. Se hace, no obstante, indispensable, desarrollar adecuadamente la expresión de F:

2F-1=Ö5
1=2F-Ö5
de donde
1=4Fq+5-4FÖ5           (Nota: q = elevado al cuadrado)
por lo tanto
1=5+4F(F-Ö5)
es decir
1=5+4(Fq-FÖ5)
El valor (Fq-FÖ5) es una constante que a la vez incorpora el número de oro. 
Me he tomado la libertad de denominarla W, la Constante “Dual”. Finalmente, la igualdad resultante queda así

1=5+4W

Es la visualización de esta expresión la que me genera una íntima revelación e interpretación simbólica. Puede considerarse elucubrativa, y en efecto lo es, pues resulta del fruto de la meditación, reflexión, trabajo intelectual y de un profundo convencimiento “intuitivo” que escapa de la posible argumentación convencional y que desearía fuera efecto de la Luz de mi Ser espiritual. Gráficamente podríamos también plasmarlo cómo

O = Pentagrama + W

Mi lectura, tanto numerológica como gráficamente, me aporta lo siguiente: El 1, o círculo (entendiendo el punto como círculo de radio infinitesimal y con potencial expansivo o contractivo), centro generador universal, se manifiesta (o mejor dicho, contiene) al hombre, representado por el Pentagrama. Como tal, y con la misma naturaleza del Todo, es un microcosmos en sí mismo donde está latente la Luz y Energía originales, y su deber es reactivar estas calidades potenciales que permanecen dormidas y en letargo. Reafirmando esta acepción, seria el portador hereditario de la quintaesencia donante de vida e inteligencia de la cual el G.·. A.·. D.·. U.·. es su origen.
A su lado, el cuatro, el cuadrado, el reino de la apariencia sensible, de la naturaleza y del mundo dimensional donde desarrollamos nuestra experiencia corporal y material. Este espacio visible, no obstante, está íntimamente influido por W (generada a su vez por F).
¿Pero, cual es el valor de W?
Como sospechaba filosóficamente, que no matemáticamente, es –1. W me demuestra la incidencia en el plano material de lo dual, lo aparente, lo ficticio, lo opuesto.

En resumen:

Yo como hombre, generado y conteniendo la naturaleza del G.·. A.·. D.·. U.·., transito en una realidad aparente que viene regulada por unos parámetros no casuales y que se rige por unas leyes de orden (por más complicadas que puedan aparecer). Mi obligación es despertar del “sueño profano” y “reencontrar” la Verdad Original, así como colaborar en que otros así también lo hagan dentro de un entorno material de máxima paz, armonía y bondad. Aquí están mis respuestas sobre “¿de dónde vengo?” y “¿quien soy?”. Queda todavía una tercera que, cuando sea el momento adecuado y esté preparado, intentaré encontrar: “¿dónde voy?”. Pero... todo a su debido tiempo.

Anexo a la Plancha sobre Omega

  
1) Obtención de F:

Sea L un segmento tal que
L= a + b
donde se dé la siguiente proporción
Fa = b
Fb = L
por tanto
Fb = a + b
Fb = (b/F) + b
generando la ecuación de segundo grado  (q = elevado al cuadrado)
(Fq)b =b + Fb
Fq - F - 1 = 0
Su solución positiva resultante es
                                                     F  =
Nota: tomar la solución negativa podría dar pie a un estudio simbólico que pienso interesante para tratar en otra ocasión.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro del Supremo Consejo del Grado 33º y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Islas Filipinas
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Masonólogo

Jorge Elías Adoum. Apuntes biográficos

Otro de los más destacados autores de referencia en la instrucción simbólica y filosófica masónica en el ámbito iberoamericano, es Jorge Elías Adoum. Importante y prolífico escritor, es de justicia dar a conocer, aunque de forma condensada, su biografía. Este autor nos deja un legado de análisis e incursión pedagógica en la masonería simbólica y de grados colaterales aportando una visión personal muy marcada, aunque también muy interesante para ser analizada y tenida en cuenta dentro de un estudio amplio. 

Publicamos esta entrada gracias al material de estudio biográfico proporcionado por el MIlH Alain Zegarra Sun del Gran Oriente del Perú quien generosamente me ha proporcionado sus fuentes documentales.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

 JORGE ELÍAS ADOUM

Jorge Elias Adoum o Mago Jefa, escritor y médico naturista. Nació el 10 de marzo de 1897 en la propiedad agrícola de su padre, Francisco Adoum, en Karf-Shbeil, cerca de Biblos, Líbano, y pertenecía a una familia católica maronita. Todavía en el Líbano, inició sus estudios superiores (y allí inició el proceso de su Iniciación en las Escuelas de Ocultismo), y los finalizó en Lyon-Francia, graduándose en Medicina. Sufrió en el Líbano los horrores de la guerra de 1914 cuyos relatos, en parte, se encuentran en su libro "Adonai".

Vivió la mayor parte de su vida en Ecuador, donde crió a su familia.

Recorrió casi todos los países de América del Sur dando conferencias gratuitas, editando sus obras, haciendo el bien.

Vivió muchos años en Brasil y falleció en Petrópolis, Río de Janeiro, el 4 de mayo de 1958, a causa de un derrame cerebral, a la edad de 61 años, y cumpliendo su voluntad, es enterrado en la ciudad donde se le recuerda como “ Jefa, el Venerable” [Nota: Al parecer, el mismo Jorge Adoum fue advertido por Issa de que su vida debía terminar por el corazón, como se puede leer en el libro “O Batismo da Dor”].

Era una persona hermética con respecto a su vida. Su infancia debió ser difícil, como la de todos los cristianos de Europa del Este y Oriente Próximo, revestida de extrema crueldad la ocupación turca, como atestiguan hechos notorios, provocada por el fanatismo otomano en los países árabes y en Europa. Las restricciones impuestas por los turcos eran draconianas, hasta el extremo de prohibir acercarse al mar, y cualquiera que lo hiciera era fusilado por algunos de los guardias civiles que custodiaban las playas, durante la guerra ni siquiera podían salar los alimentos, como sal era escaso, particularmente entre los cristianos. Sin embargo, los turcos no pusieron obstáculo para que sus súbditos emigraran, por lo que les otorgaron pasaportes y salvoconductos para salir del imperio. Así, cuando las cosas se pusieron difíciles entre 1900 y 1918, hubo una avalancha de cristianos libaneses, sirios y palestinos hacia América, razón por la cual se les dio erróneamente el 'gentilicio' de turcos a todos los inmigrantes que se identificaban con tales documentos.

