Las Órdenes de Sabiduría del Rito Francés - El Corpus de Grados y la Especificidad de la Quinta Orden

 En enero de 2018, Colette Léger, Miembro del Gran Capítulo General de Francia, y de su Capítulo Nacional de Investigación, así como ex Gran Canciller del Gran Capítulo General de la Gran Logia Mixta de Francia, nos presentaba las investigaciones y arduos trabajos de su autoría en un “fuera de serie” de la colección JOHABEN, Conform édition pieza maestra trascendental, no solo para el Rito Francés o Moderno, sino para toda la masonería Universal derivada del Siglo de las Luces y de donde bebieron los denominados futuros ritos con adjetivo calificativo cuando los mismos no tenían ni nombre ni estructura. El trabajo de Léger, preciso, procedimentalmente impecable, analítico, profundo y contrastado, muestra lo mejor de las técnicas de investigación historiográficas en vigor. Como ya expusimos en una anterior entrada https://racodelallum.blogspot.com.es/2018/01/los-81-grados-del-rito-frances.html dicho proyecto estuvo magistralmente coordinado a través del Grand Chapitre Général du Grand Orient de France, poniendo ante nuestros ojos unos materiales inéditos solamente al acceso de quienes puedan desplazarse a la Biblioteca Nacional de Francia (BnF), y donde también aplaudimos el excelente prefacio de Philippe Guglielmi, Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, Gran Maestro del GODF en el año en el que se reactivaron los Órdenes de Sabiduría en el seno de dicha obediencia. Esta obra cumbre, sería a su vez muy interesante que pudiera ser acompañada de una profunda y analítica lectura del libro “La Franc-Maçonnerie du siècle des Lumières : Le Régulateur du IIIe Millénaire, Rite Français”, también coordinada por el Grand Chapitre Général du Grand Orient de France en 2010, tanto por su contenido conceptual y ritual,así como por las intervenciones preclaras de plumas de primera categoría como Jacques-Georges Plumet, Pierre Mollier, Alain Bauer, Charles Porset, Ludovic Marcos o Roger Dachez.

Ya el 5 de septiembre de 2014, Colette Léger nos hacía un anticipo de lo que la conduciría al resultado final (colosal diría yo) a modo de “Master Class” mostrándonos el estado de algunas de sus investigaciones para esas fechas en “Critica Maçonnica”.

La introducción al blog en cuestión es bien sugerente:

Colette Léger, con una abnegación que solo se ve igualada por la calidad de su investigación, empieza a trabajar desde este instante con copias manuscritas de antiguos rituales "Modernos", Órdenes y grados simbólicos. Ha plantado su tienda de campaña en el fondo masónico de la Grande Bibliothèque de France para estudiar el Rito de los Modernos, que se convertiría en francés. Aquí nos proporciona algunos elementos de sus investigaciones… en Critica Maçonnica, por supuesto…

El Grand Chapitre Géneral de France

El 2 de febrero de 1784, siete capítulos de Rosecruz en París, vinculados a logias del Gran Oriente, se reagrupan para formar el Gran Capítulo General. Estos Capítulos fundadores tienen pos nombres: La Reunión de Amigos Íntimos, Amigos Íntimos, Los Hermanos Unidos de St. Henry, Amistad, Armonía, Salomón y La Trinidad. El Gran Capítulo General se presenta como una federación de Capítulos de altos grados en Francia: "Los siete capítulos soberanos mencionados se han congregado y se congregan solo en el deseo y el plan de formar entre ellos un Gran Capítulo General que reúna a perpetuidad, en Francia, bajo su régimen y bajo su gobierno, todos los Capítulos soberanos que existen ahora y que existirán en el futuro, para reformar la Acefalia que los caracteriza y purgar los abusos”. [1] Este texto ilustra el carácter anárquico del desarrollo de los grados escoceses y la pluralidad de sistemas implementados.

Los 81 miembros fundadores del Gran Capítulo General pertenecen, según el historiador Matthieu Baumier [3], "a una burguesía de profesiones liberales esencialmente, fisonomía familiar en el París masónico de finales del siglo XVIII donde las profesiones de justicia, finanzas y comercio dominan ampliamente ". Llevan las ideas de la Ilustración y practicantes de una forma de deísmo ilustrado, de religión natural, con reconocimiento de un Gran Arquitecto del Universo que no es un Dios revelado. Un cierto número de ellos son oficiales del Gran Oriente, lo que les niega toda voluntad de independencia en relación con esta Obediencia.

El 8 de abril de 1784, la elección de los quince oficiales que constituían el ejecutivo de la estructura llevó a Alexandre-Louis Roettiers de Montaleau a la función de Presidente, bajo la denominación de  Muy Sabio y Gran Mestro. Será reelegido para este puesto el 8 de mayo de 1787. El rol asignado al Gran Capítulo General es el asignado previamente a la Cámara de Grados. Los Estatutos y Reglamentos Generales [4], emitidos el 19 de marzo de 1784, estipulan explícitamente cinco órdenes o grupos de grados:


“El Gran Capítulo general contendrá todo su conocimiento en cinco órdenes.

La 1ª Orden incluirá todos los intermediarios de la maestría al Elegido. El Elegido será el complemento.

La 2ª orden incluirá el escocés, todos los escoceses posible y lo que le sea relativo

La 3ª orden incluirá al Caballero de Oriente, y lo que se le relaciona.

La 4ª orden incluirá el Rosacruz y lo que le sea relativo

La 5ª orden incluirá todos los grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, especialmente los adoptados por las asociaciones masónicas vigentes”.

Las primeras cuatro órdenes se constituyen en "consejos" [5] y están destinadas a llevar a cabo las ceremonias de paso de una orden a otra. Las actas de las reuniones de dichos consejos muestran que no hay presentación de obras simbólicas, excepto los discursos del orador del Consejo. La Vª Orden está compuesta por 27 miembros, que componen la "Oficina de Correspondencia y el Comité del Gran Capítulo General": todos los asuntos relacionados con ésta se envían así a este nivel superior para su preparación y discusión al efecto de dar cuenta de todo ello. Se distinguen dos clases:


"Mientras que el conocimiento proveniente de los diversos sistemas conduce a un trabajo continuo y la iluminación que solo se puede adquirir de forma sucesiva y a fuerza de celo y diligencia, la quinta orden se subdividirá. Su subdivisión será nueve, que será elegida por la asamblea de los miembros que componen dicha 5ª Orden. [...]. Esta subdivisión se referirá esencialmente a la clasificación de cada grado según el orden al que pertenece, así como a todos los conocimientos masónicos de la naturaleza que sean."

