Fracasos y Retos de la Masonería y los Masones ante la pandemia. ¿Están satisfechos los obreros…?


ACADEMIA V IMPÉRIO

9º Ciclo de Estudos do Rito Moderno ou Francês

Fracasos y Retos de la Masonería y los Masones ante la pandemia. ¿Están satisfechos los obreros…? Porto, 20 de noviembre de 2021

Estimados Hermanos y Hermanas, en vuestros grados y cualidades.

Agradecer una vez más a este conjunto de Hermanos que sustentan la Academia Vº Imperio por su resiliencia, y como no, al Muy Venerable Hermano Belmiro Sousa, por su perseverancia frente a dicho equipo, que año tras año, nos brinda poder participar en este fórum, y van nueve años.

Una vez más me alegra volver a estar de nuevo entre ustedes, queridos Hermanos y Hermanas, eso sí lamentando las pérdidas que hemos tenido durante toda esta pandemia COVID.19, la cual nos ha tenido confinados, a tantos y tantos seres humanos, la cual además se ha llevado millares de vidas por delante, por tanto, mi más sentido pésame a todos aquellos que han perdido a un ser querido, y en especial quiero presentar mis condolencias a la fraternidad masónica por todas sus pérdidas, y las situaciones tan graves por las que hemos pasado y estamos pasando.
Introducción

Situados en el tema propuesto, indicar que el pasado año por estas mismas épocas reflexionábamos sobre qué Tipo de Masonería debíamos perseguir para un tiempo de pandemia.

Para tal ocasión expuse una ponencia acerca de una posible praxis: la filosofía masónica a modo de combate para tiempos revueltos, con la cual pensaba que pudiéramos afrontar los retos que nos ha ido presentando dicha pandemia.

No sé si mí reflexión fue acertada en cuanto al análisis y las propuestas finales, yo creo que sí, pero han de ser ustedes queridos Hermanos y Hermanas los que tienen que juzgar la prospectiva que puse encima de la mesa en noviembre del 2020. Lo cierto es que nunca tendremos mejor ocasión para analizar objetivamente lo escrito y planteado en estos foros, como ha sido mi caso, por tanto, creo que es una buena instrucción masónica analizar tales exposiciones, para comprobar su funcionalidad si es que la tuvo, y poder analizar de paso si a estos trabajos les damos la importancia debida, más allá de ser leídos y escuchados.

Exposición

Ha pasado dos años desde que esta pandemia nos ha desnaturalizado como sociedad, con especial impacto sobre nuestra singular fraternidad masónica, en tanto que nos ha dejado varados en las salas de los pasos perdidos de nuestras logias, sin que hayamos recibido mucha socorro, más allá de las indicaciones obedienciales y logiales con respecto a las situaciones que se iban dando durante la pandemia y sus restricciones, aunque es verdad que frente a toda esta situación pandémica como miembros de esta fraternidad hemos desarrollado, cada uno en su cualidades y posibilidades un importante conjunto de actuaciones, amplias y diversas, y en ocasiones muy imaginativas, incluso en medio de un ambiente muy individualista y de desconfianza frente al otro, aun así como masones se actuó anteponiendo el acento en el bienestar común y empeñados en establecer las bases para el surgimiento de una ciudadanía resocializadora.

Como fraternidad hemos afrontado un terrible esfuerzo por salir airosos de esta situación sabiendo la angustia que produce la finitud de las cosas. Hemos estado en muchos frentes, tanto de tipo social como asistencial, nos hemos implicado incluso en el debate político sobre la merma y recorte de los derechos y libertades que como sociedad hemos conquistado, lo cual en ocasiones nos colocado en el filo de la navaja, y eso me trae al recuerdo los debates del Hermano Almeida dos Santos en las diferentes conexiones, entre otros, aunque es verdad y hay que decirlo alto y claro, no todas las estructuras masónicas lo han percibido, ni debatido y combatido e implicado de igual forma, ni han estado a la altura de las circunstancias. Ese será una reflexión que cada cual deberá afrontar.

Ha habido posiciones para todos los gustos, colores y orientaciones, lo cual ha dejado entrever las desigualdades, las convergencias y divergencias existentes lo que ha dejado de manifiesto que aún queda un largo camino que resta por recorrer para lograr la fraternidad universal de los hombres y mujeres que perseguimos como tales masones.

Análisis

Es posible afirmar a tenor de lo visto hasta ahora que «el discurso de las instituciones internacionales, gobierno y medios de comunicación, consistió en una alerta de pandemia que causó miedo, y cuya función fue generar una protección en lo biológico, y una sana respuesta respecto a las emociones. Lo que también parece claro es que, entre las medidas tomadas, como el confinamiento —con diferencias entre los distintos países— le ha seguido un discurso único, una directriz que, además de las razones sanitarias, ha implicado también razones políticas».”[1] Lo cual nos debiera invitar a todos, pero en especial a los masones, a la reflexión crítica sobre lo acontecido.

En ese sentido sabemos que el esfuerzo realizado fue intenso, aunque en clave masónica al menos tenemos la certeza de que la respuesta amplia e importante, aunque también puso de manifiesto la incapacidad de muchas organizaciones (sociales, políticas y masónicas) en dar respuesta y amparo a la amplia gama de necesidades de sus respectivos miembros, quedando demostrado lo endebles que podemos ser como sociedad.

Es más, se tendió pasados los primeros momentos a crear un marco socializante, lo que ha venido en llamar Vidas apantalladas, o sea el desarrollo de una profilaxis de la comunicación, «la realización del sueño de la conexión sin contagio, como la Gracia o la Caridad en la teología cristiana, lo digital corrió por nuestras venas de fibra de vidrio a través de la nueva vida apantallada sin aparente falta original. Sin embargo, detrás de la pantalla que nos salvó, se añora el paraíso perdido del cuerpo que, ante la nueva expresión sonora y visual lumínica, puede sufrir para adaptarse. Después del hechizo inicial por su expresión digital se va confrontando una especie de sustitución sensorial, la del estar conectados y sin contacto, juntos, pero sin los sudores, ni los olores, ni los roces, recordando la corporalidad de un paraíso perdido».[2]

Es cierto que hubo un primer gran impulso en clave virtual una vez nuestras logias fueron cerradas por los requerimientos sanitarios de la Covid-19, y por mor de estas circunstancias nos convertimos de la noche a la mañana en una fraternidad virtual gracias a las plataformas digitales, por lo cual nos terminaron denominando la fraternidad del zoom, como a otras tantas

Y por tanto, en un abrir y cerrar de ojos, nos convertimos en una apantallada fraternitas universal, en la cual podemos decir que nos faltó tiempo para acudir a todas las llamadas, a todas las invitaciones virtuales que nos fueron lloviendo de un lado y de otro, haciendo plausible, después de largo tiempo, el poder continuar en ese intercambio de ideas en pro de una perseguida y ansiada fraternidad universal, aun bajo ese modelo de comportamiento apantallado.

Pero llegó el momento en que, tras ese grandísimo esfuerzo nos hemos parado en seco, intuyo que hemos quedado exhaustos, sin fuerzas, sin ideas y sin apenas recursos, la persistencia de la crisis pese a nuestra resiliencia nos ha venido afectando de una forma inexorable, y cuando no hay un proyecto nacido de un análisis prospectivo los esfuerzos tienden con el tiempo a decaer, yo mismo lo he sufrido al igual que muchos de vosotros, y hemos pasado de no tener hueco en la agenda para acudir a más y más actos masónicos o paramasónicos, todos ellos de carácter virtual, a quedar varados a modo de náufragos solitarios .

Es más, tal y como siempre os propongo, podemos realizar la prueba del algodón realizando una búsqueda en el Google, colocando para ello los términos como: masonería y post pandemia, y veréis cual es el resultado. Mi hallazgo dado los algoritmos de mis búsquedas, es que parece que el mundo masónico se ha quedado varado en los comienzos del año 2020.

Es como si la masonería hubiera desaparecido con la eclosión del volcán pandémico del Covid-19, desde luego podemos analizar las consecuencias de todo este pandemónium, en lo cual en nada parecen habernos ayudados referentes intelectuales de la masonería al uso, digamos que los únicos textos que he leído sobre tal cuestión ha sido un libro de los Hermanos Alain Bauer y Roger Dachez que nos han entregado un relato pormenorizado sobre la Covid- 19 con apreciaciones muy tangenciales sobre la masonería, y el cual se publicó apenas comenzado el 2020, y titulado: Comment vivre au temps du coronavirus: Un manuel pour comprendre et résister.

También en clave francófona, otro Hermano ligado al Grand Oriente de France (GOdF) y al Rito Francés, como es Gerard Chomier, nos dejó otro pequeño texto, que podría ser interesante en estos momentos dado su título: Covid 19, ¿et après? Aunque creo que dicho autor se pierde en las divagaciones filosóficas que realiza, y su librito es más una aproximación que otra cosa.

Diagnostico

Para tener algo de perspectiva y prospectiva en la cuestión que nos concierne, cuya acción se echa de menos en el paralizado mundo europeo, hay que ir a los ámbitos iberoamericanos en los cuales se ha dado una intensa profundización sobre el Covid-19 y su impacto en cuanto a las situaciones y estadios creados, en especial una reflexión orientada sobre las repercusiones económicas, sociales, y en concreto y sobremanera sobre las percepciones y los imaginarios que se han dado y creado en el seno de nuestra sociedad pandémica y post pandemia.

De este modo contamos con un excelente trabajo monográfico publicado en la revista Imaginación o Barbarie,[3] titulado: Coronavirus y nuevos esquemas de Sentido. A este trabajo de reflexión hay que adjuntar otro texto proveniente del Centro de Investigaciones en Mediatizaciones de México: Conversaciones en Pandemia.[4]

Está claro que podemos hacer muchos análisis y que las conclusiones pueden ser varias y variadas, pues esta pandemia afectó a muchos sectores y a muchos niveles, y algunos de ellos nos han afectado de forma importante, como expone una tesis de investigación sobre La significación intelectual de la pandemia de Covid-19. Codificaciones sagradas y profanas, desarrollada por Nelson Arteaga Botello y Luz Angela Cardona Acuña.