Una vez les dijo a sus hijos que durante la Primera Guerra se había unido al Emir Faisal de Siria como su secretario, luchando por la independencia de su país, y cuando le preguntaron por qué no se quedó a su lado, explicó que una inoportuna sentencia de su cambió de opinión, de vida y quizás de su país, añadiendo: “El Emir me invitó a volver cuando me instalé aquí, pero ya era demasiado tarde”.

Hacia 1916 llegó a su casa la noticia de que había muerto en el frente de batalla. Su padre y su hermano decidieron hipotecar las tierras de la familia a un usurero e irse a América. Sin embargo, no había muerto, y al terminar la guerra volvió a su casa en busca de refugio, perseguido, sin la protección del Emir Faisal y con la cabeza puesta a precio de nacionalista, encontró que la tierra ya no les pertenecía y que sus familiares se habían ido a Ecuador. Luego salió del Líbano y nadie que conociera volvió a saber de él hasta 1924, cuando llegó a Ecuador. Procedente de Francia, estudiando, porque cuando llegó al Ecuador hablaba y escribía correctamente el francés, idioma que no se enseñaba en los colegios y universidades del Líbano hasta 1918. Sabía Medicina Naturista, Hipnotismo y Sugestión, que no eran materias en las escuelas de medicina en Europa en ese momento, lo que plantea un interrogante adicional en la investigación de lo que se podría haber hecho durante este período.

Llegó a Ecuador con la salud frágil, en busca de sus familiares, pero se sorprendió de no encontrarlos, pues su padre y su hermano, uno tras otro, habían viajado a Brasil, donde vivieron hasta su muerte.

Los médicos le recomendaron radicarse en la Sierra, porque el clima de Guayaquil sería fatal para él. el medico Abel Gilbert diagnosticó tuberculosis y pronosticó tres meses de vida. Fue así como decidió viajar a Ambato, donde, superada su dolencia, que distaba mucho de ser la terrible enfermedad de aquellos tiempos, conoció a través de una amiga, Juana Auad Barciona (quien luego sería su esposa), una libanesa, sólo niño, que llegó al Ecuador con sus padres cuando tenía 5 años y acababa de enviudar. Con ella tuvo cinco hijos: Violeta, Jorge Enrique, Handel, Wagner (fallecido en 1977) y Nancy.

Ambato en 1924 era una ciudad poco apta para manifestar su talento. Incapaz de practicar la medicina que conocía, trató de sobrevivir con el comercio, pero descubrió que no tenía aptitudes para este campo. Y, de hecho, durante el resto de su vida mostró un completo desinterés por el dinero, lo que justificó su fracaso como comerciante. Cuando un amigo acudió a él por cuestiones de salud, no pudo cobrarle el tratamiento. Aún así, más tarde, cuando obtuvo la autorización para ejercer la medicina, consideró indigno recibir honorarios por curar a los enfermos, provocando la natural irritación de su mujer, que debía hacer frente a las limitaciones económicas de un hogar con cinco hijos; por eso, mientras ejercía la medicina, siempre se adhirió a la generosidad de sus pacientes sin pedir jamás un centavo.

En el aislamiento cultural que mantuvo en Ambato, se dedicó a la pintura con razonables resultados en los sentidos formal y artístico y deplorables económicos, pero en el terreno intelectual se fue ahogando. Para combatir el aburrimiento, aprendió a tocar música clásica en el violín, tradujo y publicó “As Asas Quebradas” de Khalil Gibrán, probablemente dando a conocer por primera vez en Ecuador a este reconocido poeta, y “A Eva Moderna” de Nicolás Haddad, otro notable escritor libanés.

Para el Cuerpo Médico del Ecuador en la década de 1930, cerrado a innovaciones o investigaciones de nuevas técnicas, Adoum era solo un hechicero irresponsable, a pesar de que quienes acudían en su ayuda lo hacían cuando los médicos académicos se habían rendido ante ellos.

En 1935 buscó horizontes más amplios en Quito y se mudó con su familia a la capital. Allí, con mejores elementos culturales, pudo desarrollar su capacidad, aunque siempre dentro de limitaciones extremas. Publicó una revista teosófica llamada “Eu Sou”, cuya circulación se produjo en el extranjero, con ventas muy limitadas en el país. Este año asistió el Jefe Supremo Ing. Federico Páez, de la grave enfermedad que padecía, y fue recompensado con una autorización para ejercer libremente la medicina en el Ecuador. Entre las importantes curas que realizó está la de una señora llamada María de León, que sufría de ataques de asma desde hacía muchos años, habiendo visitado a cuantos médicos conocía, sin resultado alguno. Adoum le dio un tratamiento de hipnosis y le recetó que a las cinco de la mañana caminara descalza por el pasto del parque El Ejido de Quito. María de León, después de unos meses, dejó de tener ataques de asma. En 1978 (43 años después) una revista médica rusa de la Unión Soviética publicó que los médicos rusos estaban experimentando, para el tratamiento del asma, marchas sobre la hierba, al amanecer, porque durante la noche se acumulan los rayos cósmicos, beneficios para los asmáticos. en las hojas y puede ser utilizado por los pacientes antes de que el sol y el tráfico reduzcan su potencia. Adoum nunca reveló la fuente donde aprendió este tratamiento, ni vivió lo suficiente para leer el artículo antes mencionado. Nunca ejerció la medicina en ningún otro país que no sea el Ecuador.

En 1943 Líbano logra la independencia, por lo que Adoum se convierte en el fundador y primer presidente del Centro Cultural Árabe, en Quito, cuyo órgano de publicidad fue la revista ‘Oasis’, de la que salieron 16 números en tres años.

Desde 1946 su existencia ha cambiado por completo y ha estado llena de satisfacciones personales en el campo espiritual y la admiración que le tenían sus discípulos supera toda consideración. Su generosidad hizo que las limitaciones económicas que sufrían en el Ecuador fueran superadas sin esfuerzo; ya era una figura muy conocida en el continente sudamericano, en el campo esotérico.

Vivió indistintamente entre Chile, Argentina y Brasil. Finalmente, en 1950, decidió instalarse en Río de Janeiro, desde donde visitó otros países. La venta de sus libros se ha multiplicado y sigue siendo un éxito en las librerías de América Latina. Ese mismo año, la Comisión Divulgadora de las Obras del Dr. Adoum, cuya sede aún se encuentra en Santos Dumont, estado de Minas Gerais.

1953, muere su esposa.