El 18 de abril de 1784, los miembros de la Vª Orden fueron elegidos: Roëttiers de Montaleau fue nombrado presidente. Será reelegido para esta cargo el 8 de mayo de 1787. La Vª Orden es una forma de academia de grados "escoceses", cuyo objeto consiste en clasificar los grados existentes y reducir en uno solo los grados de una misma familia. La codificación propuesta para las cuatro órdenes, sin embargo, no excluía la práctica de grados intermedios en ciertos Capítulos.

Las actas de las reuniones del 24 de abril de 1784 al 4 de diciembre de 1787 han sido redescubiertas recientemente por el Gran Oriente de Francia, entre los archivos masónicos restituidos por Rusia. Fueron publicados por Pierre Mollier, Director del servicio de Biblioteca, Archivos, Museo del Gran Oriente de Francia, en la revista Renaissance Traditionnelle [6]. Estas confirman el papel de la asamblea de la Vª Orden como lugar de gestión administrativa del Gran Capítulo General: preparación de decisiones sobre candidaturas, afiliaciones, pasajes de un orden a otro, agregación de Capítulos, finanzas y aprobación de los rituales establecidos para las órdenes. Parece, como escribe Pierre Mollier, que el trabajo de la Vª Orden no se realizaban de acuerdo con un ritual o grado particular (trabajo "abierto" y "cerrado de la manera habitual"). De la misma manera, ninguna ceremonia de iniciación acompañó la elección de esta orden. Se puede concluir de este modo que se trataba de un grado administrativo.

Entre 1784 y 1786, el Gran Capítulo General finalizará el establecimiento de un ritual para cada una de las primeras cuatro órdenes, basándose en el trabajo de la Cámara de Grados: Elegido Secreto, Gran Elegido Escocés, Caballero de Oriente y Soberano príncipe Rosacruz. Estos rituales se imprimirán en 1801 en una colección titulada "Régulateur des Chevaliers Maçons".

Las actas de la Quinta Orden sugieren que el propio Roëttiers de Montaleau escribió los rituales de la primera, segunda y cuarta órdenes. El Gran Capítulo General fue solo un paréntesis de la historia: el 17 de febrero de 1786, el Gran Oriente decidió que se le adjuntara a él. Se notará con diversión el anagrama dado, más que tardíamente al Gran Capítulo General por la Cámara de Grados el 4 de diciembre de 1787: "Granito del Echarpe [7]". ¿Fue para cerrar definitivamente el paréntesis?

Soberano Capítulo Metropolitano

La reunión (o más exactamente la re-unión) del Gran Capítulo General al Gran Oriente sólo se efectuó el 2 de febrero de 1788. Por tanto, se donó a la potencia masónica entonces dominante de un sistema de altos grados estructurados (cinco órdenes) y decenas de capítulos implantados en Francia y sus colonias. Tan pronto fue instalado el "Capítulo Metropolitano", se le otorgaron cartas capitulares con fines de regularidad.

Esta nueva estructura continúa la obra del Gran Capítulo General con el mismo modo de funcionamiento y los mismos nimadores, Roëttiers de Montaleau quedando como Presidente del Capítulo Metropolitano y  devla Quinta Orden hasta su muerte el 30 de enero de 1808. Sin embargo, el Capítulo Metropolitano, comúnmente llamado "Soberano Capítulo Metropolitano" no escapará a la agitación revolucionaria: sus trabajos fueron, en efecto interrumpidos en abril de 1792 y no se reanudaron hasta abril de 1797: "diversas propuestas se han hecho para el bien y la regularidad de los trabajos del Capítulo Metropolitano y restaurarles el lustre y la actividad tan esenciales para el bien de la Orden en general. Estas han sido reenviadas a una comisión”.

La lectura de las actas de las reuniones del Comité de los 27 (ejecutivo de la estructura) revela, sin embargo, profundas dificultades desde el año 1800:

- Problemas financieros debido a un gran retraso en las contribuciones de los miembros del Capítulo Metropolitano; reuniones de los consejos de las cuatro órdenes sin decoración masónica adecuada, llevando al Presidente, llamado Muy Sabio, a proponer "para el bien especial y la gloria del Capítulo Metropolitano, que las sesiones se lleven a cabo en las 4 órdenes con la mayor decencia y como resultado de lo cual sería muy necesario proporcionarle toda la ropa y los ornamentos indispensables para su esplendor ", que las finanzas de la estructura no permitían en ese momento; capítulos de fundación en situación de no herencia de propiedades: "El Muy Sabio ha hablado nuevamente de los capítulos fundadores; y después de haber expresado a la asamblea que la mayor parte de los capítulos, que habían estado durante mucho tiempo sin actividad debido a las circunstancias, destacó la importancia de invitar a los del Oriente de París a acercarse al centro común reuniéndose en el Capítulo Metropolitano para reemplazar a aquellos que por el efecto de las mismas circunstancias ya no forman parte de él. [11]”; práctica de rituales antiguos y no reconocidos desde 1786: "dado que el Gran Oriente había unido sus atribuciones a la Masonería de Altos Grados y había determinado a aquellos a quienes reconocería, varios capítulos de su correspondencia siguieron trabajando siguiendo el viejo rito manteniendo grados que ya no son parte de la masonería francesa, y dando a los Hermanos iniciados en su seno, palabras, signos y toques que ya no se usan en el Gran Oriente "[12]; dificultades para establecer Regulaciones Generales específicas para el Capítulo Metropolitano, que solo serán aprobadas en 1804.

Ese mismo año, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), nacido en Estados Unidos, se estableció en Francia: contrario al Rito practicado por el Capítulo Metropolitano (tres grados simbólicos y cuatro órdenes, cada una de ellas es un grupo sintético de grados), el REAA es analítico: está organizado en 33 grados (los tres grados simbólicos y treinta grados más allá del grado de maestro). Confiere altas grados más allá del grado de Rosacruz, grado terminal del “Rit” (que se llamará unos años más tarde rito francés para ser distinguido del REAA). Con pocas excepciones, el patrimonio masónico utilizado por los dos ritos es el mismo, recogido de los altos grados desarrollados en Francia desde 1740. Fiel a su deseo de controlar la masonería, el Gran Oriente crea dentro de ella el 21 Julio de 1805 un Gran Directorio de Ritos, "compuesto de tantos miembros como habrá de ritos". La respuesta no tardará en llegar: el Rito Escocés retomará su independencia, en términos de administración de los grados superiores al grado 18.

