Hora: 23 jul 2022 03:00 p. m. Santiago.
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A tal efecto publicó un comunicado el 1 de junio de 2022, y solicitó su incorporación a la "Unión Masónica Universal del Rito Moderno".
Con el acuerdo unánime de todos sus miembros, el Consejo de Administración de la Unión Masónica Internacional del Rito Moderno aprobó esta petición el 8 de junio de 2022 e incorporó como miembro de pleno derecho al "Suprême Conseil du Rite Moderne pour la Suisse".Con el conocimiento de la calidad de los miembros que integran este Supremo Consejo, les damos la bienvenida con la seguridad de que nos enriquecerán inmensamente con sus aportaciones, criterios y labor.
En este espacio hemos, creo, ampliamente abordado el tema de la génesis, distribución y reordenación de los Altos Grados de gran proliferación en el XVIII, bajo la estructura creada por el Gran Capítulo General de Francia del 1784 en la ocurrente distribución por familias conocidas con el término de Órdenes. Hemos valorado asimismo desde diversos planos filosóficos e iniciáticos, la idoneidad de los mismos, controvertidos cuanto menos, así como escuchado voces reflexivas e incluso irónicas y ácidas, como las de Bésuchet , en esa vorágine de multiplicación de grados, la mayoría impracticables. Nuestras investigaciones nos han hecho entender como ciertamente el Phylum iniciático del Rito Moderno finalizaba sin duda en el Rosacruz, un Cuarto Orden terminal siendo durante mucho tiempo el Nec Plus Ultra Masónico hasta el desembarco de la nueva estructuración propuesta por el REAA, que imponía su influencia en los altos grados con la habilidad de generar un paralelismo del R+ con su 18º, estrategia inteligente que hundía a la cumbre Moderna provocando la excitación de aquellos cuya posible ansia por las decoraciones y títulos impulsaba, cual resorte, a la búsqueda del más allá. Así pues, el sistema del Gran Capítulo General, por más Quinto Orden universal definido en los RRGG del 1784 y codificado por el Metropolitano en el listado de 1807, no dejaba de ser un intangible para muchos, con la cual cosa, ya de facto, en el 1858 el ritual Murat se basaba sobre una progresión de siete grados en los que los tres primeros pertenecían al Rito Francés, y el resto, el Rosacruz 18º, Caballero Kaddosch 30º, Príncipe del Real Secreto 32º y Gran Inspector General 33º eran grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Resulta, pues difícil creer que esto fue fruto del simple azar. El sistema de los Órdenes de Sabiduría quedaba tocado de muerte. En Holanda, tras la fundación en 1803 de la Orden de los Altos Grados tras la ocupación francesa, y muy potenciado en la actualidad su vigor y fuerza vía su nueva y remodelada web, se nos presenta ante el público una ininterrumpida práctica de más de 200 años del sistema de siete grados que supuestamente habría bebido su legitimidad de dicho contacto galo. Esa legitimidad secuencial no fue filial si no realizada por analogía, y lo que es indudablemente cierto, es que la práctica de todos los Órdenes no fue ininterrumpida, dado que, en realidad, no se conferían de la forma regularmente establecida. Me explico: El Rito planteado tras el magisterio con los Grados de Elegido, Escocés, Caballero de Oriente y Soberano Príncipe Rosacruz mutó en su forma de ser conferido, dado que debido al carácter explícitamente cristiano del último grado se decidió prohibir conferirlo salvo por comunicación, confiriendo ritualmente sólo los tres anteriores. Esta prohibición duró tres años, hasta 1806, donde se dejó a criterio de los Capítulos la elección del método de concesión. Sin embargo, en los siguientes 50 años, el sentir al respecto se revirtió radicalmente, decidiéndose en 1854 que desde esa fecha, el Grado de Rosacruz debería ser conferido ritualmente, mientras que los “Grados Intermedios” se harían por comunicación. Increíble, pero cierto: el tema se revertió cual calcetín. Así pues, este sistema en Siete Grados con sus respectivas Órdenes de Sabiduría solamente se practicó ininterrumpidamente de forma Regular y legítima desde 1822 en Brasil. Pero una vez pasado el tiempo, asentados los sistemas rituales, estratégicamente ubicados los