Las conclusiones primarias ante dichos análisis sobre la Covid 19, al menos en clave política el imaginario es que los liberales trataron de adelgazar al Estado, por su parte la izquierda buscó sustituir el mercado por el Estado, mientras que los conservadores intentaron regularlo a través del Estado, o sea un desarrollo clásico y poco imaginativo., lo cual se vio en el tema del desarrollo e implantación de las vacunas.

«En dicho tiempo y de forma paralela se ha venido consolidando un posicionamiento cripto-normativo -donde las visiones distópicas del mundo han funcionado como marco normativo- sobre el Mercado y el Estado -particularmente de inspiración foucaultiana-[5] en tanto que se ha dado la privación de derechos y hasta un aniquilación de identidades, lo cual ha dejado expuesta una mercantilizan de la vida humana que sujeta a ésta a rutinas de vigilancia biopolítica y necro política, es decir, a la imposición de mecanismos estrictos de gestión de la vida y la muerte».[6]

Todos estos desarrollos vienen a indicarnos varias cuestiones acerca de lo sagrado y lo profano, que en esta pandemia no han sido otra cosa que el Mercado y el Estado, que algunos autores enmarcan «en un conjunto de teodiceas, religiosa y laicas, en torno a la pandemia del Covid-19. Proporcionando narrativas sobre el mal y el bien en la sociedad, así como su destino.[7]

Ante lo cual hemos de partir de una fuerte premisa existencial: hemos de vivir, pues esta crisis ha llegado para quedarse, pero con un axioma que la pandemia nos ha dejado muy nítida, que hemos de acepta la finitud de las cosas, digamos que la cuestión pandémica es el símbolo del fin del optimismo en el progresismo moderno, [8] por eso es importante recobrar la importancia de los límites, puesto que si reconocemos nuestra «reacción» estamos dejando ver la expresión más genuina de nuestra filosofía, la progresividad, de la que tanto nos servimos desde la tradición a modo de un enraizamiento dinámico de la fuerza comprendida como el vitriol alquímico utilizado a modo metáfora en el campo masónico, o sea Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Ocultum Lapidem (Visita el interior de la tierra, y rectificando encontrarás la piedra oculta que es la verdadera medicina) , aquí lo que nos interesa es ese rectificando, el cual nos ha de servir abandonar una solidaridad mecánica de las élites y los altos organismos, a la articulación de una fraternidad orgánica que proceda esa fuerza de la que hablado. O sea, de la rectificación de nuestras posturas, y preguntarse, tal y cómo lo hacemos en logia. ¿Están Contentos y satisfechos los obreros…?

Antes de contestar hemos de saber que la pandemia desató tres grandes narrativas en las cuales nos hemos ido implicando para encontrar sentido a esta situación. La primera de estas consideraciones es que se considera que el capitalismo neoliberal es su principal causante, al tiempo que esta última propicia el establecimiento de formas autoritarias de control político y protección del modelo neoliberal: el Estado biopolítico, necro político y los estados de excepción. [9]

La segunda narrativa coincide en la lectura de que el neoliberalismo está detrás de la pandemia, pero disiente sobre sus efectos; y por tanto abre la posibilidad para un cambio impulsado por la efervescencia de formas de organización y solidaridad colectivas diferentes a lo establecido.

La tercera narrativa viene a subrayar que la globalización neoliberal está detrás de la pandemia, pero que sólo el Estado es capaz de hacerle frente a dos grandes cuestiones: sobre el riesgo, la distopía, el pesimismo y el temor; el otro, relativo a la oportunidad, la utopía, el optimismo, la esperanza

La comprensión presente y los retos del futuro

Más allá de las perspectivas e interpretaciones y prospectivas varias, hemos de preguntarnos sobre sí estamos satisfechos como obreros de la fraternidad masónica con esta situación de crisis que se nos viene prefigurando desde hace tiempo, tanto en lo social como en lo masónico, y cuya respuesta nos ha de resultar complicada de obtener pues no dejamos de estar en un mundo en el cual, hoy por hoy, resulta difícil enfrentarse a cuestiones tan complejas y transversales como las que vivimos, y más cuando estamos sumidos en nuestras propias dudas y contradicciones y en medio de un complejo magma mediático que intenta imponernos unas plausibles respuestas.

Me pregunto ¿podemos estar satisfechos ante una nueva era donde no solo se estimulan y persuaden ciertas conductas, con la intención de conducirlas a resultados rentables dentro del sistema liberal en el que estamos imbuidos? Eso sí, con una salvedad, y es que ahora se moldean nuestros comportamientos y conductas sin que seamos conscientes de ello, y la pandemia en ese sentido hay quien la ha entendido como un experimento social a gran escala, el cual no se puede negar que en muchos casos se ha movido, sobre manera, mediante un complejo sistema cibernético.

Atrás empieza a quedar la automatización de la información para la gente, al estadio actual que es muy distinto, ya que trata de automatizar a la gente, digamos que hemos pasado a ser «los objetos de una operación tecnológicamente avanzada de extracción de materia prima a la que resulta cada vez más difícil escapar»[10], digamos que los clientes son las empresas que comercian con los comportamientos dentro de los mercados organizados. Así que querámoslo o no, estamos encadenados a ese estadio de situación que ha quedado patentizado tras la pandemia.

Ante lo cual queda por responder a la cuestión vital de sí como masones estamos satisfechos con este modelo en el cual nuestras propias organizaciones y nosotros mismos como miembros de ellas hemos colaborado activamente en implantar el llamado apantallamiento social, o sea en crear un status quo, donde todo sucede detrás de la pantalla: el móvil, la tablet, el ordenador, en suma, la virtualidad en estado puro.

La respuesta es que no podemos estar satisfechos, y por tanto, es necesario hacer un esfuerzo y reflexionar sobre dichos modelos y comportamientos y analizar qué papel hemos jugado hasta ahora, aunque entiendo la respuesta sea parcial, puesto que carecemos de referencias anteriores pues nuestras referencias hasta hace dos años eran otras, por tanto es lógico que aquello que no tiene precedentes nos resulte difícilmente identificable, por lo cual «necesitamos observar y analizar con nuevos ojos la profundidad de los fenómenos, y también hallar nuevos nombres con los que designarlos, si queremos llegar a captar y comprender lo que no tiene precedentes como preludio imprescindible de cualquier forma eficaz de rebatirlo».[11]

A la luz de estas reflexiones se podría pensar que lo que ocurrido durante toda esta pandemia del 2019 al 2021, no ha sido un problema tecnológico, que lo ha sido, y ha sido la pieza clave de muchos debates, así como la cuestión no solo de la intencionalidad sino también del empleo que ha producido en la gestión de la pandemia en pro de alcanzar la vieja utopía autoritaria de lograr un mayor control social y político de la sociedad.

Por cuya razón es importante como masones, que participemos en el aquelarre de pensar y repensar desde la duda con la debida tolerancia sobre todas estas cuestiones que nos han sobrevenido con la pandemia de Covid -19: el virus, el confinamiento, las medidas sanitarias, los recortes y limitación de derechos, la crisis económica, lo cual, ha puesto de manifiesto el autoritarismo político, lo que nos obliga a reflexionar aún más sobre cuestiones tan básicas como: ¿A quién ha beneficiado esta pandemia? Aunque ya hay indicadores que apuntan a que los ricos se han vuelto más ricos y las clases medias se han vuelto más pobres, y los pobres han pasado a ser directamente la gran tarta del lumpen proletario, y eso en las sociedades avanzadas, por lo que cabe preguntarse ¿Qué no estará sucediendo en otras latitudes?

Sobre todo debiéramos repensar ¿Para qué nos está sirviendo dicha pandemia?, en un mundo además como en el que vivimos que está estrujado por imperante « capitalismo del desastre, de cuanto peor mejor, más oportunidades, un sistema del caos donde la vigilancia y el control está siendo un factor estratégico, ante una supremacía financiera montada sobre el tecno-globalismo, con una superestructura tecno-digital y un big data que facilitan el anonimato y el manejo de conductas y comportamientos sociales mediante la inteligencia artificial y el transhumanismo».[12]

Ante dichas cuestiones debemos reflexionar muy profundamente como sociabilidad masónica, pero reaprendiendo y proyectando, a la vez remarcamos nuestro mensaje desde «una masonería del ser y estar y no desde las apariencias, y por supuesto más intelectual que formal».[13]

En ese mismo sentido Michel Maffesoli en su libro Le Trésor caché. Lettre ouverte aux franc-maçons… nos ha dejado algunas pautas, al igual que otros autores: «frente a las narrativas utópicas esperanzadoras, optimistas, que dibujan futuros más justos, cercanos, humanos, hay que pensar con calma y reprogramarse. Hay que pensar también si es posible unir proyectos, buscar equilibrios, encontrar el camino medio, anhelado y deseable. No creer que tenemos la razón. Escuchar a la vida y cómo ésta conspira para crear más vida. Estar pendiente del otro y de la otra, quienes no son enemigos por tener una opinión contraria a la nuestra o por ser fuentes de contagio viral; son seres humanos, como tú y como yo; confundidos, desolados, ilusionados, vivos».[14]

Lo que aquí nos interesa, al menos como francmasones tal y como nos indica Philippe Guglielmi,[15]es reencontrar la manera de «escucharnos para reflexionar internamente y proyectar un futuro para la humanidad haciendo del debate intenso un combate de las ideas, donde la tolerancia frente a las diferentes teorías, enfoques, opiniones, debe imponerse en un momento convulso y crítico de la historia de la humanidad como este», huyendo de los mimetismos sociales catastrofistas y las sociedades iluministas, debemos caminar hacia un cambio de sistema y de las formas de vida societales, al menos tal y como hasta hoy las hemos entendido; recuperando valores que se consideren coherentes y éticos, y sobre todo alejados del proteccionismo y control y el apantallamiento social por lo que debemos abrirnos nuestra fraternidad no puede estar sujeta a un metro y medio de distancia, en besar mascarillas o vivir tras una pantalla protectora de por vida.