El Soberano Capítulo Metropolitano tuvo que reaccionar para mantener el posicionamiento del “Rit” Antiguo [13]. Para hacer esto, tuvo que designar como jefe supremo de “Rit” el Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, Cambaceres, para reorganizarse y posicionarse en términos de altos grados más allá del de Rosacruz. El primer punto fue adquirido por el Comité Administrativo del 17 de abril de 1807, los otros dos por decisiones tomadas en la reunión general del 20 de diciembre de 1806 [14]


"El Muy Sabio [Roëttiers de Montaleau] ha hecho varias propuestas, todas tendiendo al bien general de este respetable Taller del Capítulo Metropolitano y revivir la actividad de su trabajo por los motivos más adecuados para devolverlo a su primer esplendor. El primer medio que ha `propuesto ha sido deshacerse de toda la acumulación de cuotas, convirtiendo este artículo en un don gratuito ofrecido libremente, y reducir este objeto a cuotas anuales posteriores de 6 francos, a pagar por adelantado. [....]. El Muy Sabio señaló que las circunstancias parecían requerir que el Gran Oriente supiera que el Capítulo profesaba conocimientos masónicos de hasta 81 grados distribuidos en series y contenidos en cinco órdenes y que celoso de ayudar a repeler el abuso para prodigarlos, le invitaba a organizar capítulos superiores que solo otorgaran grados superiores a aquellos bajo el título de Rosacruces, que en una medida limitada "

La nomenclatura de 81 grados del Capítulo Metropolitano se fija así: nueve series de nueve grados clasificadas por familia. El quinto orden ejerce finalmente (pero un poco tarde) el rol que se le ha transferido desde 1784. Esto se registra en sus propios estatutos aprobados en diciembre de 1807, bajo los cuales se estructura en dos clases. El primero consiste en un consejo de nueve miembros, "guardián de los cuadernos masónicos, reglamentos y archivos del Capítulo Metropolitano" y "que posee los más altos grados". Debe entenderse que este consejo tenía por vocación reunir a los poseedores de los grados cúlmenes de los diversos sistemas masónicos del Gran Oriente, y para conferir los grados mencionados. Los cuadernos de los 81 grados se colocan en un arca de dos llaves, establecida en el lugar del Consejo de los IX. No está claro si el plan posterior del Hermano Gastebois [15] para convertir a los IX en una clase de "Iniciados en los profundos misterios" podría haberse realizado. Un ritual de este grado [16] (62º de la nomenclatura) parece confirmarlo, ya que una de sus copias incluye la mención "último grado de la Quinta Orden del Soberano Capítulo Metropolitano". Es interesante notar que este grado fue el último del rito en 33 grados del conde de Clermont con fecha de 1768.

En este ritual, una de las palabras de reconocimiento es "Panapotheon" (que se puede traducir como elevado al más alto nivel). Una segunda clase, conocida como Prosélitos, está compuesta por 27 miembros designados por el Consejo de los IX. Se convoca solo para llevar a cabo recepciones de Prosélitos o para la comunicación de las luces contenidas en las primeras ocho series, la novena está reservada para la clase de los IX. Los rituales de esta última serie pertenecen a la tradición hermética, probablemente incompatibles con el racionalismo enciclopédico de los líderes del Capítulo Metropolitano.

Esta forma de confiscación del conocimiento nos cuestiona. ¿Se juzgó que los prosélitos no tenían el conocimiento suficiente para aprehender estos temas? ¿Era necesario esconder de los ojos del "vulgar" un patrimonio perturbador, salido de la tradición hermética? Una respuesta puede ser dada por la vocación de los miembros del Consejo de los IX para llevar los grados más elevados de los diversos Ritos. Obsérvese también el procedimiento de reclutamiento de prosélitos, que deben haber depositado en el consejo materiales dignos de ser depositados en el arca y respuestas a unas "proponenda" comunicadas de antemano [18]:


2 ° ¿Por qué la bóveda de nuestras logias está decorada con la imagen de la luna, el sol y las estrellas?

 3 ° ¿por qué tomamos el nombre de Francmasones?

 4 º ¿cuál es la alegoría escondida bajo la figura del Triple Triángulo, joya de los oficiales del Gran Oriente?

 5 ° ¿por qué los números 3, 5, 7, 9, 21, 27, 81 son particularmente adoptados en la Masonería? "

El enunciado de estos temas demuestra claramente que su nivel iniciático se limita a los grados simbólicos dentro de los capítulos de principios del siglo XIX. Efectivamente no se desarrolla todavía en los consejos de las cuatro órdenes trabajo simbólico, excepto recepciones. Los pasajes de orden también se llevan a cabo en plazos muy cercanos. La entrada a la clase de los Prosélitos se hace por la recepción en el grado de Caballero del Sol, último grado de la 8ª serie. Pierre Mollier [19] registró 80 cuadernos de este grado copiados en el siglo XVIII y divididos en tres familias. Debido a la multiplicidad de rituales, el autor ve en el Caballero del Sol "un grado con geometría variable: doble enseñanza, permitiendo varios usos del grado de acuerdo con la sensibilidad y el objetivo de quienes lo practican, este grado testifica por su doble contenido, la antigüedad de 2 corrientes marginales del 18 °: FM "filosófica", es decir, deísta y racionalista, y FM hermética, pero que se perpetuará en la FM francesa ".

Este grado refleja la última etapa de iniciación, ya sea por la finalización de la Gran Obra Filosófica en los rituales herméticos: "Para lograr esto, es necesario aplastar a la serpiente de la ignorancia mundana, y extirpar de su corazón hasta las menores raíces del prejuicio y del error para ser admitido en el número de hijos de la verdad ", ya sea por el deseo de “despojar al viejo hombre, sacudir los prejuicios, hijos de error, ver la luz verdadera, y buscar la verdad" en rituales filosóficos. Las notas de Gastebois padre [20] nos iluminan sobre el ritual utilizado para la recepción en la Vª Orden: "otorgar el grado de Caballero del Sol, de acuerdo con el cuaderno del Sublime Elegido de la Verdad". Su análisis permite clasificarlo sin ambigüedad entre los rituales filosóficos.


La Vª Orden estructurada por primera vez a fines de 1807, funciona sin Roëttiers de Montaleau, que murió el 31 de enero de 1808. Las actas de las reuniones del 18 de diciembre de 1807 al 1 de junio de 1813 [21] nos cuentan las obras dedicadas a su mayor parte en la recepción de Caballeros Rosacruces en la clase de Prosélitos. Todavía se mantienen algunos debates "sobre el modo que debe adoptarse para restaurar el “Rit Ancien” [22] el lustre que le pertenece, mediante la compilación de los rangos superiores que posee más allá de S.P.CH.R.C. Confirmando la preocupación de posicionamiento sobre el Rito Escocés.

En cuanto a las actas de las asambleas de IVª Orden del primer semestre de 1814, que muestran un estancamiento del trabajo del Capítulo Metropolitano y una situación de cuasi colapso de la estructura, las rentas no pagadas que la obligan a devolver el local a su propietario el 1 de enero de 1815, con el archivo de los efectos del V ° Orden. Al mismo tiempo, el Gran Oriente de Francia se hará cargo de la administración de todos los altos grados bajo su manto. Un Gran Consistorio de Ritos serán instalados a finales de 1815, que se convertirá en el Gran Colegio de Ritos en 1826. En 1823, el Capítulo Metropolitano renunciará a su título y optará por denominarse Capítulo de las Galias [23], acordándole la Patente del grado 30 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para esa ocasión.