sistemas relacionales entre Potencias Masónicas de Altos Grados, había que velar por llevar al Rito Moderno o Francés al lugar que siempre le correspondió, y este, jamás era estar en inferioridad de escalafón a ningún otro, dígase lo que se quiera sobre el phylum iniciático, el lanzar la mirada hacia todos los grados físicos y metafísicos de todos los sistemas. Eso ya era obvio de por sí, pero había que ir concretando. Las soluciones para la activación, reactivación o desarrollo de este Vº Orden podían ser muchas y variadas (algunas más acertadas que otras), pero era menester encontrar en función de la incontestable legitimidad de la Potencia correspondiente, en este caso el Supremo Consejo del Rito Moderno, de Brasil, Chef d’Ordre Universal en cuanto a su práctica ininterrumpida e incluso única en un tiempo, buscar un método racional, lógico, con un mensaje coherente al espíritu del Rito Moderno y de un contenido incontestable. Así pues pasaremos a exponer la distribución en 9 Grados (una distribución que comparto en lo personal por su coherencia y brillantez ritual, dicho sea de paso), ubicados el 8º y el 9º en el Vº Orden, expuesto mediante el análisis y argumentación dada por el M.•. Il.•. H.•. Antonio Onías Neto, Soberano Gran Inspector General Honorario del Supremo Consejo del Rito Moderno, con sede en Brasil:
Algunos Hermanos afirman que no existe fundamento histórico o institucional para la institucionalización de los Grados 8 y 9 para el Rito Moderno. Veamos primero si históricamente existieron los grados citados anteriormente. Respecto a este asunto, la publicación francesa “Le Rite Français Moderne - I. M. R. E. T. 1986” afirma en su página 36: “Voici quelques extraits des “STATUS ET REGLEMENTS GÉNÉRAL DE FRANCE”, datés de 19 Mars 1784: “Art. 28 - Toutes les formules différentes et multipliées seront classées et rangées suivant le grande dont elles dépendent. Chaque Grade ainsi classé será connu sous la dénomination d’Ordre.” “Art. 29 - Le Grand Chapitre Général renfermera toutes les connaissances em cinq Ordres.........(siguiendo la explicación de cada Orden correspondiendo a los Grados Del 4 al 7 siendo este último El Caballero Rosacruz) ......” “Le Cinquième Ordre comprendra tous les grades physiques et méta-physiques et tous les systémes, particulièrement ceux adoptés par des associations maçonniques em vigueur”. Este Quinto Orden además de constituir una Academia o Conservatorio de diferentes grados y rituales al uso, siguiendo sus Reglamentos, se nos aparece, como lo afirma la obra referenciada, un Grado administrativo a comparar con los "Grados Blancos" del REAA. Históricamente, además, encontramos em las páginas 56/57 del “Tuileur général de la francmaçonnerie, J. M. Ragon, Paris, Collignon , de 1861”: “Rite Français: “Kadosch, parfait initié - Grade philosophique, 5e. et dernier degré du Rite Français, dit aussi GRANDE ÉLU, CHEVALIER DE L’AIGLE BLANC ET NOIR - remplaçant le 30e. degré templier du Rite Écossais.” La obra prosigue con El Cuadro, El Cubridor del Grado, la descripción de lãs Cámaras, etc. Semejante referencia Bibliográfica en la práctica de un Grado 8º dentro del Rito Moderno la vemos en Enciclopedia Masónica de la Editorial Kier, de México, en la página 808: En la parte superior de la página: “RITO FRANCÉS O MODERNO” y después, en la inferior: “8º Y ÚLTIMO DEL RITO FRANCES” ”KADOSH PERFECTO INICIADO” “GRADO FILOSÓFICO”, siguiendo con los datos sobre el grado y su Cubridor. “Vemos que el Supremo Conselho do Rito Moderno, aún pudiendo hacerlo legítimamente, no invento cosa alguna, basándose en usos debidamente documentados en la historia y práctica de nuestro Rito. Tan solo se modificó el término Kadosh (sin c) para Kadosh-Filosófico - Caballero del Águila Blanca y Negra- Inspectores del Rito - para el Grado 8, asentados en los Grandes Consejos Estatales. Por último, considerando la necesidad administrativa del Poder Central en la federación, se instituyó el Grado 9 Caballero de la Sabiduría- Gran Inspector del Rito del que hay indicios que hubo un tiempo en el que en Portugal llegó a funcionar, para los Grandes Inspectores del Rito, agrupados en el Supremo Conselho do Rito Moderno, que tiene carácter nacional.