Se dice que el cambio de paradigma pasa por escuchar todas las voces, atender a las distintas miradas y las diversas lecturas sobre la pandemia, analizando profundamente sobre la cuestión acerca de cómo estábamos viviendo. Lo que nos obliga al ejercicio de escucharnos y dialogar, evidentemente sin excluir otras perspectivas porque todo el mundo aporta algo en pos de un bienestar social, pero ha de ser necesariamente realizado con respeto y comprensión, partiendo de las diferencias y los distintos bagajes culturales, políticos y sociales

Quedan claros, entonces nuestros retos más apremiantes ante una fraternidad masónica convulsionada, perpleja y hasta cierto punto paralizada, esas asignaturas son tres: Recuperarnos, Reencontrarnos y Redefinirnos.

Debemos Recuperarnos. De los modos y las formas desencadenados por la pandemia, no podemos seguir escondidos tras el clásico apantallamiento virtual que ha cumplido su papel durante las prohibiciones de nuestros trabajos masónico por la cuestión pandémica, y por esa razón esto no puede pasar a formar parte de nuestra realidad ritual saliendo de la opacidad.

En la medida que se pueda se deberán buscar fórmulas de recuperación de todos aquellos Hermanos/as que por una razón u otra se han alejado de los trabajos logiales y obedienciales, de lo contrario terminaremos cerrando nuestros talleres por falta de obreros. Es una tarea imprescindible que se debe llevar a cabo dado el decaimiento en el número de miembros, y habrá que analizar los factores que ha provocado tal caída.

Es necesario recuperar el hueco que hemos dejado como tal sociabilidad reflexión y acción, no debemos dejar nuestro combate de lado , debemos seguir imponiendo de nuevo nuestro mejor hacer como garantes de la democracia, pues como anteriormente he comentado, nuestro papel en la sociedad ha dejado de tener presencia mediática sobre todo a partir del 2020, y ese reto es algo no debe quedar en el olvido, es preciso recuperar nuestro papel y rol social, y sobre todo en una sociedad tan mediatizada como esta.

Es necesario por tanto Reencontrarnos en el ser y estar masónico en los espacios que nos son conocidos y que nos ayudan a entendernos y comprender nuestro papel en la logia y en la sociedad, por tanto, es necesario más que nunca el reforzamiento del estudio y la reflexión, abriendo nuevos puentes para el debate, interno y externo, y debemos abordar ese esfuerzo sobre manera trabajando en la exteriorización, implicándonos en ella de forma activa.

Y por supuesto es importante Redefinirnos es la tarea que nos compete en este desdibujado espacio que nos ha dejado como extrañados en el seno de la sociedad actual, lo que nos exige que debemos tras este parón, redefinir nuestro papel de cara a poder ser útiles a la sociedad desde los valores que encarnamos de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Y aquí lo dejo, pues no se trata de exponer un amplio catálogo de iniciativas, sino que estas deben venir desde la profundización interna y como respuesta a nuestras inquietudes y necesidades, teniendo como marco la tolerancia y el consenso, como marco de respeto mutuo.

Víctor Guerra, Vª Orden, Gr.·. 9 
Miembro de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Presidente del Círculo de Estudios del Rito Moderno y Francés “Roëttiers de Montaleau”
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano

[1] Fernández Poncela, Anna María. Pensar juntos: intelectuales, perspectivas y prospectivas de la crisis del 2020 Universidad Autónoma de México. 2021.

[2] Cabrera, Daniel H; Martins Ricardo. Imaginario y estética ante la pandemia y la vida apantallada. Imaginación o Barbie nº21 julio 2021.

[3] Boletín de opinión de la red iberoamericana de investigación en Imaginarios y representación (RIIR) N1 21, julio 2020.

[4] UNR Editora. Universidad Nacional de Rosario (Argentina). 1. Comunicación. 2. Redes Sociales. I. Scolari, Carlos. II. Valdettaro, Sandra, comp. CDD 302.231. https://cim.unr.edu.ar/assets/archivos/pub_conversaciones-en-panmedia-del-cim_20207263.pdf

[5] Colima, Fernando. Foulcaultiana. Ed. La Revolución Delirante. 2019

[6] El Coronavirus y sus impactos en la sociedad actual y futura. Colegio de Sociólogos del Perú. https://colegiodesociologosperu.org.pe/wp-content/uploads/El-Coronavirus-y-su-impacto-en-la-sociedad-actual-y-futura-mayo-2020.pdf

[7] http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-01732020000200241

[8] Maffesoli, Michel. La crisis del Coronavirus o el gran retorno de lo trágico. Cimatierra.org 26 abril 2020.

[9] https://lavoragine.net/apocalipsis-biopolitica-y-estado-destituyente-la-precarizacion-en-tiempos-de-colera/

[10] Zuboff, Shoshana. La era del capitalismo de la vigilancia. Edito Paidós. Estado y Sociedad. 2020.https://www.marcialpons.es/media/pdf/44333_La_era_del_capitalismo_de_la_vigilancia.pdf

[11] Zuboff, Shoshana. La era del capitalismo de la vigilancia: La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder (Estado y Sociedad). Ediciones Paidós.2020.

[12] VVAA. Sociedad digital y derecho.2018. https://www.ontsi.es/sites/ontsi/files/2019-06/SociedadDigitalyDerecho_0.pdf

[13] Chomier, Gérard. Covid 19, et après? Editions Conform.2020.

[14] Michel Maffesoli 2015, Viktor Frankl, 1983; Brigitte Champetier de Ribes, 2020.

[15] Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable del Gran Capitulo General del Rito Francés del Gran Oriente de Francia.

Las Órdenes de Sabiduría de matriz portuguesa. Academia V Império: noviembre de 2021

ACADEMIA V IMPÉRIO

9º Ciclo de Estudos do Rito Moderno ou Francês

Las Órdenes de Sabiduría de matriz portuguesa. Porto, 20 de noviembre de 2021

Hablar de Órdenes de Sabiduría de Matriz Portuguesa implica, en primer lugar, afirmar la línea de transmisión de un sistema de altos grados escoceses establecido por el Grand Chapître Général de France en 1784 y cuya base simbólica deriva de la tradición de los Modernos creada por la Premier Grand Lodge of England o Gran Logia de Londres y Westminster de 1717. La constatación de dicha Matriz estructural, que de facto no es otra que la misma configurada en 1784 por el antes mencionado Grand Chapître Général de France, quedará puesta de manifiesto con el simple análisis de la primera Constitución del Grande Oriente Lusitano de 1806, si bien debemos llevar a cabo una mirada hacia atrás, ya no solo para la práctica lusitana de Altos grados anterior a la fecha de la fundación de una Potencia Obediencial Portuguesa que envolverá tanto el simbolismo como el escocismo pluri-diverso, ya sea posteriormente ubicado como adonhiramita o de cualquier otro sistema. Es por ello que nos centraremos en la importancia del concepto Grado como sujeto previo al Rito.

Para hacer este viaje analítico, sobre el sujeto de estudio, vamos a comprobar nuestra hipótesis de trabajo vinculando de manera inconfundible la Nueva Obediencia Portuguesa con la Gran Logia de Londres. Así pues, el reconhecimento da maçonaria portuguesa sob os auspícios da Grande Loja de Inglaterra em 1802 se debe gracias a la labor de Hipólito José da Costa. Nos fundamentaremos em la cópia notarial del processo 17981 do Santo Ofício da Inquisição de Lisboa contra Hipólito José da Costa anteriormente citado. La fuente bibliográfica que refleja esta parte de investigación es obra de Manuel Pinto dos Santos: “Hipólito José da Costa. Uma Vida dedicada à Maçonaria”, Grémio Lusitano, 2014, 68 p.

Seria de esperar que a maçonaria contactada fosse, de acordo com os padrões da la admissão em Filadélfia de HJC, a tradicional e conservadora Grand Lodge of All England, da tendência dos “Antigos”. Mas tal não aconteceu. Hipólito contactou a Grand Lodge of England, dos “Modernos”, não havendo qualquer dúvida, na medida em que o Conde de Moira, e Heseltine pertenciam à maçonaria dos “Modernos”. Se bem que Hipólito fosse da maçonaria “Antiga” da Pensilvânia, a verdade é que o único “canal” de que os maçons portugueses se serviram para aceder à maçonaria inglesa, fosse ela a dos “Antigos” ou a dos “Modernos” foi, indubitavelmente, o Duque de Sussex, que se encontrava em Portugal desde 1801.

¿Será que a incumbência das quatro lojas constitutivas tinha como missão específica o contacto com a corrente dos “Modernos”? É desconhecido o tipo de lojas que eram, ignorando-se se tinham preferência pelas Constituições de Anderson, ou pelo Ahiman Rezon. As lojas que pediram a adesão à Grande Loja de Inglaterra foram a União, a Concórdia, a Razão e a Virtude, constituídas aproximadamente entre 1798 e 1801, sendo certo que estas lojas que Hipólito representaria, integrariam o modelo britânico e jamais o jacobino ou afrancesado.

O que se pode concluir é que o tratado então escrito e aprovado pelo Conde de Moira, em representação do Grão-mestre, pertencia à maçonaria “moderna”, defensora das ideias liberais, de uma abertura da maçonaria a todos os que a ela quisessem aderir sem diferenciação de credo religioso ou político, em oposição do que defendiam os “Antigos”, defensores de um certo cristianismo, redutor da universalidade maçónica.