El Vº Orden cesará de este modo toda actividad en la restauración que tendrá lugar en abril de 1814 con el advenimiento de Luis XVIII, antes de ser despertado a finales del siglo XX, pero eso es otra parte de la historia.

Colette Léger

[1] Extrait de la circulaire annonçant la création du Grand Chapitre Général  -Ms BNF FM1 59.
[2] Ms BNF FM1 56 f. 1.

[3] Revue Dix - Huitième Siècle n° 23  (1991) p. 249.
[4] Ms BNF  FM4  144.
[5] Structure d’une loge au delà de la maîtrise.
[6] Revue Renaissance Traditionnelle n° 163/164 de juillet/octobre 2011.
[7]  Procès verbal de la 70ème assemblée  de la Chambre des Grades. Ms BNF  FM1 56 f.142.
[8] Ms BNF  FM1 56 f. 61.
[9] Procès verbal de l’assemblée du 13 avril 1997 du Chapitre Métropolitain  Ms  BNF  FM1 61 f. 2.
1.       Procès verbal de l’assemblée du 2 avril 1800 du Chapitre Métropolitain  Ms BNF  FM1 61 f. 8.
1.       Procès verbal de l’assemblée du 21 juillet 1801 du Chapitre Métropolitain  Ms BNF  FM1 61 f. 17.
1.       Procès verbal de l’assemblée du 26 juin 1802   du Chapitre Métropolitain  Ms BNF  FM1 61 f. 247.
[13] Futur Rite Français.
[14] PV de l’assemblée du 20 décembre 1806  du Chapitre Métropolitain  Ms BNF  FM1 61 f. 38.
[15] Membre du Conseil des IX à compter de 1809.
[16] Ms BNF, FM4  1047N.
[17] Ms BNF  FM1 61.
[18] Procès verbal des réunions du V° ordre du 29 avril 1808 ms BNF  FM1 61.
[19] Mémoire de DEA: Le Chevalier du Soleil : contribution à l’étude d’un haut grade maçonnique en France au XVIIIème siècle  (1992).
[20] Cf. supra.
[21] Ms BNF  FM1  61 ff. 2 à 28.
[22] Rit du XVIIIème siècle, futur Rite Français.
[23] Procès verbal du Suprême Conseil des Rites du Grand Orient du 5 mars 1823  Ms BNF FM1  51 f. 298.

Traducción y recopilación:

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro de Honor del Gran Oriente Tradicional de Bolivia
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze


La grandeza evolutiva de la Vª Orden del Rito Moderno o Francés

Últimamente estamos asistiendo a una especie de redescubrimiento alrededor del Rito Francés o Moderno (ese gran desconocido como en alguna ocasión comenté en alguno de mis trabajos) a pesar de ser el continente fundacional de lo que posteriormente se convertiría en las diversas "manifestaciones" rituales masónicas más o menos desafortunadas en ocasiones.

Sin duda alguna, la proliferación desmesurada y descontrolada de los denominados Altos Grados y sistemas heterodoxos (por lo carentes de coherencia) inducido en ocasiones por aspectos exógenos al objeto en sí de los fines originales de la Orden, la intromisión de modas extravagantes y visionarias, configurando esperpénticos sistemas mesiánicos, mágicos pseudomísticos y demás fauna variada, condujo a la masonería continental francesa, y en concreto desde el entorno del Gran Oriente de Francia, a la creación de un "Gran Capítulo General de Francia" con el fin de poner orden y dar una coherencia uniformada al citado panorama que, en cierto modo, resultaba patéticamente descontrolado.

De vez en cuando, la historia nos proporciona mentes preclaras en diversos ámbitos del arte y del conocimiento. Una de las figuras trascendentales para abordar dicha estructuración fue Roëttiers de Montaleau, quien junto con Graffin, Salivet, Saurine, Millon y otros muchos de dichos 81 miembros fundadores (obsérvese curiosamente el número 81), van a dar forma a las Órdenes de Sabiduría, previamente denominadas Órdenes Superiores, cuya pretensión era y sigue siendo la de agrupar de forma coherente las enseñanzas, reuniendo el conjunto de las corrientes históricas del denominado escocismo, y que ya he desarrollado ampliamente en otros artículos y ensayos.

Así pues, sigue manteniéndose en vigor esa idea fundacional original de 1784 que pretendía sencillamente la confección de una Vª Orden que contiene "todos los Grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, especialmente los adoptados por las asociaciones masónicas vigentes", ardua labor que magistralmente llegó a realizarse de forma progresiva y que, curiosamente, fue olvidada en unos casos, o desconocida en otros, bien por desidia, ignorancia o afán de preponderancia egocéntrica en la mayoría de las ocasiones.

No voy a describir lo ya descrito, ni a descubrir nada novedoso, brillantemente desarrollado en magníficas obras bibliográficas y estudios descomunales que merecerían más de un “Premio Nobel de Masonería” si existiese. Mi propuesta es sencillamente inducir al estudio y al descubrimiento del Rito Francés, ese Rito de los Modernos que Roëttiers de Montaleau denominó en una de las propuestas de reorganización como “Rito Primitivo” afirmando con este adjetivo calificativo la anterioridad del Rito Francés, nombre adoptado para ser diferenciado de otros tantos creados posteriormente e implantados también en Francia. Dejaré para otra ocasión mi modesto análisis sobre el uso grotesco, falso y abusivo que se ha dado a un supuesto “Rito Primitivo” en otros lares, y que bien merecerá de un desarrollo más profundo. 
Ahora volvamos al verdadero concepto, ese Rito Primitivo, Rito Francés, Rito de los Modernos, que compiló tras los tres grados simbólicos toda una auténtica Academia y Conservatorio de Grados masónicos del Siglo de las Luces y distintos conocimientos procedentes de múltiples sistemas rituales.
Esa ambiciosa, pero necesaria Ordenación académica por un lado, y administrativa por otro, sigue viva a día de hoy, y desde su génesis se planteó con visión de futuro (basta ver sus primeros Estatutos y Reglamentos Generales de 19 de marzo de 1784).
Ya no se trata simplemente de una compilación cual “Arca de la Alianza” de los primeros e históricos 81 grados distribuidos en 9 series, sino de dar cabida a los mayores conocimientos masónicos en su seno, incorporando y reuniendo de este modo a los portadores de los grados culminantes de todos los diversos sistemas y Ritos.