Pocos autores pueden transmitir la excelencia de sus
estudios, reflexiones e investigaciones en un campo del saber, arte o
conocimiento. Patrick Négrier se supera a sí mismo en esta ingente obra que
resulta una continuación lógica de su anterior libro masónico L'Essence de
la Franc-maçonnerie à travers ses textes fondateurs 1356-1751.
En el plano personal, este amigo, filósofo y masonólogo referencial, siempre me ha cautivado por su generosidad en la transmisión de sus conocimientos, su accesibilidad y humanismo sin par, en equilibrio justo entre prédica y práctica de su cualidad masónica para conmigo. Colecciono como material de estudio las innumerables consultas epistolares que, cual “Clases Magistrales”, me han dado luces de espléndido fulgor desde la fuente y el origen de la Orden, hasta su desarrollo y objeto de su práctica.
De una manera también generosa, documentada, reflexiva y
amplia, Patrick Négrier aborda en su último libro La Pensée Maçonnique 1370 –1884 (Éditions NUMÉRILIVRE) el pensamiento masónico desde los Antiguos Deberes
cuya historia podemos iniciarla en la Logia de York de las que conservamos las “Ordenanzas
de la catedral de York” que datan de 1370, hasta la masonería moderna aparecida
poco antes del 1630 y donde el Mason Word escocés será trascendental a tal
efecto, dado que se inserirá con la creación de la Gran Logia de Londres y fluirá
evolutivamente, llevándonos Patrick Négrier hasta el paralelismo de la
Declaración de Principios del Gran Oriente de Francia de 1884 en una brillante
comparativa en defensa de la laicidad y el librepensamiento.
El autor, en este amplio recorrido, disecciona magistralmente aspectos filosóficos, religiosos, rituales, históricos y sociológicos, así como simbólicos, en una catarata de valores pedagógicos que me han dejado ciertamente impresionado. El lector encontrará también una extensa referencia bibliográfica utilizada, entre las que me honra emocionadamente que aparezcan dos de mis obras referenciadas: Palabra de Masón y En Oro y Azur (esta última consagrada al Rito Francés o Moderno).
Es de remarcar los capítulos dedicados al análisis biográfico y la visión teológica de un personaje clave en la francmasonería como es James Anderson que contrariamente a lo que se piensa, no es coincidente con el abordaje latitudinario contenido en las Constituciones de 1723 y 1738 que obedecían a un sentir de los miembros próximos a la filosofía deísta y al uso del método geométrico de la que se sustentaba la religión natural práctica permitiendo una tolerancia en la admisión de su membresía fundamentada en la otro-praxis moral. El otro capítulo ciertamente exquisito es el referido a las “virtudes intelectuales y ejercicios espirituales”, donde estos ejercicios espirituales que contienen una tarea simbólica, ética y metafísica, son de tipo práctico y psíquico para que, mediante los mismos, cada uno adquiera una “iluminación” que dé acceso a la revelación natural, que es lo que en definitiva interesa al masón. Estos ejercicios son accesibles a todos sin excepción y requiere simplemente de su práctica e implicación personal en llevarlos a cabo.
En resumen: un libro denso, pero imprescindible, y que se encuentra entre la mejor bibliografía que he leído hasta el día de hoy.
Muchas gracias por tus luces, Patrick.
Cuando revisamos las primigenias divulgaciones y rituales, e incluso compendios posteriores de ya bien entrado el Siglo XVIII, aparece ante nuestros ojos la cita de un lugar sagrado, bendecido y ciertamente misterioso donde se expresa que se halla ubicada la Logia: este lugar es el Valle de Josafat mencionado en los pasajes bíblicos del libro de Joel (Jl 3.2 y 12). Este “valle de bendiciones” e incluso “lugar del juicio de Yahveh, precisa de una precisa técnica hermenéutica que aporte una comprensible relación con la exégesis bíblica que será proyectada en los materiales masónicos primigenios.