En 1955 viajó a Buenos Aires y alguien cometió la indiscreción de hacerle saber en qué hotel se hospedaría. Se quedó tranquilo la noche de su llegada ya la mañana siguiente la policía se presentó en su habitación pidiéndole que abandonara la ciudad lo antes posible. Esta actitud descortés le resultaba del todo incomprensible, pues aún no se había enterado que el Hall del Hotel estaba repleto de personas en sillas de ruedas, con muletas y rostros marcados, que querían visitar al Dr. Adoum por razones médicas; hecho que obligó a la administración a llamar a la policía.

En abril de 1957 se vio afectado por un trastorno circulatorio que duró 20 días, durante los cuales su salud fue muy crítica, lo que le llevó a experimentar experiencias psíquicas excepcionales, dando como resultado el libro “20 Días en el Mundo de los Muertos”.

En cuanto a sus características personales, era alto, corpulento, muy esbelto, de porte imponente y cuidado en el vestir. Su mirada, nunca inexpresiva, era penetrante e inspiraba miedo o ternura, según quien fuera el interlocutor. Hablaba muy claro, nunca en voz alta pero siempre claramente audible, en un tono firme y seguro. Tanto en español como en francés, hablaba casi sin acento, con gran propiedad. Solía ​​levantarse temprano y comenzar el día con sus ejercicios de respiración, que incluían ciertos sonidos de las cuerdas vocales, muchos de ellos con la boca cerrada, emitidos de manera tenue, muy prolongada, que variaba en tonalidad. Como dato curioso, también cabe mencionar que Adoum practicaba la adivinación a través de la ceniza del cigarrillo y los posos del café como pasatiempo, técnicas muy antiguas en Oriente para este tipo de aficiones.

La grafía con la que escribió su apodo, incluida una letra 'O' entre la 'D' y la 'U', proviene de su pasaporte expedido por las autoridades francesas, en cuyo idioma es imprescindible escribir 'Adoum', para que suene el igual que 'Adum', en español.

El seudónimo de “Mago Jefa”, que consta de las iniciales de su nombre más el nombre de bautismo de su padre según la costumbre de los árabes (Jorge Enrique Francisco Adoum), es el nombre que identificó su producción literaria posterior.

Otro aspecto, notorio al hacer una búsqueda en google con el nombre de Adoum, es la aparición de 'otro' Adoum: es el hijo del Mago Jefa cuyo nombre es Jorge Enrique Adoum. Jorge Enrique Adoum es un notable poeta ecuatoriano, nacido en Ambato en 1926. Fue secretario del no menos notable poeta chileno Pablo Neruda, quien ganó el Premio Nobel de Literatura en la década de 1970. Se dice que una vez Neruda, comentando a J. Enrique Adoum, expresó: Es la flor fina de la poesía.

Maestro de FRA y Masonería, el Dr. Jorge Adoum, Mago Jefa, nos legó una preciosa colección de obras iniciáticas, que tratan de las fuerzas interiores que tiene el hombre, sin saber que las posee. Varias de sus obras descubren significados ocultos en las sagradas escrituras de todas las religiones, particularmente la cristiana. Todos sus libros pretenden predisponer al hombre a despertar y activar sus inclinaciones superiores, brindándole prácticas para lograr la salud física, mental y espiritual.

Dos de las primeras novelas que escribió, 'Adonay' y 'El bautismo de dolor o lo que le sucedió a Adonay' son relatos aparentemente autobiográficos de su vida en el Líbano, cerca de Oriente y Francia; sin embargo, cada vez que le preguntaban si realmente podían ser considerados como hechos de su vida, aludía sistemáticamente a una respuesta objetiva, diciendo que la pregunta carecía de importancia, actitud que mantenía, según explicó a uno de sus hijos, por temor de que se hubiera cultivado una reverencia por su persona, por la admiración que tenía y tiene entre sus discípulos.

Aldo Lavagnini. Apuntes biográficos

 Entre los autores de referencia en la instrucción simbólica y filosófica masónica en lengua española, se encuentra Aldo Lavagnini. A pesar de la gran difusión de su obra, incluyendo a España, su biografía resulta poco conocida en el continente europeo. Es por ello que se hace necesario publicar este breve apunte que nos aproxime más a este prolífico autor que ha sido inspiración para muchas generaciones de miembros de la orden, abarcando tanto contenidos de los Grados Azules como de la francmasonería de Altos grados. Se exilió en México a mediados de 1930 tras ser perseguido por el régimen fascista de Benito Musolini, luego de que el Duce disolviera la masonería italiana en 1926.
Agradezco profundamente la disposición del MIlH Alain Zegarra Sun del Gran Oriente del Perú quien fraternalmente me ha proporcionado las fuentes documentales.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

ALDO LAVAGNINI

Aldo Luigi Stefano Giusto Lavagnini nació el 29 de febrero de 1896 en Siena (Italia), una ciudad europea de profunda tradición hermética y masónica.

Aldo Lavagnini, fue masón, ocultista y médico oftalmólogo. Es junto con Oswald Wirth y Jorge Elías Adoum, de los autores masónicos más seguidos en Argentina, Perú, y Chile. 

El primer seudónimo literario de Aldo Lavagnini no fue “Magister” sino “Considerator” y con él escribió varios libros sobre astrología que no tienen traducción al castellano: “Manualetto pratico di Astrologia secondo la scienza e la tradizione” (1920), “Corso d’astrologia” (1927),“Trattato pratico di astrologia” (1937) y “Quello dicono gli astri” (1937). Todos estos libros fueron publicados en Italia por la Associazione Eclettica Universale, dirigida por el propio Lavagnini. 

Redactó, entre otros textos, "El manual del aprendiz masón", "El manual del compañero masón" y "El manual del maestro masón", muy leídos y consultados en esta parte del hemisferio sur. 

Lavagnini falleció en México el 12 de marzo de 1963, pero su obra, 60 años después, y con la ayuda de las nuevas tecnologías, es más leída que nunca.

En Franc-Maçonnerie toutes les idées ne se valent pas

 Une étude de cas et un débat sur les limites de la tolérance par le Conseil au 4ème Ordre du Souverain Chapitre Français « La Rose-Croix du Léman » (Supême Conseil du Rite Moderne pour la Suisse).

“Der Unterricht faellt aus”, Almuth Märker/ jfmueller 2021 kek-spk.de

L’étude et la conservation des rituels maçonniques est un des objets des Ordres de Sagesse ou de perfectionnement de la FM.