Apesar do esforço de Hipólito, na prática não foi o modelo maçónico inglês que vingou: em primeiro lugar, nos anos de 1802 e 1803 recrudesceu a perseguição aos maçons portugueses pela inquisição; depois não houve qualquer apoio da Grand Lodge of England. Não restam dúvidas que em 1802 foi estabelecido um acordo regular entre a incipiente obediência portuguesa e a poderosíssima Grand Lodge of England, e que este tratado constituiria o fundamento, as bases, da futura Grande Loja de Portugal. Por otra parte, está debidamente documentado que en 1804 es firmado un tratado de amistad entre el GOL, y el GOdF donde se muestra la importancia y la implementación de los grados escoceses, su equivalencia en ambos orientes, y la trascendencia compartida del Grado de R+.

Volviendo a la naturaleza de los grados, estos existieron en su mayor parte antes y permanecerán para siempre, como patrimonio de la Orden Masónica, así como sus constituyentes simbólicos que pretenden ser universales.

Siguiendo las palabras de Daruty, podemos anunciar que en 1784 el Gran Chapitre Général de France no poseía ninguna patente de grado. Y fue este modelo del Gran Capítulo de 1784 el que se adoptó en Portugal: una matriz francesa que se perpetuará gracias a su consolidación en Portugal y su posterior Reino Unido de Portugal, Brasil e Algarves, generando a su vez un corpus portugués de mayor recorrido y estabilidad que la matriz del sistema de la masonería de los 7 creada por Roëttiers de Montaleau y sus compañeros de viaje.

Además, inducen a la inaceptable idea de una franquicia en la que todo el mundo tendría el uso precario de tal o cual rito, tal o cual grado. ¡La transmisión es un acto indeleble y la misión de todos es ser parte de esta gran cadena de transmisión!

Veamos cómo se construyó esta matriz original: ¿Qué hicieron nuestros predecesores del GCGDF? Con la ciencia, se utilizaron a sí mismos en la vasta reserva de grados existentes del movimiento escocés, sin preocuparse por ninguna patente.

Decíamos que los grados son generalmente preexistentes a los ritos, y a veces presentes en diferentes sistemas: ¿pueden estos últimos reclamar exclusividad? Este enfoque corrobora la definición de la 5ª Orden que es trascender los ritos considerando sólo el conjunto de los grados que los componen.

René Guilly, apasionado de la búsqueda de rituales, escribió: "Debemos buscar otros marcos de clasificación favoreciendo la noción de grado sobre la de rito".

También hay posibilidades todavía muy imprecisas para fecharlos. Algunos grados, además, durante un período limitado, debido a una sobrepuja permanente han jugado un papel de grado terminal diseñando un sistema (aún no un rito) pronto absorbido por otro ...

La Quinta Orden tiene la particularidad de ser una distinción otorgada a los SS. PP. RR. CC. en vista de su celo y dedicación. Al mismo tiempo, Consejo de Sabios y Cámara Masónica, esta Orden no contiene ninguna enseñanza de naturaleza esotérica específica. Sin embargo, si la iniciación de la masonería de los altos grados del Rito Francés se detiene en la Cuarta Orden, la Quinta Orden es, sin embargo, la cumbre del Rito. No sólo contiene todas las enseñanzas, sino que, como miembro de este Consejo de Sabios, coloca a cada uno de sus miembros al más alto nivel en el ejercicio de la responsabilidad y la práctica de las virtudes masónicas. Es el cumplimiento de una revolución completa en la que, de acuerdo con el espíritu del Rito, el fin nos recuerda el principio. Tenga en cuenta que nuestras antiguas regulaciones especifican que la Quinta Orden incluye todos los grados físicos y metafísicos de todos los sistemas y especialmente los adoptados por las asociaciones masónicas en vigor. Esta disposición colocó a la Quinta Orden, en la mente de los redactores del Gran Oriente de Francia en ese momento, como el poseedor y guardián de los ritos a través de sus grados. La Quinta Orden es el punto final del viaje del Maestro Masón del Rito Francés. Corresponde en las funciones y espíritu a los grados últimos de todos los grados físicos y metafísicos vigentes en otros sistemas masónicos. Hoy en día, la evolución de las diversas ramas de la masonería hace que debemos ceñirnos al nivel de las equivalencias simbólicas y reconocimientos mutuos.

En nuestro Rito percibimos que la Palabra no era materialmente desconocida para nosotros, pero nos comprometimos a recuperar su significado.

Hicimos lo más simple ante la necesidad teniendo en cuenta que poseíamos el sombrero del rito con la 4ª Orden, teníamos la calidad.

Al abordar la reactivación francesa en el siglo XX, nos encontramos en la 5ª Orden sin otra codificación del grado o conocimiento que los raros elementos del reglamento general de 1784. Todo esto era insatisfactorio y sobre todo insuficiente para avanzar, pero la necesidad era ley. Esta actitud corresponde a las disposiciones históricas de la 5ª Orden que no incluían la recepción ritual, la decoración específica y ningún precedente según el artículo 32 del RG de la GCGDF de 1784.

El Caballero del Águila y el Pelícano, Soberano Príncipe Rosa Cruz y Perfecto Masón Libre presupone para algunos, por tradición histórica, llegar al final de la progresión iniciática dentro del Rito Francés de los Modernos. Estar en los Campos Elíseos del Nec Plus Ultra...

La vocación de la 4ª Orden de coronar el recorrido “iniciático” de las Órdenes de la Sabiduría como “nec plus ultra”, ciertamente ha favoreció este sentido inacabado atribuyendo a la 5ª orden un papel difuso, tan impreciso como facultativo.

La 5ª Orden corona el edificio reuniendo en este espacio original y en un tiempo abierto, todos los grados físicos y metafísicos de los sistemas masónicos vigentes.

Esta es, en mi opinión, la mayor modernidad de nuestro Rito. Podría ser el espacio de convergencia de hombres y mujeres portadores de los grados cumbre, pero no sólo...

Según Dachez, «... En realidad, resulta, (El Rito) del injerto en tierra francesa de masonería de origen inglés...

... La tradición del Rito Francés es el legado de la primera masonería especulativa franco-inglesa que ya no existe en Inglaterra. Encontró su filiación y refugio en el rito francés... Es muy importante mantener esta idea, porque somos a través del Rito Francés los poseedores de la tradición más antigua de la masonería especulativa.

... Todos aquellos que, a menudo con genialidad, crearon, entre 1725 y 1760, por encima de los de aprendiz y compañero, lo esencial de los grados que conforman nuestro universo masónico, lo hicieron sin autorización ni patente.

Su obra es el patrimonio común y la herencia indivisa de todos los masones de buena voluntad, incluso si algunos consideran útil auto-atribuirse patentes de legitimidad exclusiva».

A esto se suma una tradición muy poco conocida, que debemos dar a conocer de forma clra. Esto estipula que los Soberanos Príncipes Rosa-Cruz del Rito Francés tienen en su tradición transmitir un grado de hombre a hombre, relativizando la noción de patente y jurisdicción.

En los privilegios de los Caballeros Rosa-Cruz de 1760 se indica que un príncipe caballero tiene el crédito de hacer Masones él solo, si no hay ningún masón en la villa, o por una causa extraordinaria, puede conferir Grados hasta el Caballero de Oriente.

Estos usos son hoy muy raramente, o casi nunca, llevados a la práctica.

Yvert-Messeca nos dice contundentemente alrederor del Escocismo : Schématiquement, on peut dire qu’il désigne successivement, alternativement ou concomitamment, d’abord, un des plus anciens grades post-magistraux (Scot Masters, à Bath, en 1735), divers « hauts » grades européens continentaux ou sidde degrees anglo-saxons avec de nombreuses variantes, ensuite, l’ensemble des hauts grades de n’importe quel système et enfin la totalité d’un Rite pratiqué par une Mère Loge Écossaise, comme Saint Jean d’Ecosse, de Marseille.

Así, el 2 de febrero de 1784, siete capítulos de Rosacruz en París, vinculados a logias del Gran Oriente, se reagrupan para formar el Gran Capítulo General de Francia. Estos Capítulos fundadores tienen pos nombres: La Reunión de Amigos Íntimos, Amigos Íntimos, Los Hermanos Unidos de St. Henry, Amistad, Armonía, Salomón y La Trinidad. El Gran Capítulo General se presenta como una federación de Capítulos de altos grados en Francia: "Los siete capítulos soberanos mencionados se han congregado y se congregan solo en el deseo y el plan de formar entre ellos un Gran Capítulo General que reúna a perpetuidad, en Francia, bajo su régimen y bajo su gobierno, todos los Capítulos soberanos que existen ahora y que existirán en el futuro, para reformar la Acefalia que los caracteriza y purgar los abusos”. Este texto ilustra el carácter anárquico del desarrollo de los grados escoceses y la pluralidad de sistemas implementados.

Los 81 miembros fundadores del Gran Capítulo General pertenecen, según el historiador Matthieu Baumier, "a una burguesía de profesiones liberales esencialmente, fisonomía familiar en el París masónico de finales del siglo XVIII donde las profesiones de justicia, finanzas y comercio dominan ampliamente ". Llevan las ideas de la Ilustración y practicantes de una forma de deísmo ilustrado, de religión natural, con reconocimiento de un Gran Arquitecto del Universo que no es un Dios revelado. Un cierto número de ellos son oficiales del Gran Oriente, lo que les niega toda voluntad de independencia en relación con esta Obediencia.

El 8 de abril de 1784, la elección de los quince oficiales que constituían el ejecutivo de la estructura llevó a Alexandre-Louis Roettiers de Montaleau a la función de Presidente, bajo la denominación de Muy Sabio y Gran Mestro. Será reelegido para este puesto el 8 de mayo de 1787. El rol asignado al Gran Capítulo General es el asignado previamente a la Cámara de Grados. Los Estatutos y Reglamentos Generales [4], emitidos el 19 de marzo de 1784, estipulan explícitamente cinco órdenes o grupos de grados:

“El Gran Capítulo general contendrá todo su conocimiento en cinco órdenes.