Es ahí donde radica el objetivo final de la Vª Orden: reunir lo que está disperso al más alto nivel de la iniciación. Así fue y así sigue siendo en la actualidad, pese a quien le pese.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Miembro de Honor del Grande Oriente Lusitano
Miembro de Honor del Gran Oriente Nacional Colombiano

“Los 81 Grados del Rito Francés"

Aunque el título pueda resultar sorprendente, es necesario revisar nuestra anterior entrada para una precisa comprensión:

En un “fuera de serie” de la colección JOHABEN, Conform édition publica una obra trascendental, no solo para el Rito Francés o Moderno, sino para toda la masonería Universal derivada del Siglo de las Luces y de donde bebieron los denominados futuros ritos con adjetivo calificativo cuando los mismos no tenían ni nombre ni estructura.

En este caso, la obra excelentemente coordinada a través del Grand Chapitre Général du Grand Orient de France, pone ante nuestros ojos unos materiales inéditos solamente al acceso de quienes puedan desplazarse a la Biblioteca Nacional de Francia (BnF).

En esta edición, resulta fascinante y pedagógicamente maravilloso el prefacio de Philippe Guglielmi, Muy Sabio y Perfecto Gran Venerable del Gran Capítulo General del Gran Oriente de Francia, Gran Maestro del GODF en el año en el que se reactivaron los Órdenes de Sabiduría en el seno de dicha obediencia.

Guglielmi, apelando a una pertenencia “Universal” de dicho legado ritual y conceptual, toma un rol ecuménico y brillante exponiendo la tradición masónica y ritual de la cual nos hace partícipes a todos los practicantes del RM o RF, lo cual es de agradecer conceptualmente. En una fulgurante narrativa que va desde la recuperación de los archivos “rusos” después de la Segunda Guerra Mundial, hasta la actualidad, termina poniendo en nuestras manos el legado ritual del Siglo de las Luces, ahora a mano de todo aquel que quiera conocer la “verdad” ritual y su contexto.

Sylvie Bourel, conservadora en la BnF del departamento de Manuscritos modernos y contemporáneos, nos describe el movimiento, tránsito y estadía de este material en tan prestigiosa biblioteca, lugar único donde su conservación ha sido posible.

Finalmente, Colette Léger, Miembro del Gran Capítulo General de Francia, y de su Capítulo Nacional de Investigación, así como ex Gran Canciller del Gran Capítulo General de la Gran Logia Mixta de Francia, elabora un preciso trabajo, procedimentalmente impecable, analítico, profundo y contrastado, aplicando lo mejor de las técnicas de investigación historiográficas en vigor.
El resultado es fabuloso: 28 páginas introductorias de análisis erudito que harán gusto a propios y extraños, sin duda alguna.

La obra en si misma, insisto, nos propone todo el material ritual contenido en el Arca de la V° Orden y su desarrollo desde 1784 hasta el Siglo XIX.

Obra para sibaritas y amantes de la masonería en mayúsculas, pretender en pocas frases describirla sería una vacua pedantería.

Recomendable. Imprescindible.
Esperemos que a partir de esta apertura, podamos crecer, debatir y aumentar el ingente legado que Roëttiers de Montaleau nos propuso ya desde 1784, y que ahora, publicando los Rituales del Capítulo Metropolitano (nombre tomado desde 1789), alcancemos más luz sobre los “Altos Grados” o grados “Escoceses”, que a buen seguro sorprenderá a propios y a extraños.


Chapeau!!!

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
Miembro de Honor del Gran Oriente de Colombia

Sobre la relación entre el Rito del “Mot de Maçon” (Mason Word) y los Rose-croix (Rosacruces)

Vamos a finalizar esta primera saga de trabajos dedicados a conocer de manera introductoria el Mot de maçon, agradeciendo infinítamente las investigaciones, trabajos y reflexiones de mi amigo y Muy Querido Hermano Patrick Négrier, siempre dispuesto a atender nuestras consultas y aportar toda su sabiduría y conocimiento. En sucesivas entradas, publicaremos otros estudios de este prestigioso autor que romperán esquemas y moldes que a día de hoy aún circulan en los ámbitos masónicos de forma indebida.
Los orígenes calvinistas del rito escocés del Mot de Maçon nos invitan en última instancia a reexaminar más cercanamente el hipotético lazo que, según el poeta escocés Henry Adamson (Thrénodie des muses, 1638) y un artículo anónimo de la revista londinense Poor Roin’s intelligence (10 de octubre de 1676), podría haber existido entre este rito calvinista escocés (principalmente compuesto, desde 1628-1637, de la comunicación oral de las palabras Y… y B… acompañado de un apretón de mano con la derecha) y el movimiento luterano alemán denominado Rose-croix (Rosacruz).
Sobre este preciso punto, es a la preciosa documentación reunida por Paul Arnold a la que debemos acudir. Este autor nos recuerda oportunamente dos hechos que alertan nuestra atención: por una parte, el hecho que según una obra de V. Griesmann datada en 1623, Jean-Valentin Andreae, el autor de los tres clásicos rosacrucianos, comunicaba “secretamente a sus hermanos una explicación milagrosamente extraña forjada en su nueva escuela profética, poniendo a la cabeza estas palabras: Iach…, una constante profesión de fe que dará testimonio del verbo viviente en la columna Bo…”; y por otra parte el hecho que en 1620 Jean-Valentín Andreae hizo aparecer una Christiani amoris destra porrecta (Mano derecha tendida del amor cristiano), obra en la cual el autor presentaba el “plan de una sociedad cristiana… con el objetivo, no de prescribir a las gentes una regla, sino de suministrar al lector sensato y prudente material para reflexionar más de antemano sobre el tema y hacer un esfuerzo personal”.
P. Arnold precisa también respecto a esta obra: “La Main droite continuó circulando… Incluso en Inglaterra donde John Beal(e) escribiendo a Hartlib lamentará bien pronto que el modelo de una sociedad cristiana y esta curiosa Mano derecha tendida del amor cristiano no se enraizara más profundamente en Inglaterra”.

En efecto es chocante que los dos componentes originales del rito calvinista del Mason Word (Mot de Maçon) (la comunicación oral de las palabras Y.. y B…, y el apretón de la de la mano derecha) elaborado en Kilwinning hacia 1628-1637 haya sido en cierto modo precedidos por sus equivalentes en el medio rosacruciano: la comunicación de las palabras Y… y B… por el luterano alemán J. V. Andreae hacia 1623, y la evocación por este último, en 1620, de la “mano derecha” (rito simbólico de comunión fraternal prestado de los dos libros de los Macabeos y en Gal. 2,9).

¿Cómo explicar semejante encuentro?
¿Pura coincidencia o bien préstamo cultural tomado por Baillie a Andreae, en efecto transmisión de Andreae (quien experimentaba una simpatía de connivencia por el calvinismo) a Baillie?
El pastor presbiteriano Robert Baillie (probable creador del rito calvinista del Mot de Maçon en Kilwinnig donde tenía entonces ese cargo) ¿habría él mismo creado el rito del Mason Word contentándose con apoyarse en los materiales de la Biblia que, como todos los reformados, conocía muy bien?
O bien, con la finalidad de transmitirlos a los masones de Kilwinning, ¿habría tomado prestados los dos elementos del rito del Mot de Maçon (la comunicación oral de las palabras Y… y B…, y el encaje de la mano derecha) del pastor luterano Andreae y su Main droite de lo que se hablaba en esa época en Inglaterra en la misma época?