En cette occasion, l’Orateur a présenté une planche intitulée « En Franc-Maçonnerie toutes les idées ne se valent pas » qui met en discussion les propositions de corriger le texte d’un rituel qui semble contenir une erreur. Ceci en guise d’étude de cas réel mis en discussion par le Souverain Chapitre Français « La Rose-Croix du Léman ». C’est un exemple d’approfondissement des rituels maçonniques dans un environnement adéquat. Le débat - résumé en deuxième partie de ce texte - qui a suivi la planche a fait ressortir des réflexions plus profondes et bien au-delà de l’étude du cas présenté.*

En 2014, durant une initiation, j’ai été choqué de découvrir des « versets sataniques » dans un passage du Rituel d’initiation au Rite Français d’une RL de la FM libérale, là où le VM explique au futur initié ce qu’il doit attendre de la Franc-maçonnerie. La promesse – c.à.d. le contrat moral proposé à l’impétrant – devenait : « Toutes les idées philosophiques, politiques, sociales ou autres sont égales à nos yeux..[1]» Une telle formulation m’a semblé irréfléchie et potentiellement contraire à nos idéaux.

À l’époque j’ai requis et obtenu l’élimination du passage en cause malgré la réticence de corriger un rituel qu’on a entendu et dit tant de fois, au point de ne plus se rendre compte du sens des mots et nonobstant le doute  : « Qui sommes-nous après tout pour toucher au rituel ? ». Je n’ai pas demandé un vote dans la Chambre du Milieu, car les principes fondateurs de la FM ne me semblent pas un sujet de vote occasionnel. J’ai seulement sollicité l’Orateur à assurer la conformité à l’esprit de l’Ordre et ma demande raisonnée a été appliquée. Malheureusement, récemment, en 2023, un nouveau VM de la même RL, sans mémoire des décennies passées, a repris une vieille copie du rituel avec la même erreur… et tout recommence… Avons-nous besoin de rituels de référence et d’une règle plus formelle pour leur correction ?

Repin Ilya, Quelle liberté?

Si nous sommes « Hommes Bons et Honnêtes ou Hommes d'Honneur et de Probité », (1723) enfin, Maçons « Modernes » de Rite Français, nous défendons la liberté de croyance, de conviction, voire d’expression. Est-ce que cela signifie que toutes les opinions se valent pour nous et que notre tolérance doit ou peut s’en accommoder, jusqu’à y inclure l’intolérance ou l’anti-humanisme ?
En notre désir de tolérance, est-il possible de réunir les bonnes volontés de ce monde en ouvrant la porte à l’affirmation illimitée, libre et sans responsabilité, de tout ce que l’etre humain est capable de croire, concevoir et dire? Ou y-a-t-il plutôt pour le Maçon des limites inadmissibles à franchir, des valeurs que nous ne partageons pas et des choix que nous rejetons ? Le sujet semble d’actualité car, par-delà les anciennes guerres de religion, barbaries, fanatismes, racismes et exclusions, contre lesquelles la Franc-maçonnerie œuvre traditionnellement, de nouvelles menaces totalitaires et anti-humanistes se présentent à l’horizon… Comme disait un des FF : «  il reste quelque 28 démocraties sur la planète, il faut défendre la nôtre. »

La démocratie et la tyrannie ne se valent pas pour la Franc-maçonnerie. Ni nos idées et valeurs fondatrices avec leur contraire. Ce que nous croyons de la fraternité, de la civilisation et du progrès, est stable en notre époque et ne s’accorde pas avec la barbarie et le règne de la Bête. Ni la dignité humaine avec la déshumanisation. Tout en respectant le droit de croire et penser librement et autrement, il me semble vital que nous rejetions l'indolence relativiste qui capitule, au nom de la pluralité et de l’harmonie, au point de trahir sa responsabilité morale et citoyenne. Maçons en chair et en os, nous vivons dans des pays et des cultures où les valeurs sont compréhensibles et nos choix responsables. Vivant ici et dans notre époque, nous mettons en exergue les hautes valeurs morales maçonniques qui réunissent et nous rejetons les exclusives qui divisent. En apprenant à nous connaître, à nous élever spirituellement et à respecter la diversité dans notre Ordre, nous construisons - par notre nature - la démocratie.

Comment glisse-t-on vers cette erreur de tolérance?

Une question inévitable est pour commencer, la définition pratique de la tolérance. Cette question a été mise en évidence par les prises de parole sur les colonnes. Avons-nous utilisé ce mot trop souvent, jusqu’à galvauder son sens, qui est – dans les mots les plus simples – apprendre à vivre avec l’autre ?

Les Francs-Maçons, surtout ceux qui se déclarent libéraux, voire «a-dogmatiques», sont fermement attachés à la liberté individuelle de croire et de penser. Le Rite Français, tel je l’ai connu, tout particulièrement. Il est le plus Andersonien (1723) des rites, le plus ouvert, passionné à réunir ce qui est épars, c’est à dire différent. Ceci requiert, au lieu de nous juger réciproquement, une tolérance sans ambiguïté, respectueuse plutôt que condescendante ou accordée du bout des lèvres. Nous ne manquons de rappeler aux grades symboliques nos principes capitaux : « la TOLÉRANCE MUTUELLE, le RESPECT des AUTRES et de SOI-MÊME, la LIBERTÉ ABSOLUE de CONSCIENCE » Tôt ou tard, les « bleus » acclament « Liberté ! Égalité ! Fraternité !», au risque d’être pris pour la République Française. La Laïcité aussi, proprement entendue, est coexistence inclusive et mutuellement respectueuse, qui sépare son fonctionnement démocratique et fraternel de la diversité des croyances et convictions parfois irréductibles, toutes libres, qu’elle accueille, cœur de notre vie en Loge.

Cette notion de liberté sans faille, si souvent affirmée en Loge, c’est élevée au-dessus de tout soupçon, elle est devenue indiscutable et absolue, politiquement correcte, elle va de soi ; par la suite, nous avons tendance à considérer tout naturellement que rien n’est interdit, en conscience, en opinion, en conviction, en croyance ou non croyance, qu’il est interdit d’interdire et que notre devoir idéal est la tolérance absolue.

Nous sommes attachés à croire et pratiquer – tout aussi naturellement – que le pas suivant, la liberté d’expression doit être aussi sans limites dans ce lieu précieux de liberté qui reste encore la Loge Maçonnique; nous nous levons indignés, comme Voltaire, quand on met le poing dans la bouche des gens et on assassine pour censurer, sous quelque prétexte que ce soit.

Engagés sur cette voie, en arrivant enfin à la liberté de faire, d’agir, nous l’imaginons tout aussi vaste, prométhéenne, synonyme du Progrès, malgré l’intuition qu’il doit y avoir, en guise de frontières, des politesses, du cœur, des règles et des lois, des choses à respecter, à ne pas faire, en Loge et dans le monde profane.