La 1ª Orden incluirá todos los intermediarios de la maestría al Elegido. El Elegido será el complemento.

La 2ª orden incluirá el escocés, todos los escoceses posibles y lo que le sea relativo

La 3ª orden incluirá al Caballero de Oriente, y lo que se le relaciona.

La 4ª orden incluirá el Rosacruz y lo que le sea relativo

La 5ª orden incluirá todos los grados y sistemas físicos y metafísicos, especialmente los adoptados por las asociaciones masónicas vigentes”.

Las primeras cuatro órdenes se constituyen en "consejos" y están destinadas a llevar a cabo las ceremonias de paso de una orden a otra. Las actas de las reuniones de dichos consejos muestran que no hay presentación de obras simbólicas, excepto los discursos del orador del Consejo. La Vª Orden está compuesta por 27 miembros, que componen la "Oficina de Correspondencia y el Comité del Gran Capítulo General": todos los asuntos relacionados con ésta se envían así a este nivel superior para su preparación y discusión al efecto de dar cuenta de todo ello. Se distinguen dos clases:

"Mientras que el conocimiento proveniente de los diversos sistemas conduce a un trabajo continuo y la iluminación que solo se puede adquirir de forma sucesiva y a fuerza de celo y diligencia, la quinta orden se subdividirá. Su subdivisión será nueve, que será elegida por la asamblea de los miembros que componen dicha 5ª Orden. [...]. Esta subdivisión se referirá esencialmente a la clasificación de cada grado según el orden al que pertenece, así como a todos los conocimientos masónicos de la naturaleza que sean."

El 18 de abril de 1784, los miembros de la Vª Orden fueron elegidos: Roëttiers de Montaleau fue nombrado presidente. Será reelegido para este cargo el 8 de mayo de 1787. La Vª Orden es una forma de academia de grados "escoceses", cuyo objeto consiste en clasificar los grados existentes y reducir en uno solo los grados de una misma familia. La codificación propuesta para las cuatro órdenes, sin embargo, no excluía la práctica de grados intermedios en ciertos Capítulos.

Las actas de las reuniones del 24 de abril de 1784 al 4 de diciembre de 1787 han sido redescubiertas recientemente por el Gran Oriente de Francia, entre los archivos masónicos restituidos por Rusia. Fueron publicados por Pierre Mollier, Director del servicio de Biblioteca, Archivos, Museo del Gran Oriente de Francia, en la revista Renaissance Traditionnelle . Estas confirman el papel de la asamblea de la Vª Orden como lugar de gestión administrativa del Gran Capítulo General: preparación de decisiones sobre candidaturas, afiliaciones, pasajes de un orden a otro, agregación de Capítulos, finanzas y aprobación de los rituales establecidos para las órdenes. Parece, como escribe Pierre Mollier, que el trabajo de la Vª Orden no se realizaban de acuerdo con un ritual o grado particular (trabajo "abierto" y "cerrado de la manera habitual"). De la misma manera, ninguna ceremonia de iniciación acompañó la elección de esta orden. Se puede concluir de este modo que se trataba de un grado administrativo.

Entre 1784 y 1786, el Gran Capítulo General finalizará el establecimiento de un ritual para cada una de las primeras cuatro órdenes, basándose en el trabajo de la Cámara de Grados: Elegido Secreto, Gran Elegido Escocés, Caballero de Oriente y Soberano príncipe Rosacruz. Estos rituales se imprimirán en 1801 en una colección titulada "Régulateur des Chevaliers Maçons".

Las actas de la Quinta Orden sugieren que el propio Roëttiers de Montaleau escribió los rituales de la primera, segunda y cuarta órdenes. El Gran Capítulo General fue solo un paréntesis de la historia: el 17 de febrero de 1786, el Gran Oriente decidió que se le adjuntara a él.

La fuente Matricial: El Gran Capítulo General de Francia de 1784

La reunión (o más exactamente la re-unión) del Gran Capítulo General al Gran Oriente sólo se efectuó el 2 de febrero de 1788. Por tanto, se donó a la potencia masónica entonces dominante de un sistema de altos grados estructurados (cinco órdenes) y decenas de capítulos implantados en Francia y sus colonias. Tan pronto fue instalado el "Capítulo Metropolitano", se le otorgaron cartas capitulares con fines de regularidad.

Esta nueva estructura continúa la obra del Gran Capítulo General con el mismo modo de funcionamiento y los mismos animadores, Roëttiers de Montaleau quedando como Presidente del Capítulo Metropolitano y de la Quinta Orden hasta su muerte el 30 de enero de 1808. Sin embargo, el Capítulo Metropolitano, comúnmente llamado "Soberano Capítulo Metropolitano" no escapará a la agitación revolucionaria: sus trabajos fueron, en efecto interrumpidos en abril de 1792 y no se reanudaron hasta abril de 1797: "diversas propuestas se han hecho para el bien y la regularidad de los trabajos del Capítulo Metropolitano y restaurarles el lustre y la actividad tan esenciales para el bien de la Orden en general. Estas han sido reenviadas a una comisión”.

El Vº Orden cesará de este modo toda actividad en la restauración que tendrá lugar en abril de 1814 con el advenimiento de Luis XVIII, antes de ser despertado a finales del siglo XX, pero eso es otra parte de la historia.

Volviendo nuevamente a Portugal, a constitución de Logias Masónicas en Portugal parece ya remontarse a 1727, ya sea fruto de militares y comerciantes ingleses y escoceses e incluso de franceses dedicados también al comercio en estos lares. La figura de Hipólito Costa en la estructuración y configuración de la masonería portuguesa a principios del XIX es fundamental tras, cómo no, una intensa persecución por la Inquisición tan bien conocida en toda la península. Las peripecias y viajes de este histórico personaje, así como otros detalles de contexto histórico que no abordaremos en este artículo, llevan a presuponer que el Rito Francés, cuyos rituales fueron publicados e impresos en 1801, fuera el rito oficial del primer Gran Oriente Lusitano en su origen.

Como hemos expuesto, La fundación del Gran Oriente Lusitano data de 1802. Dos años más tarde, el 25 de abril de 1804, se firmó un Tratado de Amistad con el Gran Oriente de Francia (donde ya aparece el grado de Caballero Rosa-Cruz entre los masones portugueses firmantes, mostrando su preexistencia a dicha fecha, probablemente desde 1802) y que podemos encontrar en la Biblioteca Nacional Francesa.

A través de este Tratado entre el GOL y el GODF se ha acreditado la existencia y funcionamiento de los Órdenes de Sabiduría del Rito Francés en Portugal, al menos desde 1804, año en el que posiblemente se expidiera una patente de forma oficial (hecho afirmado y firmado por el propio GPDF en el año 2004 y expuesto urbi et orbe en la publicación “Breves aux chapitres” Nº13 de enero de 2008, con todp lujo de detalles descriptivos, enumerativos y fotográficos). Por otra parte, la Constitución del Gran Oriente Lusitano de 1806, se refiere explícitamente a los diferentes órdenes y capítulos de Rito Francés, en su capítulo III y el artículo XIII, que presupone la existencia de un "Soberano Gran Capítulo de Caballeros Rosa Cruz", así como varios capítulos.

Por otra parte, y como prolongación a la propia naturaleza de la práctica ritual portuguesa, y por ende el fruto de su Matriz replicada a la francesa en el Rito Moderno, el Gran Oriente de Brasil se funda el 17 de junio de 1822 bajo los auspicios del Rito Moderno que, con el Adonhiramita, eran los únicos existentes en la época en este país. Así se constata, en el acta de la sesión del 12 de julio (quinta sesión del Gran Oriente de Brasil) donde consta la propuesta de elevación al Grado de Elegido Secreto para varios Hermanos, o sea, 4º Grado, I Orden de Sabiduría, del Rito Moderno.

Además de esto, el acta cita la adopción de la “Masonería de los siete Grados”, o sea, del Rito Moderno, adoptado en el Brasil por ser tanto en el Gran Oriente Lusitano como en el Gran Oriente de Francia el Rito Oficial. Y aquí precisamos detenernos unos breves momentos para una mayor comprensión e interrelación de la filiación iniciática:

En acta del 23 de julio (séptima sesión del Gran Oriente), vuelve a citarse la concesión del Grado de Elegido Secreto para varios hermanos, citándose además en la misma acta, la concesión del “Grado de Rosacruz” al Gran Maestre de la Masonería Brasileña (grado máximo de la masonería en esa época). En acta de sesión del 5 de agosto de 1822, se vuelve a referir a la “Masonería de los Siete Grados”. En esa acta se resuelve dar “carta de delegado” al H.•. Hippólito de Mendonça, en Londres, encargado de que el Gran Oriente Brasílico (su primera denominación hasta 1831) se hiciese reconocer por la Gran Logia de Londres, remitiendo todos los documentos e instrucciones concernientes al “Sistema masónico de los Siete Grados”, es decir, los documentos oficiales ritualísticos del Gran Oriente Brasílico. En acta de Sesión de 28 de septiembre de 1822, se relata que el Gran Maestre recibió el Grado de caballero de oriente (6º Grado) y que deberá recibir el de Rosacruz (7º Grado) en la próxima sesión, lo que muestra sin lugar a dudas, cuál era la secuencia de los Grados practicados en el Gran Oriente de Brasil, o sea, la secuencia del Rito Moderno. La firma masónica de Don Pedro I.·. P.·. M.·. R.·.+, o sea, Hermano Pedro, masón Rosa Cruz, lo que significa que el emperador ostentaba el séptimo grado del Rito Moderno –Caballero Rosacruz- por el hecho de haber sido elevado a la Gran Maestría del Gran Oriente. El primer ritual utilizado por el Gran Oriente del Brasil en el año de su fundación (1822) cuando entonces se denominaba Gran Oriente Brasiliano (primera acta), Gran Oriente Brasileño (segunda acta) y Gran Oriente Brasílico (quinta acta) y que adoptaría su actual nombre de Gran Oriente de Brasil al ser reinstalado en 1831, era del Rito Moderno. Lo cedió la Logia “Comercio y Artes” de Rio de Janeiro, que lo recibiera del Grande Oriente Lusitano. Debido a la inestabilidad política tras la recién adquirida independencia y las rivalidades existentes entre el grupo del Primer Gran Maestro José Bonifacio y de su Primer gran Vigilante, Joaquim Gonçalves, el Emperador Pedro I mandó suspender los Trabajos del Gran Oriente el 25 de octubre de 1822. Tras la abdicación de Don Pedro el 7 de abril de 1831, fue en noviembre de 1831 que los trabajos del Gran Oriente de Brasil retomaron fuerza y vigor reinstalando la Obediencia con su actual nombre, y ya nunca más suspendió sus actividades. El Gran Oriente de Brasil, restaurado, adoptó el Rito Moderno y la constitución del Gran Oriente de Francia de 1826 adaptada por Gonçalves Ledo, y tomando este Rito como Rito Oficial y para el trabajo de sus Altos Cuerpos. El 23 de junio de 1892, imitando la reforma del Gran Oriente de Francia de 1877 y del Gran Oriente de Bélgica de 1872, son suprimidas de los rituales la obligación de las invocaciones al Gran Arquitecto del Universo.