Examinemos una tras otra cada una de estas dos hipótesis:

El rito del mason Word fue creado en Kilwinnig por uno o varios calvinistas para así sustituir el rito anglicano de recepción en logia prescrito por los Antiguos Deberes. Este rito calvinista de recepción en logia fue originalmente concebido de una parte como un signo de comunión fraternal (darse la mano derecha), y por otra parte como una doble palabra de paso que permitiera autorizar a los francmasones calvinistas reconocidos como tal a penetrar en la logia (las palabras Y y B convenían especialmente mejor como palabras de paso dado que decoraban las dos columnas encuadrando la puerta del Hekal del Templo de Salomón).
R. Baillie (si en efecto fue él quien creó el Mot de Maçon) pudo perfectamente extraer el
encaje de manos ritual de la mano derecha (I y II de Macabeos, Gal. 2,9) y las palabras Y y B (I Reyes 7,21) de la Biblia sin tener hacerlo de Andreae. Si ese fue el caso, deberíamos entonces concluir que las referencias anteriores de Andreae sobre la “mano derecha” y a las dos palabras Y y B fueron una simple coincidencia sin relación alguna con el uso posterior de los mismos motivos en el caso de los francmasones de Kilwinning a partir de 1628-1637. 

Si, por el contrario, R. Billie sacó estos motivos de Andreae, deberíamos entonces preguntarnos sobre las modalidades de este préstamo cultural:
¿Cómo el pastor presbiteriano de Escocia Baillie habría podido tomar prestado hacia 1628-1637 los dos principales componentes del Mot de Maçon al pastor luterano de Alemania J. V. Adreae?
P. Arnold afirma de Griesmann que era un “polemista deshonesto”, argumento que nos invita a desconfiar del testimonio de Griesmann sobre la comunicación de las palabras Y y B por Andreae. Sin embargo, aunque eso fuera así, la deshonestidad de Griesmann no anula el problema de la evocación de Y y B por Griesmann en 1623, la atribución de esta comunicación a Andreae fue una mentira efectiva. Para saber si Robert Baillie habría tomado sí o no hacia 1628-1637 los dos componentes originales del rito del Mason Word (Mot de Maçon) de Jean-Valentin Andreae o de Griesmann (ya que es en esos términos bien preciso que se plantea la cuestión del eventual origen rosacruciano del rito masónico del Mot de Maçon), habría evidentemente que releer los escritos del pastor presbiteriano de Kilwinning a la luz de las informaciones que Roland Edighoffer nos muestra sobre dos personajes que sobre suelo británico habrían podido servir de enlace entre Baillie y Adreae (o Griesmann): de una parte el hombre que hemos mencionado más arriba, Samuel Hartlib (1595-1662) que se instaló en Inglaterra en 1628 (y hará publicar en 1647 en Cambridge una traducción inglesa de dos escritos de Adreae en ellos la Main droite antes publicada en 1620); y por otra parte un amigo de este mismo Hartlib, el teólogo escocés John Dury (1595-1680) quien pudo encontrase a Baillie sobre el terreno de la teología calvinista.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): las repercusiones de su origen calvinista

Proseguiremos con una penúltima pequeña entrada de aproximación a las investigaciones y trabajos del Historiador Patrick Négrier con el objeto de ir centrando mejor históricamente nuestros orígenes rituales y poder abordar más adelante otros desarrollos de mayor complejidad, pero más asimilables con estos fundamentos.

Es este rito escocés y calvinista del Mason Word el que, transmitido por el pastor escocés y presbiteriano James Anderson a los futuros creadores de la Gran Logia de Londres en diciembre de 1714, resulta ser la fuente de los distintos ritos masónicos de hoy en día practicados en el mundo.

Debido a que en 1717 estos nuevos masones practicaban dicho rito escocés y calvinista del Mot de Maçon que habían recibido en 1714, el inglés y anglicano Christopher Wren, una vez enterado de ello, los echó de "El Ganso y la Parrilla" su lugar de encuentro y reunión londinense.

El origen calvinista del Mot de Maçon generaba un rechazo e irritaba a los masones anglicanos de Inglaterra quienes habían sido recibidos por Anderson desconociendo dicho origen ritual. Esta parece ser la causa del desprecio que sufrió al final de su vida Anderson dado que la mayor parte de miembros de esta Gran Logia, aún siendo de confesión anglicana, se encontraban practicando un rito de origen escocés y además de raíz calvinista.

Esto, sin embargo, ya estaba consumado y era imposible de modificar adoptando, por ejemplo, el rito de los Antiguos Deberes ya que no se encontraba adaptado de ningún modo a los masones especulativos. En esta situación molesta, la Gran Logia solamente tenía una posibilidad: olvidar a toda costa estos orígenes calvinistas del rito practicado del Mason Word.
Esta labor la facilitaría enormemente el eclecticismo masónico de esta obediencia y de su rito revisado y corregido en esa óptica, como bien puede verse analizando la Masonry disseccted de Samuel Prichard (1730)


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Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): El origen Calvinista del Rito

El Mot de Maçon (Mason Word) es indudablemente de origen calvinista.
Si los masones calvinistas de Kilwinning, probablemente aconsejados en esto por su erudito pastor Robert Baille, elaboraron hacia 1628 - 1637 este rito específicamente calvinista de recepción en logia, fue debido a que en esta época rehusaron practicar el antiguo rito anglicano de recepción en logia prescrito por los Antiguos Deberes (en su rechazo del rito anglicano de recepción en logia desplazaron incluso a otra fecha el día de la recepción ritual en logia fijado por los católicos Statuts Schaw en el san Juan de Invierno, o sea al 27 de diciembre).

Por otro lado hay que recalcar el hecho que la logia calvinista de Kilwinning había solicitado y obtenido del católico William Schaw una forma de primacía reconocida por los Statuts Schaw de 1599, primacía relativa que, a la luz del rol de la logia de Kilwinning en la elaboración del rito calvinista del Mot de Maçon, supone ser simplemente la primacía de la logia calvinista de Kilwinnig ante el conjunto de las otras logias calvinistas de Escocia. Es un hecho que la logia de Kilwinning había rechazado co-firmar las cartas masónicas de los católicos Sinclair de 1601 y de 1628. El origen calvinista del Mason Word explica a fin de cuentas porqué en su Thrénodie des muses (1628-1637), Henry Adamson, el poeta de Perth, estableciendo una relación entre el Mot de Maçon detentado por los denominados luteranos de la Rosa-cruz y la previsión de los acontecimientos históricos relativos al rey de Inglaterra Charles I. En efecto, en la época en la que escribió su poema (1628-1637) H. Adamson, Charles I obligaba a los presbiterianos de Escocia a obsevar los cinco artículos de Perth por los cuales desde 1618-1621 el rey Jacques VI (I de Inglaterra) y el Parlamento intentaron anglicanizar por fuerza la via religiosa de los presbiterianos de Escocia.