Parce qu’une de nos valeurs fondamentales est l’égalité, notre tendance indiscutable est de considérer tous les Frères et Sœurs, et par extension tous, égaux en dignité et en droits; pas seulement tous les gens mais, j’ose dire que nous nous laissons aller, sans trop y réfléchir, à concéder, impartiaux et tolérants, que toutes les idées sont égales pour nous. Que les dissensions ne viennent pas de nous, mais des métaux du monde profane.

 
Tiens ! Toutes les idées se valent-elles pour nous ? Pour garantir la liberté et en même temps sauver l’harmonie, peut-on débattre de tous les sujets et dire en Loge tout ce qu’on veut? Pourquoi alors disons-nous à l’occasion qu’il n’est pas admis de discuter ni de délibérer de religion et de politique sur les colonnes ? De plus, n’est-il pas le cas que nous avons des conditions et préférences exigeantes pour accepter les nouveaux apprentis ? N’est-il pas vrai qu’en écoutant certaines enquêtes et certains propos notre boule sera noire ? Ne travaillons-nous pas précisément pour nos idéaux humanistes et contre leur opposé ? Ne rejetons nous pas les dogmes exclusifs ?


En fait, tant l'idéal absolu, qui cesse d’etre humain que le relativisme sans échine sont des pentes glissantes.

*
Par bon sens, par expérience et surtout par la raison qui nous est si chère, nous savons, il me semble, que toutes les idées ne se valent pas; ni dans la réalité du monde, ni pour nous en tant que Francs-Maçons, ni surtout dans l’esprit et la lettre de notre Rite. De nombreux exemples confirment cette simple vérité.

Au tribunal toujours plus exigeant de la science et de la raison, les idées ne sont pas égales en leur vérité de fait, objective :

L'idée que la Terre est plate et immobile au centre des cieux n'est pas égale en vérité avec l'idée que notre planète est sphérique et qu’elle tourne parmi d'autres du système solaire.


Sans multiplier les exemples évidents, disons qu’une idée fausse n’a pas la même valeur, n’est pas la même chose, qu’une idée vraie, prouvée… et « notre objet est le recherche de la vérité ».

Au tribunal de la morale et des droits de l'Homme, les idées ne sont surtout pas égales en valeur morale, et ceci nous regarde directement:

Notre idée fondatrice, que la F:.M:. est le centre de l'union - des hautes valeurs morales et pas des plus basses - les bonnes volontés et pas les mauvaises, est une idée qui ne vaut pas l'idée opposée d’exclusion, celle par exemple que l'étranger, une autre race, une autre religion, une autre conviction sur ce qui est le vrai et le réel, sont inférieures, dignes de mépris, de domination et d’assassinat.

Nous n'avons pas vocation d'imposer aux gens comment ils doivent penser et opiner mais, de même, nous ne permettons pas qu'on nous assène des points de vue qui contrarient notre raison d'être : construire des ponts, pas des murs.

Pour les nommer, les idées du totalitarisme, qu’il soit fasciste, théocratique ou communiste, l’esclavage modernisé, le fanatisme monomaniaque, les idées de suprématie des races et des doctrines politiques, le culte de la violence et de la guerre, le nettoyage ethnique ou idéologique, le génocide, l’eugénisme, sont pour nous des objets à étudier et à bien comprendre mais aussi des ennemis et des objets de rejet.


Par exemple, les Constitutions d’Anderson, la déclaration des Droits de l’Homme, celle rédigée par la main du F :. Lafayette le 11 juillet 1791, porteuse des hautes valeurs morales de l’époque moderne, à laquelle nous sommes attachés sans réserve, n’est pas équivalente aux idées de Mein Kampf ni à celles du petit livre rouge de Mao. Si les livres des grandes religions sont tous respectables pour nous, les torchons des sectes manipulatrices et vendeuses de confusion ne nous semblent pas équivalents. On ne colle pas notre équerre et notre compas sur n’importe quoi.


« Liberté, égalité, fraternité » n'est pas la même chose que la survie et la loi du plus fort, la vérité unique obligatoire, le gouvernement totalitaire, par la contrainte et les théories paranoïaques de la conspiration universelle. J’ose dire que le gouvernement universel du gain et de l’argent nous semble également suspect. Pire encore promet d’etre le règne de la Machine et de l’Intelligence Artificielle !


Esprit ouvert, écoute, liberté de pensée, de conscience et d'expression, d’examen, de critique, oui ; licence de détruire cette même liberté et ce qui la garantit, non ! Quelle effronterie d’attaquer la liberté au nom de la liberté et la démocratie en abusant de la démocratie! Nous rejetons résolument les exclusives militantes qui transforment le temple en place publique.. La tolérance n’a aucune obligation de tolérer l’intolérance; l’humanisme, notre foi, ou, si vous préférez, notre conviction profonde, a le devoir de rejeter et de combattre l’anti-humanisme, la haine de l’homme, la barbarie anti-culturelle.


Nous respectons entièrement la liberté de pensée et de conscience, voire de l’imagination et de l’esprit critique. Chacun y a droit dans sa sphère privée. Toutes les idées, même les plus terribles, les songes les plus horribles, ont droit de se présenter à nos esprits. Rien ne doit nous empêcher de considérer une idée, soit-elle la plus contrariante. En Loge je crois qu’il ne devrait pas exister de sujet, d’idée, qu’on ne puisse pas examiner avec sérénité et sans complaisance. Pourtant, notre discussion est au service d’une morale partagée, ici et maintenant, en notre propre civilisation; pour discerner, pour différencier le bien du mal, afin de vaincre le mal; pour différencier le vrai du faux, pour rejeter le faux et promouvoir le vrai. La morale est bien cela, juger la valeur des idées et des faits. Sans discernement de valeur entre les idées il n'y a pas de morale.


Ceci ne nous épargne pourtant pas la responsabilité morale et l'examen critique pour les idées que nous adoptons et faisons nôtres pour les professer et propager. Surtout, nous devons rendre compte des actes qui découlent de nos idées. L’adhésion aux idées est un choix responsable: à minuit, en partant, on est ce qu'on embrasse et ce qu'on en fait.


La séparation des sphères privées et publiques, la laïcité – constitutionnelle à Genève et implicite ailleurs en Suisse - assure et même encourage la liberté de croyance tant qu’elle ne cherche pas s’imposer à autrui. Ceci est une idée qui permet la tolérance de l’altérité, mais qui oblige en échange au respect mutuel. Le fanatisme dévot, le prosélytisme fumeux ou intolérant et l’agression de l’athée stupide contre la croyance d’autrui (ou l'inverse) sont des idées contraires à ce choix et, parfois, aux lois ; elles n’ont pas droit de cité parmi nous.