El Rito Moderno, con su vocación para la justicia social proclamó la igualdad de las razas, culminando con la liberación de los esclavos en el Brasil. Fue el Rito Moderno el que luchó y consiguió la supremacía del poder civil sobre el poder religioso y la libertad de religiones. El Rito Moderno no admite la limitación del alcance de la razón, por lo que desaprueba el dogmatismo y las imposiciones ideológicas y por ser racionalista, aunque se mantiene respetuosa con la espiritualidad individual, propugna la búsqueda de la Verdad aun pudiendo ser provisional y en constante mutación. La filosofía del Rito se opone a cualquier tipo de discriminación. La no admisión de mujeres en los Trabajos de determinadas jurisdicciones se debe a la aplicación contradictoria y pseudo bufa de la esencia conceptual en Cuerpos autodenominados “Regulares” de los tratados contraídos y no a la naturaleza del rito. Un estudio sobre el concepto “Regularidad Masónica” bien merecerá otro estudio amplio, preciso y fundamentado.

La estructura del Rito Moderno funcionó en 7 Grados (3 simbólicos más los Cuatro Órdenes de Sabiduría) hasta 1998. En ese año se activa haciendo uso de su incuestionable legitimidad emanada de los RRGG de 1784, el Vº Orden dándole forma con dos nuevos Grados 8 y 9: 

5º Orden - 8º Grado – Caballero del Águila Blanca y Negra (inspirado en el grado 70 de la 8ª serie histórica), Caballero Kadosh Filosófico, Inspector del Rito. 

5º Orden - 9º Grado - Caballero de la Sabiduría- Gran Inspector del Rito (fundamentado en el grado 79 de la 9ª serie histórica). 

Según las investigaciones del amado Hermano Onías Neto, se cree que hubo un tiempo en el que en Portugal, llegó a funcionar dentro del Rito Moderno, con un Grado 8 (Kadosh Perfecto Iniciado) e incluso un Grado 9 (Grande Inspector).

Sea como fuere, la puesta en práctica del V Orden derivada de lo contemplado en los Reglamentos del Grand Chapître Général de France de 1784 respecto al V Orden, es variada según los diversos Cuerpos de Altos grados del Rito Moderno actuales, pero absolutamente legítima de aplicación y uso a pesar de su diversidad formal.

El acta de Constitución del GOB no cita en ningún momento la entrega de patente por parte de Potencia Masónica alguna. El relato del manifiesto dirigido a las demás obediencias del mundo del GOB lanzado al inicio de 1832 cita los reconocimientos posteriores a 1822 de los GG.·. OOr.·. de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Al respecto de los reconocimientos, el acta de la Sesión del GOB del 5 de agosto de 1822 resuelve dar “carta de delegado” al H.·. Hippólito de Mendonça, en Londres, encargándole hacer que el Grande Oriente do Brasil fuera reconocido por la Gran Logia de Londres y le remita todas las instrucciones y papeles concernientes al Sistema Masónico de los Siete Grados”, o sea, los documentos rituales oficiales del GOB. Por otra parte, el GOB aglutinó el ideario independentista y apareció como reacción de crear una nueva Obediencia desmarcada de Portugal.

El Grande Oriente do Brasil no precisaba Patente del Grande Oriente Lusitano por ser sus Cuerpos Masónicos constitutivos y fundacionales parte integrante de la Obediencia que regía la Regularidad masónica en la totalidad de los territorios del estado, es decir del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves (1815-1822). Así pues, todas las Patentes en poder del Grande Oriente de Portugal, Brasil y Algarves, son también propiedad por derecho de la Obediencia que se crea como subdivisión de la anterior, fruto de un proceso de desvinculación e independencia territorial.

El Grande Oriente do Brasil adoptó el Rito Moderno, o Masonería de los Siete Grados de la Matriz Portuguesa.

La adopción de la Masonería de los Siete Grados se cita explícitamente en el acta de la Sesión del Grande Oriente de Brasil del 12 de julio de 1822, así como algunas propuestas de elevación al Grado de Elegido Secreto.

En el acta de la sesión del 23 de Julio de 1822 se cita la concesión del Grado de Elegido Secreto para algunos HH.·. así como la concesión del Grado de Rosacruz para el Gran Maestro de la Masonería Brasileña.

En el acta del 5 de agosto de 1822 vuelve a citarse la “Masonería de los Siete”.

En el acta del 28 de septiembre de 1822 se relata que el Gran Maestro recibió el Grado de Caballero de Oriente y que deberá recibir en la próxima sesión el Grado de Rosacruz.

La fundación del Grande Oriente del Brasil se apoyó en su única Logia existente y Regular en Rio de Janeiro, “Comércio e Artes”, para subdividirse en sus logias fundadoras.

La Logia “Comércio e Artes”, fundada en 1815, tuvo que suspender sus actividades y destruir todos sus archivos debido a la Orden del 30 de marzo de 1818 en la que Don Juan VI prohibía todas las actividades de las asociaciones secretas, que, en este caso, se resumían a la Masonería.

Tras superar esta persecución, reanudó sus actividades el 24 de junio de 1821.

El análisis del Acta de “Reinstalación” del 24 de junio de 1821 nos expone que:

1) Esta Logia fue instalada en noviembre de 1815 (sin precisar fecha).

2) La Logia trabajaba bajo los auspicios del Grande Oriente de Portugal, Brasil e Algarves

3) Aparece indicado el compromiso de los iniciados a someterse a las deliberaciones de la Logia y del Grande Oriente de Portugal, Brasil e Algarves reiterando nuevamente que trabaja bajo sus auspicios.

4) Otra referencia a la Obediencia, es el supuesto agrado que supondrá para ésta el fervor de la logia tras proseguir sus trabajos después de este periodo de inactividad.

5) En el acta del 15 de Mayo de 1822, aparece la intención de fundar una nueva obediencia expresando “nombrar una comisión de siete miembros, destinada a redactar una Constitución Brasileña Masónica, para regir el Gr.·. Or.·. y Mas.·. Brasileña”.

6) Esta “Reinstalación” contaba con la presencia de los primeros HH.·. instaladores de 1815.

7) Expresa que fue necesario “quemar” las actas de la Instalación de 1815 por los acontecimientos políticos que sucedieron posteriormente.

La legitimidad de transmisión por Patente de los Altos Grados del Rito Moderno en Brasil, se apoya en la Logia “Comércio e Artes”, la cual estaba bajo los auspicios del Grande Oriente Lusitano.

En el acta del 15 de Mayo de 1822 de la Logia “Comércio e Artes”, aparece descrita la práctica inequívoca de los Altos Grados en su capítulo asociado, expresado textualmente como sigue el siguiente acto de ese día:”Se decoran las CCol.·. con GGr.·. Mayores y se otorgan estos por comunicación”.

Efectivamente, estando bajo los auspicios del Grande Oriente Lusitano, cumplía con lo que expresaba la Constitución de 1806 de la Obediencia portuguesa, concretamente:

Capítulo 13: De la organización de los capítulos, en su

Artículo 1 se dice que “Cada Logia tendrá un Capítulo para que se le confieran los Altos Grados o será agregada a otras Logias capitulares.”

Artículo 2: No podrán unirse bajo un Capítulo más de cuatro logias, y admitiendo en este caso el Grande Oriente Lusitano sólo Cuatro Órdenes de Altos Grados (a saber: 1º Elegidos Secretos, 2º Grado Elegidos Escoceses, 3º Caballeros de Oriente y 4º Rosa-Cruz) cada Venerable presidirá los Trabajos de una Orden, siendo el de la Logia más antigua Presidente de la 4º Orden Rosa-Cruz”.

Asimismo, la posesión del Grado Rosa-Cruz para el Gran Maestro del Grande Oriente do Brasil, estaba de acuerdo en lo expresado en la constitución del Grande Oriente Lusitano en su Capítulo 3º. De las Cualificaciones necesarias para los Oficiales y miembros del Grande Oriente Lusitano, Artículo 1: “Todos los Oficiales i miembros del Grande Oriente Lusitano tendrán el Grado de Rosa-Cruz, para poder asistir a las discusiones y deliberaciones de todos los objetos de la Orden, relativo tanto a los Grados Simbólicos, como a los Grados de Alta Masonería.”

Es esta resiliencia y continuidad la que demuestra la naturaleza de los Órdenes de Sabiduría implantados, desarrollados y expandidos por Portugal.