A tal efecto, recurro a la sapiencia del masonólogo, filósofo y amigo, Patrick Négrier, expuesta en su ingente obra y a mis conversaciones con él, quien siempre me da la pista a seguir para encontrar respuesta a mis interrogaciones.
Para ello vamos a ubicarnos en el material del Graham y la genealogía del Mot de Maçon de 1726: el Graham es un ritual de la Palabra de Masón pero que contiene algunos materiales de los Antiguos Deberes como lo hacía también el Dumfries nº4 de 1710, si bien mientras el Dumfries yuxtaponía ambas tradiciones rituales haciendo seguir a una versión de los Antiguos Deberes una versión del Mason Word, el Graham hace inserir completamente los elementos del Mot de Maçon en la trama misma de una versión de los Antiguos Deberes, evocando el toque de maestro de los “cinco puntos” y la palabra de Maestro “Marrow in this Bone” (materiales del Mason Word) en el sujeto de Noé (figura de los Antiguos Deberes).
Para explicar la inserción de los materiales del Mason Word en una trama de los Antiguos Deberes, o la aceptación en Logia de personas ajenas al oficio, así como otras especificidades también de gran importancia, deberíamos dedicar un análisis de los Antiguos Deberes contenida en el Graham así como de los materiales intervinientes para explicar tal hecho.
Centrándonos en este ensayo en el cometido de explicar la aparición y la hermenéutica del Valle de Josafat, hablaremos de Betsalé’el, la práctica de la aceptación y el juramento de secreto:
En tiempos de Betsalé’el, el constructor del tabernáculo del Éxodo (Ex. 31, 1-5), los dos hermanos del rey Alboyne (figura tomada de los Antiguos Deberes, pero representando alegóricamente a Moisés) “desearon ser instruidos” por Betsalé’el “en su noble ciencia”. “Él consintió con la condición de que no la revelarían el uno sin el otro para hacer una triple voz –en otro trabajo abordaré este tema y la Regla de Tres-; entonces inauguraron un juramento y les enseñó las partes teórica y práctica de la masonería […] Fue entonces cuando los masones fueron contados entre los reyes y príncipes. Finalmente, cercana la muerte de Betsalé’el deseó ser enterrado en el Valle de Josafat. Se grabó sobre él, conformemente a su mérito –lo que fue cumplido por esos dos príncipes-, y se grabó lo siguiente. “Aquí yace la flor de la masonería superior a muchos otros compañeros, hermano de un rey y de dos príncipes. Aquí yace el corazón que pudo esconder todos los secretos, aquí yace la lengua que jamás los reveló”. Este pasaje del Graham es claro: utiliza la figura de las Constituciones de 1723 sobre Betsale’el (uno de los arquitectos de los tres principales monumentos de la Biblia) para asignarle de una parte la práctica de la aceptación en logia de personas ajenas al oficio de masón (que eran frecuentemente nobles) y por otra parte el juramento de secreto característico del rito de la Palabra de Masón (podemos preguntarnos también de paso si la “flor” en cuestión no hacía referencia al acróstico TULIP (tulipán) cuyas letras eran las iniciales de los “cinco puntos del calvinismo”).
Quiero hacer notar que la práctica de la aceptación no era propia solamente a las logias practicantes del Mot de Maçon: esta se encontraba ya en las logias practicantes de los Antiguos Deberes. Y remarquemos también que el “valle de Josafat” cuyo nombre significa “YHVH juzga”, y que aparece en Joel 4, 2-12 como siendo el lugar del juicio final, se encontraba ya mencionado en el Examen d’un maçon de 1723, probablemente en relación con el juramento de secreto por el cual el masón juraba no revelar nada del rito bajo pena de padecer la pena capital el día del juicio final (compárese con el contenido del juramento de secreto en el Edinburgh de 1696). De hecho, el Graham menciona el “valle de Josaphat” en relación con el hecho que Betsale’el no reveló nada de los secretos de la masonería. Como precisión importante, debemos indicar que en el rito del Mason Word, y esto desde el Edinburgh de 1696, el secreto solamente se refería sobre los elementos del rito y no sobre la pertenencia de sus miembros a la logia, como lo confirma durante la primera mitad del Siglo XVIII la existencia de procesiones públicas de masones donde en el transcurso de las mismas estos desvelaban inevitablemente su pertenencia.