Notre liberté d'expression est certes plus grande que dans le monde profane, limitée pourtant par la politesse et le respect dû à la dignité et les convictions de nos frères. Tolérance est parfois souffrir ce que nous ne croyons pas et ce que nous n’aimons pas, sans abdiquer à nos propres certitudes. Notre maîtrise de savoir le faire avec respect authentique est à mon avis un exemple potentiel de civilisation pour la société autour de nous.


Ceux qui nous rejoignent le font parce qu'ils adhérent librement à notre choix de valeurs, celles que nous ne voulons pas relativiser; ceux qui choisissent des idées incompatibles avec nos idéaux ne peuvent pas devenir des nôtres, avec tout notre respect pour la différence, la pluralité, la démocratie et la liberté de conscience ; la Bête n’a pas de place sur nos colonnes, ni licence de recruter parmi nous.


La F:.M:. est définie et unie par son choix durable d'idées, qui affirment ses valeurs, ses buts, ses méthodes et aussi par ses adversaires désignés, ce qu'elle rejette, ce qu’elle veut vaincre et éliminer de la société humaine ; certains de ces ennemis sont des idées de proie, néfastes pour nous – les idées ouvertement contraires à nos idéaux fondateurs, qui nient et transgressent nos limites de tolérance.


Cette censure est légitime et vitale; nos pires ennemis nous accusent faussement, avec effronterie et mauvaise foi, d'être nihilistes, relativistes en morale et athées stupides, incapables de discernement moral, cyniques, incapables d’affirmer une vérité et de la défendre; la pire des choses serait de confirmer ces calomnies en affirmant imprudemment que toutes les idées se valent pour nous, de tout laisser passer, avec une indolence politiquement-correcte, sous prétexte mal compris, boiteux, de liberté absolue de pensée et d’expression.

Pour prévenir l’évolution d’une F :.M :. flageolante, sans colonne vertébrale, je propose que toutes les idées philosophiques, politiques, sociales ou autres ne soient pas égales à nos yeux, même si nous sommes libres de les examiner toutes, ensemble.

Qu’en pensez-vous, mes SS, mes FF ?

Ioan Tenner

Débat du Conseil au 4ème Ordre du Souverain Chapitre Français « La Rose-Croix du Léman » (SCRMS).

L’anecdote du passage « satanique » et la critique de la tolérance sans limites a soulevé nombre de questions et commentaires des membres du Conseil au 4ème Ordre du Souverain Chapitre Français « La Rose-Croix du Léman » (SCRMS)

Built from questions www.baba-mail.co.il 2016

Nous avons choisi de réfléchir et de discuter le sujet au lieu d’en délibérer. En lieu d’une conclusion d’autorité, nous soumettons ici à la sagacité des lecteurs, les interrogations et les contributions qui enrichissent l’analyse.

Le premier seuil à franchir dans cette discussion, et pas le moindre, a été et reste, bien entendu, « Peut-on toucher au rituel quand on y découvre quelque erreur flagrante ? » Tout d’abord, qui est en mesure d’évaluer notre rituel et encore plus, qui sommes-nous pour juger de sujets et en marge, de profanes qui nous approchent, comme acceptables ou non pour la Loge ?

Il a été rappelé l’adage que les discussions en Loge ne seraient pas admises concernant la politique et la religion. Ceci nous a permis de préciser que, en fait, tout sujet peut etre présenté à notre réflexion collective pourvu qu’on n’en dispute pas et on ne procède pas au vote sur de tels sujet, ni surtout aux consignes de vote des Maçons pour des partis politiques.

Quand il s’agit de ne pas accepter des impétrants et leurs convictions, il est aussi difficile de juger les gens qui nous approchent et décider s’ils sont assez bons pour nous. Pourtant, les enquêtes concernant les profanes peuvent etre vues comme des jugements. Les enquêteurs sont faillibles, sans douter mais que faire d’autre que son mieux, en conscience et bonne foi ?

POUR ETRE VIABLE, LA TOLERANCE LA PLUS OUVERTE DOIT AVOIR UN CONTOUR ET DES BORNES

Accurata Utopiae Tabula, J B Homann. Lib of Congress.gov

Il apparait que plus en profondeur, le problème qui se pose ici est celui de la tolérance. C’est quoi etre tolérant ? Ce mot est parfois ambigu : tolérer serait ce déjà se donner le droit de juger et accorder sa tolérance? La richesse de la FM n’est pas dans sa diversité réelle ? Y a-t-il risque de rejeter ce qu’on ne comprend pas ?

On peut encore parler en Loge de tous les sujets. Mais il ne reste plus que 28 démocraties dans le Monde, « nous sommes le dernier endroit où je peux m’exprimer comme j’ai envie, dire absolument ce que je veux, sans avoir peur pour les lendemains » dit un Frère. Le tout est de savoir à quel niveau et si on va ou non véhiculer tout ceci à l’extérieur du Temple.

Il faut mieux comprendre le mot tolérance, il veut dire qu’il faut apprendre à vivre avec l’autre.

 

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Il ne faut pas toujours juger par rapport à notre propre vécu. Les gens ont des vécus et des points de vue très différents. Attention à ne pas rejeter l’autre par rapport à notre propre dogme individuel, voire collectif. Il est légitime pourtant de confronter et critiquer ce qui n’est pas bien, ce qui est n’importe quoi, ce qui est faux.

On voit combien il est compliqué de tirer des conclusions quand il faut tout d’abord nous poser des questions. Peut etre le problème n’est pas dans le mot « tolérance » mais dans l’erreur de le laisser seul, orphelin des autre valeurs que nous pratiquons. Il y a devant nous un travail de bon sens pour établir plus clairement ce que nous entendons et pratiquons en tant que tolérance en Loge, et aussi -en tant que maçons – en dehors de la Loge. Pour nous orienter, en entrent en FM nous avons fait des promesses de vivre d’une certaine manière et de juger suivant certaines valeurs. Nous avons un devoir de ne pas admettre certaines choses, même dans la rue. Ceci en toute humilité et conscience de nos limites.

Dans cette réflexion il y a aussi un problème de langue française; les mots sont parfois ambigus. Un écrivain catholique disait « La tolérance, il y a des maisons pour ça. » Il parlait de la tolérance dans un autre sens. C’est la même chose que pour le mot aimer : « j’aime ma soupe » n’est pas la même chose que « j’aime ma femme, ou ma maitresse ou mes amis ». En parlant de valeurs, il faut toujours se rappeler cette imprécision. Parlant de valeurs, y a des valeurs en bourse aussi, il est vrai, mais ce n’est pas des mêmes valeurs qu’on parle. Prenons nos trois valeurs, foi, espérance et charité. À ce niveau, nous sommes censés savoir ce que cela signifie pour nous. Nous sommes censés pratiquer ces trois valeurs. Par exemple, le mot charité dit en général donner son obole pour le soutien des pauvres. En latin ça veut dire estime et amour fraternel. Le sens n’est pas matériel. Nous oublions souvent que nous sommes dans un milieu symbolique ou il ne faut pas prendre les choses à la lettre au sens matériel.