Una solución Francesa de enorme parecido con el adoptado en Brasil y su heredad Lusitana para la Vª Orden y su Rol materializado

Decíamos que la Vª Orden estructurada por primera vez a fines de 1807, funciona sin Roëttiers de Montaleau, que murió el 31 de enero de 1808. Las actas de las reuniones del 18 de diciembre de 1807 al 1 de junio de 1813 nos cuentan las obras dedicadas a su mayor parte en la recepción de Caballeros Rosacruces en la clase de Prosélitos. La entrada a la clase de los Prosélitos se hace por la recepción en el grado de Caballero del Sol, último grado de la 8ª serie. Pierre Mollier [19] registró 80 cuadernos de este grado copiados en el siglo XVIII y divididos en tres familias. Debido a la multiplicidad de rituales, el autor ve en el Caballero del Sol "un grado con geometría variable: doble enseñanza, permitiendo varios usos del grado de acuerdo con la sensibilidad y el objetivo de quienes lo practican, este grado testifica por su doble contenido, la antigüedad de 2 corrientes marginales del 18 °: FM "filosófica", es decir, deísta y racionalista, y FM hermética, pero que se perpetuará en la FM francesa ". Todavía se mantienen algunos debates "sobre el modo que debe adoptarse para restaurar el “Rit Ancien” el lustre que le pertenece, mediante la compilación de los grados superiores que posee más allá de S.P.CH.R.C. Confirmando la preocupación de posicionamiento sobre el Rito Escocés.

La nomenclatura de 81 grados del Capítulo Metropolitano se fija así: nueve series de nueve grados clasificadas por familia. El quinto orden ejerce finalmente (pero un poco tarde) el rol que se le ha transferido desde 1784. Esto se registra en sus propios estatutos aprobados en diciembre de 1807, bajo los cuales se estructura en dos clases. El primero consiste en un consejo de nueve miembros, "guardián de los cuadernos masónicos, reglamentos y archivos del Capítulo Metropolitano" y "que posee los más altos grados". Debe entenderse que este consejo tenía por vocación reunir a los poseedores de los grados cúlmenes de los diversos sistemas masónicos del Gran Oriente, y para conferir los grados mencionados. Los cuadernos de los 81 grados se colocan en un arca de dos llaves, establecida en el lugar del Consejo de los IX. No está claro si el plan posterior del Hermano Gastebois para convertir a los IX en una clase de "Iniciados en los profundos misterios" podría haberse realizado. Un ritual de este grado (62º de la nomenclatura) parece confirmarlo, ya que una de sus copias incluye la mención "último grado de la Quinta Orden del Soberano Capítulo Metropolitano". Es interesante notar que este grado fue el último del rito en 33 grados del conde de Clermont con fecha de 1768.

El Rito Francés encontró una solución a destiempo por sus dubitativas elucubraciones, dando paso al imparable REAA y al abandono de su propia obediencia, el GODF: En cuanto a las actas de las asambleas de IVª Orden del primer semestre de 1814, que muestran un estancamiento del trabajo del Capítulo Metropolitano y una situación de cuasi colapso de la estructura, las rentas no pagadas que la obligan a devolver el local a su propietario el 1 de enero de 1815, con el archivo de los efectos del V ° Orden. Al mismo tiempo, el Gran Oriente de Francia se hará cargo de la administración de todos los altos grados bajo su manto. Un Gran Consistorio de Ritos serán instalados a finales de 1815, que se convertirá en el Gran Colegio de Ritos en 1826. En 1823, el Capítulo Metropolitano renunciará a su título y optará por denominarse Capítulo de las Galias, acordándole la Patente del grado 30 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para esa ocasión.

El Vº Orden cesará de este modo toda actividad en la restauración que tendrá lugar en abril de 1814 con el advenimiento de Luis XVIII, antes de ser despertado a finales del siglo XX, pero eso es otra parte de la historia.

Hoy en día, el Subime Consejo Provence Fidelité, ejemplo fiel de la primera Matriz nacida en Francia, se encuestra reagrupado como una entidad de naturaleza diferente en l’Alliance des Souverains Chapîtres de Rite Français, permitiendo el trabajo del RF en la totalidad de sus 9 Grados, y es en esta Asamblea Independiente de la 5ª Orden, que posteriormente adquirió la denominación de Sublime Consejo, donde se gesta la reactivación, codificación y elaboración de la estructura y rituales actuales en el Seno del GOdF siendo el GM Giulliemi el primer miembro recibido en Provence Fidelité, donde el MIH Jean-Pierre Duhal fue el Primer Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable de la Nueva Era.

Pero, para terminar, el Gran Capítulo General de Portugal, poseía, y posee esa legitimidad aducida sobre la Vª orden en particular. La respuesta es contundente: un sí rotundo de filiación iniciática, y de procedimiento reglamentario intrínseco a lo que esta Vª Orden significa. Así, los siglos, nos han dado la razón a ambas orillas del Atlántico.

He dicho.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)

Academia V Império. “9º Ciclo de Estudos do Rito Moderno ou Francês”


 Del 19 al 21 de noviembre de 2021 se llevó a cabo en Porto (Portugal) la internacionalmente referencial Academia V Imperio en su “9º Ciclo de Estudios del Rito Moderno o Francés”, impecablemente coordinado y promovido por la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 533 al Or.·. de Porto del Grande Oriente Lusitano presidido por el Muy Ilustre Hermano Belmiro Sousa, y a la que se asocian en su desarrollo las RR.·. Logias de Rito Moderno o Francés Amizade nº 561 al Or.·. de Penafiel, Serra Nova nº 564 al Or.·. de Bragança, 31 de Janeiro nº 565, Mártires da Libertade nº 588 al Or.·. de Aveiro y Egrégora nº 594 al Or.·. de Coimbra, siendo  Potencia invitada de lujo el histórico Soberano Gran Capítulo de los Caballeros Rosacruz de Portugal-Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal de 1804.


En estas jornadas de estudio, se abordaron tres grandes bloques temáticos de análisis e investigación, los cuales versaron en a) la Fraternidad en tiempos de post Pandemia- ¿qué Masonería?, b) el Rito Moderno de Matriz Lusitana y c) Día Internacional de los Derechos de los Niños, y que dieron lugar a unas fases de debates e interesantes aportaciones, contando como ponentes a relevantes Hermanas y Hermanos de distintos países europeos y americanos en diversos ámbitos masonológicos y sociológicos, entre otros. Asimismo, este ciclo intercaló actividades culturales y artísticas que pusieron de manifiesto la exquisita organización del evento que año tras año eleva el listón de calidad y expectativas.


Damos a sus organizadores nuestra más efusiva enhorabuena por esta edición esperando ya ávidamente el próximo encuentro.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden. Unión Masónica Universal del Rito Moderno

La Franc-maçonnerie et la révolution grecque

Qui aurait su que la revolution qui a résulté en l'independance Grecque a eu des racines si profondes parmi les Franc-maçons genevois? L'etude minutieuse que l'historien Fabrizio Frigerio a la générosité de publier dans nos pages rappelle un episode significatif de l'histoire de la FM Romande.

On commémore cette année le 200ème anniversaire de la révolution grecque de 1821, acte fondateur de la renaissance de la Grèce en tant que Nation et État indépendant.


© Musée d'Art et d'Histoire, Genève

Le Musée d’art et d’histoire de Genève possède trois médailles de deux loges maçonniques dont une a eu des relations avec cet événement historique, il s’agit des médailles de deux loges appartenant au Régime rectifié : L’Union des Cœurs et Fidélité. La première, fondée en 1768, est la plus ancienne loge genevoise encore en activité de nos jours [1],  la seconde, fondée en 1764, a subi une scission en 1857, qui a donné naissance à la loge Les Amis Fidèles, et a ensuite fusionné en 1871 avec la loge La Prudence, et s’appelle aujourd’hui Fidélité et Prudence [2]. 

​Après 1815 la Franc-Maçonnerie suisse se détourne du Grand Orient de France, trop marqué par l’empreinte politique de l’époque napoléonienne [3],  et « en 1822 les loges de la Suisse ressortissaient à trois autorités principales : le Directoire écossais rectifié, dont le siège alternait entre Zurich et Bâle ; la Grande Loge provinciale de Berne, qui relevait encore de la Grande Loge de Londres, et le Directoire helvétique romand établi à Lausanne [4]. »  L’Union des Cœurs et Fidélité dépendaient de la première, qui régissait le Régime rectifié, pratiquant le Rite écossais rectifié, un rite à connotation chrétienne très marquée.

Les médailles de ces deux loges présentent les caractéristiques de ce rite : nous trouvons à l’avers le phénix, symbole de résurrection et emblème du Régime rectifié, et sous le phénix la devise « Perit ut vivat » dans une banderole. Au revers un crâne, avec au-dessous les initiales M O AE, celles de la devise « Mors omnia aequat » (c’est l’écu de la Ve Province de Bourgogne-Helvétie de ce Régime) et le symbole de la loge : la lettre F pour Fidélité et trois cœurs unis par un ruban pour L’Union des Cœurs. A l’avers la médaille de Fidélité (CdN1892) porte sur le pourtour l’inscription « Loge de la Fidélité à l’Orient de Genève », entourant les deux colonnes du temple de Salomon Jakin à droite et Boaz à gauche, indiquées par leurs initiales, avec entre elles les armoiries de la Suisse à gauche et de Genève à droite. Au revers elle porte sur le pourtour l’inscription « Directoire écossais d’Helvétie Régime Rectifié ». Les médailles de L’Union des Cœurs portent au revers l’inscription « Loge de Saint Jean de l’Union des Cœurs Régime Rectifié Orient de Genève » et une des deux porte aussi la date de fondation de la loge : 1768. A l’avers sur le pourtour une des médailles de L’Union des Cœurs porte l’inscription « Directoire de Bourgogne », et l’autre (CdN 29365) « Directoire de Bourgogne-Helvétie Alpina 1851 », ce qui indique qu’elle date d’après l’adhésion de la loge en 1851 à la Grande Loge Suisse Alpina, fondée en 1844, ainsi que la date de 1810, qui est celle de son adhésion au Régime rectifié. La première a été publiée par François Ruchon comme étant l’ancien bijou de L’Union des Cœurs [5],  les deux autres l’ont été dans le catalogue de l’exposition Genève et la Grèce. Une amitié au service de l’indépendance, que le Musée d’Art et d’Histoire de Genève a organisé à l’occasion du bicentenaire de la révolution grecque [6] .