En 1638 los presbiterianos de escocia se revelaron violentamente contra las tentativas de Charles I para imponer a los escoceses el Libro de plegaria común, reafirmando su autonomía religiosa durante el Convento de la Iglesia presbiteriana de escocia.

Estas logias presbiterianas que hasta entonces habían recibido a sus nuevos miembros por el rito anglicano heredado de los Antiguos Deberes ingleses se plantearon sustituirlo por otro rito específicamente calvinista: el Mason Word que elaboraron a tal efecto para lograr este objetivo.


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Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): Concepto

Para comprender la esencia y origen del Mason Word nos apoyaremos principalmente para hacer este trabajo en las investigaciones del Hermano Patrick Négrier, uno de los mayores especialistas en la materia.

La expresión "Mot de Maçon" (Mason Word) designa, en una pequeña veintena de textos escoceses e ingleses del Siglo XVII y al menos en una docena de textos británicos del siglo XVIII, un rito masónico de recepción que consistía en recibir en logia a un nuevo masón dándole un agarre de mano durante el cual se le comunicaba oralmente el nombre de las dos columnas J y B del Templo de Salomón (I Reyes 7,21). Según la integra obra de Pierre Mereaux sobre las Constituciones de Anderson, es aparentemente con este Rito Escocés del Mot de Maçon que en diciembre de 1714 el Pastor Escocés y Presbiteriano James Anderson recibió como masones aceptados a los futuros creadores de la Gran Logia de Londres.

Este rito escocés del Mot de Maçon estaba destinado a tener a una gran posteridad puesto que terminó con bastante rapidez, en razón a la desaparición progresiva a las antiguas Logias operativas de Inglaterra, por suplantar al antiguo rito operativo y anglicano de recepción en Logia prescrito por los Antiguos deberes medievales (Rito que consistía en recibir un nuevo masón leyéndole los Antiguos deberes, libro sobre el cual el recipiendiario debía jurar que respetaría dichos deberes).

Un examen metódico de las fuentes históricas del Mason Word nos muestra que este rito tuvo sus orígenes calvinistas. Los indicios de los orígenes calvinistas del Rito del Mot de Maçon son de diversos órdenes: geográfico y social, bíblico y ritual.

En próximas entrada analizaremos con mayor profundidad este origen calvinista del Rito así como sus repercusiones.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Sobre el "Mot de Maçon" (Mason Word): Introducción

Con gran tristeza fuimos testigos de la desaparición, ya hace unos años, del Magazine Prismes Hebdo, dirigido por Johan Dreue.
Este interesantísimo espacio nos ofrecía una amplia variedad de trabajos muy serios dedicados a diversos Campos vinculados a la Tradición: Hermetismo, Arquitectura Sagrada, Ciencias Humanas y Filosofía y, como no, un elevado volumen de excelentes trabajos y dossiers firmados por plumas de gran talla como Négrier o Keystone, dedicados muy especialmente a unas investigaciones que desembocaron en obras culminantes masonológicas aquí expuestas en distintas ocasiones.

Esta apasionante site poseía un espacio que bajo el título “Initiations” nos abría un fascinante mundo de informaciones sobre diferentes vías iniciáticas manifestadas en Europa a través de la presentación de diferentes grupos representativos: desde asociaciones de conocimiento o académicas, diferentes ramas francmasónicas, redes de interés ecológico o agrupaciones de iniciativas locales, en definitiva, pretendiendo estar a la altura de todo aquello capaz de “iniciar” hacia la esperanza de que “otro mundo es todavía posible”. Recuerdo una sección biográfica consagrada a Désaguliers abordada con una amplitud, rigor y análisis exquisito. Esta inmensa base de datos, estudios, reflexiones y consideraciones, gozaba de un elevado rigor en su desarrollo expositivo y en sus fuentes analíticas, sobretodo a nivel historicista, tal vez sin duda, debido al rigor y calidad de los autores implicados.
Este espacio (o algunos de sus miembros) galvanizó la iniciativa de un proyecto serio y sobrio sobre la reactivación o renacimiento del “Rito del Mot de Maçon” (Mason Word) con una Asociación que le daba soporte desde diversos ámbitos (histórico, estructural, masonológico, simbólico, etc.) con sede en la occitana y mítica Lunel (localidad cercana a Montpellier con unos bellísimos Templos masónicos, por cierto).

Este Rito de máxima pureza e incontestablemente Rito de los Modernos presenta sus formas rituales primeras oscilando desde el Edimburgo 1696, hasta el Th. Wolson 1751, antes de la transformación de este último en forma de los rituales que sirvieron como estribos lanzadera para los sistemas de altos grados.
El Mot de Maçon, compuesto exclusivamente de tres únicos Grados, donde no ha lugar prolongación ni extensión alguna más allá del tercer Grado, siendo éste el alfa y omega y la realización máxima de la meta masónica, tiene a día de hoy su forma más parecida en el Rito Francés al Régulateur du Maçon (obviamente despojado de toda proyección ulterior en Órdenes de Sabiduría) y con elementos mutados o transgredidos históricamente como los 9 por los 15 de sus orígenes en la leyenda Hirámica.

Tal vez esa sencillez y belleza por lo sobrio, ese amor por conservar su contenido original, esencial y fundamental que devino ecuménico y latitudinario con la formación de la Gran Logia de Londres ha sido su hándicap (ver en este mismo Blog las opiniones de Bésuchet de Saunois sobre el afán y el ansia humana por la proliferación de los Altos Grados). Útil ritual de una asociación perteneciente a un entorno ilustrado, aunque prestado del operativismo, y coexistente con parte de él en principio por necesidad de fundirse y confundirse con este, buscando quizás una legitimidad histórica ficticia y/o camuflada, deseoso de encontrar el envoltorio formal que contuviera la visión universal del deseo humano abierto al espíritu sin renunciar a la ciencia, abriendo puertas, dimensiones y visiones hasta entonces desconocidas, procuró dar luz en la obscuridad de la intolerancia religiosa, tendiendo puentes sin fin hacia horizontes insospechados para el ser humano, más próximo a desentrañar los secretos del Universo y, tal vez, entender el lenguaje de ese Gran Arquitecto para algunos, o para otros, hacerlos cómplices y codescubridores de las causas primeras fenoménicas.


En la actualidad, tenemos referencia que trabaja en Mot de Maçon (Mason Word) la Logia escocesa de Haughfoot, que intenta aplicar formas rituales que datan de la época de su creación en 1702.
La Logia de Investigación "Marqués de Gages" de la Gran Logia Mixta de los Andes Ecuatoriales, lo hace en España con el Wolson 1751.