Comme disait Raymond Devos, l’esprit est comme un parachute qui ne fonctionne bien que s’il est ouvert. Parlant d’interdictions, un Frère exclame : « quand j’entends la réaction si en loge bleue on évoque le fantôme du Maréchal Pétain il y a tout de suite interdiction, on oublie que même si dictateur, Franco fut en Espagne l’inventeur de la sécurité sociale ou que le Maréchal Pétain avec tous ses torts fut le créateur de la Fête des Mères. Il faut employer des pincettes en disant ceci, faire la part des choses. Est-ce que Pétain était un diable à cent pour cent ? » Il est très complique d’apporter des réponses si nuancées dans le monde profane. Il faut manier la tolérance avec des pincettes, voir avec qui on parle. Dans le domaine religieux il y a de l’hypocrisie notoire, car il y a des Loges ou « on ne parle pas de religion » mais on propose de supprimer les croix dans les villages et éliminer le mot « saint » - Gare Lazare au lieu de St Lazare…

Là où le  politiquement correct est de rigueur, il faut faire très attention aux mots. Mais jamais juger sans discernement, en oubliant que rien n’est entièrement blanc ou entièrement noir.

Y a-t-il des questions inacceptables ?

On voit bien pourquoi nous ne devons pas disputer entre les réponses des présents, mais plutôt sélectionner les bonnes questions. Le problème est quand on débat de réponses qui semblent les meilleures, à des questions qu’on ne connait pas, qu’on n’a pas étudiées. Les questions et les concepts sont des outils. Sélectionner, interdire des questions c’est censurer les outils avec lesquels on réfléchit. Quand on arrête celui qui pose des questions intéressantes ce n’est plus la démocratie, c’est la foule… Sélectionnons des concepts et discutons des questions. À chaque question il y a des centaines de réponses…

Un souvenir personnel : « Enseignant à la retraite, toute ma vie j’ai eu devant moi des gens qui voulaient des réponses. Mais en enseignant, je leur disais « je ne suis pas là pour donner les réponses, je suis là pour vous apprendre à poser les bonnes questions. Si vous avez les bonnes questions vous avez la réponse, ou du moins un début de réponse. Un jour, me suis rendu compte que cette méthode ne fonctionne pas avec le étudiants japonais. J’ai posé la question à une amie , assistante de Piaget, pour comprendre ce qui se passait. Pourquoi il est impossible de savoir ce que pensent les étudiants japonais ; soit ils pensent ce que le gouvernement leur dit de penser, soit ils me demandent ce que moi je pense. Mais je n’avais pas besoin qu’ils me disent ce que je pensais. J’étais désespéré, ça ne marche pas du tout avec les Japonais. L’assistante de Piaget m’a expliqué que c’est normal, leur société fonctionne comme ça. Il y a beaucoup de monde dans cette société-là. S’ils ne fonctionnent pas comme ça ils s’entretuent… Étant un blanc européen avec une formation gréco-romaine, je sais donc quelle est la différence entre le demos et laos (le peuple) je sais fonctionner en tenant compte de ça. Ils ont une autre religion, une autre formation… j’étais désespéré. Une Japonaise qui a passé toute sa vie à l’étranger, mais qui devait rentrer chez elle au Japon parce que gravement malade m’a avoué qu’elle ne pourrait plus vivre là-bas…. La manière dont nous interagissons avec les autres dépend de qui nous sommes et qui sont les autres…

Ainsi, même à la première question en discussion– « Est-ce que toutes les idées se valent pour nous ? » - reste une question à laquelle chacun de nous doit apporter sa propre réponse. … Quels sont les environnements et les niveaux où il faut faire une différence, discerner ce qui est adéquat et ce qui ne l’est pas ? L’occasion diffère évidemment entre le temple et la place publique. Dans le temple aussi, il y a différence entre le discours ésotérique et exotérique. Vu de très haute sagesse, tout est symbole et tout devient semblable intellectuellement, mais dans la vie profane – et même dans la loge bleue – on ne peut pas mêler les deux. Et dans les Ordres de Sagesse qu’y a-t-il de permis et d’interdit ? Ou alors la question ne se pose plus ?

Ce sont des questions radicales qu’on ne doit pas avoir peur de poser. C’est des réponses tranchantes qu’on doit se méfier.

Il y a un problème avec ce qui est permis et interdit Qu’est ce qui est permis, qu’est ce qui est interdit ?

Un arc en ciel de nuances

Nous sommes censés travailler au progrès de l’Humanité. Si on travaille au progrès de l’Humanité il est bien entendu que toutes les idées ne se valent pas. En partant de là, des choses deviennent assez claires, qui vont de soi, et d’autres qui sont dans une zone grise, enfin d’autres sont totalement négatives. Les fous de guerre qui nous entourent à présent sont un exemple… Concernant le progrès de l’humanité, on peut avoir une discussion sur le plan purement matériel, par exemple qu’est-ce qu’on fait avec l’énergie atomique, mais qu’est ce qui est permis, si les avancées vont procurer du bien etre ? L’interdit d’aujourd’hui est peut-être le permis de demain et l’inverse. Mais à partir de telles questions on peut déjà élaborer une méthodologie.

 

Est-ce qu’on peut toucher à un rituel quand de toute apparence et en tout bon sens, à notre époque, il est erroné et nuisible à nos aspirations ? En quel sens les rituels sont-ils sacrés ? En fin de compte ce n’est pas par la main de Dieu qu’ils ont été écrits et ce n’est pas Dieu qui les a dictés à ses  prophètes. Parfois, quelqu’un semble avoir mal copié ou tronqué un texte en produisant des « versets sataniques » irréfléchis. On les a répétés tant de fois qu’on ne les entend plus. Mais un jour, on se réveille et on se dit : « Mais qu’est-ce que suis en train de dire là ? Ou plutôt, qu’est-ce que le Vénérable est en train de dire ?» En essence, quel est le for maçonnique en droit de se saisir d’une telle situation ? Est-ce que discuter un tel sujet est le rôle des « Hauts Grades », pourtant si clairement séparés des Loges bleues ?

Nous pouvons réfléchir et donner notre avis. Pourtant les changements peuvent seulement se faire au niveau de Loges et des Obédiences, qui sont souveraines.