De ces deux loges, L’Union des Cœurs a joué un rôle actif de soutien aux Grecs insurgés.

Depuis son adhésion au Régime rectifié en 1810, L’Union des Cœurs a été marquée par une activité sociale particulièrement importante, elle a été avec quelques-uns de ses membres à la base du mouvement  du Réveil, en participant aussi à la fondation de la Société biblique et de l’Eglise libre. Elle a surtout été la loge où se rencontraient les étrangers de marque de passage à Genève, Anglais, Allemands, Italiens et aussi Grecs, exilés de leur patrie [7].  En 1821 elle a reçu parmi ses membres l’archimandrite Théophile Thésée [8],  neveu de l’archevêque de Chypre Kyprianos, qui depuis 1816 résidait à Marseille avec son frère Nicolas, où ils participaient activement à l’enrôlement d’hommes et à l’envoi d’armes en Grèce pour la préparation de la révolution [9] .  Revenu à Chypre en été 1821, il a dû reprendre la voie de l’exil après l’échec de l’insurrection contre les Ottomans dans l’île et la pendaison de son oncle l’archevêque et il est rentré à Marseille, où il a été parmi les signataires du manifeste des réfugiés grecs du 6 décembre 1821 [10].  Peut-être son adhésion à la Franc-Maçonnerie lui a-t-elle été utile pour recueillir des fonds en faveur des réfugiés grecs lors de ses séjours à Moscou en 1822 ou à Londres en 1824, où il a reçu 75 livres de la part de l’archevêque de Cantorbéry, Charles Manners-Sutton, la classe dirigeante anglaise de l’époque étant très liée à la Franc-Maçonnerie [11] .  A Genève il y eut aussi un afflux de réfugiés grecs (le poète André Calvos s’y est déjà réfugié en 1821 [12])  dont s’occupait un comité philhellénique important, duquel faisait partie Jean-Gabriel Eynard, lui aussi franc-maçon [13],  tout comme son ami le comte Jean Capodistrias qui, lorsqu’il avait été ministre des affaires étrangères de la Russie, avait fondé et dirigé à Moscou en 1812 la loge du Phénix [14], qui réunissait l’élite grecque de la Russie impériale et joua un rôle important dans la préparation de la révolution grecque. L’Union des Cœurs a participé à cet élan philhellène et en 1823 le Registre des Protocoles du Conseil et de la Loge d’administration de l’Union des Cœurs, en date du 10 janvier, note :
« no 1237, le 10e jour du 1er mois 5823 [vendredi 10 janvier 1823] 1er grade
[Annoté en marge]
Le Vble [Vénérable] annonce aux ff
 [frères] quil est ouvert une souscription volontaire en faveur des Grecs malheureux résidents à Genève & en Suisse, dont le F[Frère] Lutscher [sic !] est le distributeur bienveillant ; le F [Frère] Suès est chargé de recevoir loffrande des FF [Frères]- . » [15]

L
exemple donné par LUnion des Cœurs a été suivi par d’autres loges, en France la loge L’Union de Perpignan a aussi organisé une souscription en faveur des réfugiés grecs [16]. 

On voit que la Franc-maçonnerie, avec ses réseaux, a joué un rôle important tant dans la préparation et l’exécution de l’insurrection grecque de 1821 que dans l’aide aux réfugiés grecs qui l’a suivie.

© Fabrizio Frigerio, historien
Genève 2021

​[1] La Juste et Parfaite Loge L’Union des Cœurs de Genève, fondée en 1768, Genève, 1993 (sans indication de nom d’auteur).
[2] Michel Demartin, La Franc-Maçonnerie à Genève, Genève, 1986, p. 16-18.
[3] François Collaveri, La maçonnerie des Bonaparte, Payot, Paris, 1982.
[4] A. Chrétien, Esquisse historique de la Loge Les Amis Fidèles, Genève, 1908, p. 11.
[5] François Ruchon, Histoire de la Franc-Maçonnerie à Genève de 1736 à 1900, Genève, 1935, pl. VII, n.1 et 2.
[6] Fabrizio Frigerio, « L’activité philhellénique des loges maçonniques », catalogue de l’exposition Genève et la Grèce.Une amitié au service de l’indépendance, Musée d’Art et d’Histoire, Genève, 2021, p. 80 - 81.
[7] « Déjà avant la réunion de Genève à la Suisse, cette loge était le Temple de prédilection des étrangers [...] Plus tard, quand les malheurs de la Grèce eurent poussé plusieurs de ses plus nobles enfants dans nos murs, ils trouvèrent, eux aussi, dans cette même loge, l’hospitalité la plus sympathique. » John-Barthélemy-Gaïfre Galiffe, La chaîne symbolique, origine, développement et tendances de l’idée maçonnique, introduction de Fabrizio Frigerio, Champion-Slatkine, Paris-Genève, 1986, p. 433. (réimpression de l’éd. de Genève de 1852).
[8] Fabrizio Frigerio, « L’Archimandrite Théophile Thésée entre Genève et Chypre en 1821 », 
Επετηρίδα του Κέντρου Επιστημονικών ΕρευνώνXXXIINicosie, 2006, p. 241-258, sur www.academia.edu/8926035 (consulté le 18.6.2021).
[9] « Nicolas Thésée, de nationalité russe, neveu de l’archevêque de Chypre, Cyprien, était lié avec les plus grandes familles de la Grèce où il exerçait une certaine influence. De 1816 à 1821, il fut le seul Grec de Marseille à avoir l’essentiel de ses relations d’affaires avec Chypre où existait le siège social de « Cyprien Thésée et Cie », Pierre Echinard, Grecs et Philhellènes à Marseille de la Révolution française à l’indépendance de la Grèce, Thèse de doctorat de troisième cycle de l’Université d’Aix - Marseille, 1969, p. 254.
[10] « Parmi les premiers Grecs à trouver refuge à Marseille, il y eut, en novembre 1821 et au début de 1822, une trentaine de Chypriotes qui avaient pu fuir leur île en trouvant refuge sur des bâtiments français, après le massacre de l’Archevêque de Chypre et de nombreux chrétiens. Certains, parmi eux, appartenaient aux premières familles de l’île, tels plusieurs parents de l’Archevêque et de Nicolas Thésée, qui avaient vu leurs biens confisqués », Pierre Echinard, op. cit., p. 340.
[11] En 1813 venait de se constituer la Grande Loge Unie d’Angleterre, dont le premier Grand Maître a été le duc Auguste-Frédéric de Sussex ; le prince de Galles (le futur roi Edouard VII) allait à son tour le devenir en 1875, et il y avait de nombreux Franc-Maçons dans le haut clergé de l’Eglise anglicane.
[12] Michelle Bouvier-Bron, « Le séjour du poète grec André Calvos à Genève et Lausanne », The Historical Review/La Revue Historique, 2007, vol. 4, p. 7-31, examine ses rapports avec Capodistrias et se demande s’il était aussi franc-maçon (p. 12). On sait maintenant (voir l’étude de Bernard Ducret citée en note 16) que Calvos a été reçu franc-maçon à Genève en 1823, dans la loge des Amis sincères, fondée en 1806 et ensuite présidée en 1811 par le républicain, jacobin et carbonaro franco-italien Philippe Buonarroti.
[13] Michelle Bouvier-Bron, Une jeunesse en Italie. Les années de formation de Jean Gabriel Eynard, Slatkine, Genève, 2019, p. 179, le donne comme ayant été reçu franc-maçon le 1er juin 1802 dans la loge de Livourne des Amis réunis de la parfaite union, rattachée au Grand Orient de France.
[14] Tatiana Bakounine, Répertoire biographique des francs-Maçons russes (XVIIIe-XIXe siècles), Institut d’études slaves de l’Université de Paris, 1967, p. 634 la donne comme mentionnée en 1814, elle devait faire partie de la Grande Loge Directoriale, puisque l’Obédience rivale de La Grande Loge Astraea n’a été créée qu’en 1815 par quatre loges dont celle de La Palestine, fondée à Saint–Pétersbourg en 1810 par Alexandre Ypsilantis (cf. Evstathios Diakopolou, 
Ο Τεκτονισμός στην Ελλάδα, Ιόνιος Φιλοσοφική, Corfou, 2009, p. 143, qui montre aussi à la p. 163-164 qu’après la création de la Grande Loge Nationale de Grèce en 1811 le symbole maçonnique du phénix était devenu en Grèce un symbole politique de renaissance nationale, avec la fondation en 1818 de la loge Phénix à Corfou. Il a d’ailleurs été récupéré comme symbole politique de renaissance nationale sous la dictature des Colonels (1967-1974) et il figure sur les pièces de monnaie de la première série de la République en 1973-1974.)
[15] Lucius Lütscher, (1793-1875), ministre en 1815, pasteur de l’Eglise réformée allemande (1819-1858) », François Ruchon, op. cit., p. 134. note 1 ; Marc-Jules Suès, greffier du tribunal de police, en 1821 était Elémosinaire de la loge (c’est à dire qu’il était chargé de la bienfaisance) et a aussi été l’un des trois commissaires nommés pour enquêter sur Théophile Thésée lors du dépôt de sa candidature à l’admission à la loge.
[16] Bernard Ducret – Alexis Krauss, La franc-maçonnerie et la fondation de la Grèce, p. 10, sur 
www.academia.edu/43273017/ (consulté le 1.6.2021). Comme son nom semble l’indiquer, il doit s’agir de la loge dont dépendait celle de Livourne dont Eynard était devenu membre.