Toutes les personnes présentes dans ce Conseil sont au Ve Ordre, dont l’objectif ultime est l’étude des rituels, de tous les rituels. Non pas pour les changer mais pour voir comment ils sont faits et qu’est-ce qu’ils véhiculent. Ceci est l’attitude que nous devons garder. Regarder le rituel, voir s’il a été modifié, ou, sinon, comment pensaient, faisaient et disaient le gens à cette époque-là. En historien je respecte toutes les opinions, y compris les miennes, mais je respecte tous les textes à condition qu’ils ne soient pas trafiqués. C’est pour cette raison par exemple que nous pratiquons ici un rituel avec un texte de l’époque. Le texte dont nous discutons a été revu et revu . Les textes du GODF d’aujourd’hui font un rituel de Rose-Croix sans la croix....La croix dérangeait-elle certaines personnes ? Ils l’ont enlevée du texte et même de l’iconographie. Il n’y a plus de Saint Bernard. De la Rose-Croix ne reste que la rose… Mais ceci est une évolution du politiquement correct actuel. Nous pratiquons un rituel sans porter de jugement sur ce rituel, comme il est. Cela gêne parfois certains de retrouver la croix. Mais comme j’ai entendu dire quelqu’un, « Mon cher Frère, on parle beaucoup de tolérance, qui est plus tolérant entre toi et moi ? Tu veux que j’enlevé de mon rituel le Grand Architecte de l’Univers. Je me demande pourquoi il faut l’imaginer te telle ou telle façon. Chacun est libre d’imaginer ce symbole de telle ou telle autre façon. »  On ne prend pas les symboles au pied de la lettre. Je pense que le seul critère que nous devons avoir pour porter nos jugements sans se sentir obligés de dire « Qui suis-je pour porter un jugement ? » est le suivant : est-ce que cette personne est capable de raisonner par symboles ? ou prend-elle les choses au pied de la lettre ? C’était un critère d’admission dans la maçonnerie française. À l’époque de Pythagore la question qui était posée à celui qui demandait à etre admis apprenti au temple était très simple. On lui montrait un triangle pour savoir ce que cela lui rappelait. S’il disait que c’est un triangle on le rejetait… La personne qui ne savait voir la pyramide derrière le triangle ou la sphère derrière un cercle ne savait pas raisonner par symboles, mais prenait les choses au pied de la lettre. Donc, elle n’était pas prête à être admise. Au fonds nous devons poser les mêmes questions, sans porter de jugement. Chez nous il faut une ouverture d’esprit qui voit au-delà de la lettre des choses.

Pour apprécier le symboles d’un rituel il faut savoir ce qu’il véhicule. En reprenant l’idée de l’Orateur Il y a des choses dont on dit « c’est comme ça », qu’on ne change pas, mais pourquoi pas avoir des commissions pour revoir des choses après 50 ans ? On peut revoir avec le changement des époques si tel aspect est encore applicable dans notre temps. Au niveau des « hauts grades » on pourrait faire au moins ce travail – non pas celui de remettre en cause mais de revoir si tout est encore actuel dans nos textes.

Nous voici un peu gênés parce que nous mettons des idées sur la table. Mais ces idées sont justement des questions. Un symbole chinois peut dire une chose et son contraire, crise mais aussi opportunité. C’est l’expérience qui donne sens aux mots et les expériences sont différentes entre nous et d’une époque à l’autre. Ceci se comprend. Faut-il pourtant sélectionner les questions ? Finalement, discutons ensemble pour avancer des propositions. D’un ensemble de questions retenons la principal. Finalement en toute société il peut venir un moment où quelqu’un doit soulever des questions qui intéressent tous… Car au final un rituel est constant, en étant une synthèse des symboles d’histoire sur la longue durée.

D’autre part il est dangereux de devoir corriger les rituels. Il faut d’abord comprendre qu’un rituel est le fruit d’une certaine époque, qu’il utilise une certaine langue. Un mot comme crise vient du grec médical, pour décrire un moment précis de l’évolution de la maladie, le moment du pire, après quoi on va guérir. Aujourd’hui on parle de crise de tout, en oubliant que c’est par là qu’on en sort. Sans crise on ne s’en sort pas…

Cette étude n’est pas en fait à proprement dire une d’évaluation d’idées, mais une démarche de rectification de mots et de valeurs y attachés. On peut faire dire aux mots presque n’importe quoi, tout embrouiller, au point où la complexité invite à périr plutôt qu’à vivre. Mais pour vivre, il faut comprendre et réagir aux mots. Le but initial de cette étude a été pratique, de corriger les « versets sataniques » d’un rituel. Ceci a été fait en son temps. Est-ce que ceci était juste ? Peut-être, en partie. Il faut penser mille fois à ce genre de changement. Notre réflexion ultérieure, posée, n’est pas pour exprimer ou étayer une opinion mais pour exercer – en toute liberté et sans contrainte - notre sens critique.. Bien entendu, les « Hauts Grades » ne doivent surtout pas s’ériger en for de censure, ce n’est pas notre rôle. Par contre les fruits de nos réflexions – nos questions -devraient permettre à nos FF et SS de décider en connaissance ce qu’ils veulent faire. Car les idées sont puissantes, elles changent le monde. 

Notre accord unanime lors de cette discussion libre et sereine, a été que, finalement, les questions soulevées ont plus de valeur que les propositions du cas de départ et les réponses de chacun, car les questions ouvrent autant de portes parmi lesquelles le lecteur voudra choisir à sa manière, tandis que nos réponses peuvent fermer des portes et figer la réflexion. 

Une multitude de portes... cecglob.com 2016

Après l’écoute de la planche de départ et des contributions concernant le dangers et complexités – un vrai catalogue, on peut conclure que, effectivement, on a tous été d’accord que toutes les paroles et les actes ne sont pas acceptables. Sur la base d’un idéal comme « liberté, égalité, fraternité » on peut contribuer à ce que les choses se passent pour le mieux dans ce monde, mais si on acceptait tout, sans bornes, on ne sait plus ce qu’on chercherait en Maçonnerie. La liberté la plus grande, la tolérance la plus ouverte, ont besoin d’avoir une forme, un territoire une langue, avec des repères et des bornes reconnaissables, sous peine de se dissoudre dans l’infini, ou pire dans l’hypocrisie du politiquement correcte.


[1] Un texte d’origine (Rituel Français GODF), stipulait: « Toutes les idées philosophiques, politiques, sociales ou autres sont égales à nos yeux tant que, bien sûr, la dignité de l’homme y est respectée. Si des exclusives existent, elles ne viennent pas de nous, mais du monde profane»