Próximamente, desde la Academia Internacional de la Vª Orden de la Unión Masónica Universal del Rito Moderno, llevaremos a cabo unas entradas especialmente dedicadas a aspectos específicos del Mason Word.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

Reunir los Grados Escoceses en el Rito Francés o Moderno

En diversas entradas de este espacio hemos explicado, desarrollado y analizado la creación y estructura de los Órdenes de Sabiduría conforme a lo estipulado en los Estatutos y Reglamentos Generales redactados por Roëttiers de Montaleau y Salivet en 1784 a propósito de la creación del Gran Capítulo General de Francia.

Así pues, lo que sería conocido posteriormente como Rito Moderno o Francés, proponía desde dicho Gran Capítulo General una estructura inteligente y racional de ese diverso caos existente en la proliferación de los denominados Altos Grados. Recordemos que en su Artículo 29, estos Estatutos y Reglamentos expresaban claramente que la 5ª Orden de Sabiduría "comprenderá todos los grados físicos y metafísicos de todos los sistemas (ritos), particularmente aquellos adoptados por las asociaciones en vigor".

No debe extrañarnos, pues, que a pesar de la matización semántica que debe hacerse en cuanto al concepto de "Grados Escoceses" y ya abundantemente argumentado tiempo atrás, esta disposición ubica muy bien la Quinta Orden en el espíritu de los codificadores de la época, como Conservatorio de los Rituales de los Altos Grados, así como unificador de lo que está disperso en el más alto nivel de la Iniciación.
Es el espacio cumbre y último de la masonería, siendo así su coronación.
Resume y trasciende todas sus enseñanzas reuniendo el conjunto de las corrientes históricas del Escocismo.

En sus diferentes Arcas constituye una Asamblea de estudio, conservatorio de Tradición masónica así como un laboratorio para el Ser Humano Libre.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, 33°

Bristol: un estudio masónico único

Cuando se me propuso hacer el epílogo sobre este magno estudio ritual, no lo dudé dos veces: se trataba de un trabajo único y llevado a cabo por dos Hermanos de absoluta solvencia masónica e historiográfica: Víctor Guerra y Saúl Apolinaire (ya en el Oriente Eterno).

Me unía además de la amistad, un vínculo de admiración académica y ejemplar actitud,  plasmado concretamente desde el “Círculo de Estudios del Rito Moderno y Francés Roëttiers de Montaleau” del que me siento honrado formar parte, y con quienes llevamos a cabo diversos trabajos pioneros en el ámbito de la masonería iberoamericana.
Este libro, no es uno más de los muchos que, respetuosamente, abundan. Es un Trabajo único hasta el día de hoy, y que aborda estratos que siempre quedan en el limbo bien sea por impotencia o complejidad.
Querría poder expresar en palabras aquello que nace del corazón y del alma, pero estoy convencido que tal labor sería imposible. Es por ello que además de recomendar su lectura imprescindible a todo amante de la Orden, Historiador o Masonólogo, tengo la seguridad de que el lector obtendrá algo que siempre busca: conocimiento (y más Luz para el Francmasón).

Estos 300 años conmemorativos de la fundación de la Francmasonería especulativa vienen repletos de actos, homenajes, agasajos. Providencialmente, estas fechas han querido que dé a luz esta obra única, no sólo en un continente en concreto, sino a nivel mundial, legado para todo masón, académico o simple buscador de la verdad.

Dicho esto, les dejo con un pequeño extracto de mi modesto epílogo:

Aquellos que hemos tenido acceso a este estudio, somos ciertamente afortunados.
Nos encontramos ante una obra para sibaritas, estudiosos, o sencillamente buscadores de esa verdad histórica que por desgracia aparece manipulada y mal mitificada en una y otra orilla de la absurda divergencia conceptual denominada “Regularidad”. En todo caso, “esta joya” quedará como inicial referente ante unas cuestiones no menores.

Saúl Apolinaire, ya en el Oriente Eterno, brillante académico investigador, y amante de una humilde discreción ejemplar, se une al potencial de conocimientos del Hermano Víctor Guerra, referente en el estudio del Rito Moderno, para plantear algo, hasta ahora, inédito.
Francamente ejercer un desarrollo personal de sus análisis y estudios comparativos estaría absolutamente fuera de lugar, máxime compartiendo sus conclusiones finales, y teniendo el honor de compartir membresía con ambos en el Círculo de Estudios del Rito Moderno y Francés “Roëttiers de Montaleau”.

Entrando en materia, sin más dilación, este análisis ritual nos indica a todas luces que es de naturaleza “Antigua”. La pregunta sería: ¿es esta cuestión absolutamente transcendental?
A modo analítico sí, obviamente. No obstante me voy a permitir exponer unas humildes consideraciones que creo, en el fondo, pueden ser vitales, al menos bajo mi prisma.

Debiéramos remontarnos “ab origo” al tremendo desacuerdo “Antiguos versus Modernos”. Hay mil y un estudios al respecto, pero sea como fuere, la actual historiografía nos plasma una misma fuente procedimental: el abandono del Rito de los Antiguos Deberes y la imposición, aunque transmutada, del denominado Rito del Mason Word.
Formalmente eso es así sin discusión. Este libro nos indica sabiamente cómo algunos de los puntos de desacuerdo entre ambos realmente no eran tales. A modo de ejemplo, la Instalación del Maestro de la Logia ya era realizada en sus inicios Modernos (otra cuestión es que no fuera seguida por el resto de su jurisdicción, para lo cual se puso solución). Apuntemos a modo de ilustración, que La Logia de Antigüedad no era otra que la Logia muy antigua (los ingleses dicen en ese caso: «a time immemorial Lodge») que se reunía, en 1717, en la taberna que tenía como letrero «el Ganso y la Parrilla» en el cementerio Saint-Paul. Esta Logia fue una de las cuatro fundadoras, el 21 de junio de 1717, de la Primera Gran Logia de Londres.

En 1761 tomó el nombre de "West India and American Lodge" y en 1770 adoptó el de "Lodge of Antiquity".
Es importante anotar que esta Logia nunca pasó bajo la jurisdicción de los Antiguos y permaneció fiel a la G. L. de 1717, excepto de 1777 al 1787 cuando, teniendo a su cabeza el celebre escritor masónico William Preston, conformó, a consecuencia de una disputa con la Gran Logia, la «Grand Lodge of England South of River Trent», trabajando bajo la autoridad de la Logia «of All England» en York.
En lo que concierne a la ceremonia de Instalación del Maestro de la Logia, "Lodge of Antiquity" afirma comunicar unos secretos particulares en el momento de la instalación del Maestro por lo menos desde el 1726 (B.E. Jones o.c. p. 248) y conceder desde el 1739 un rango privilegiado al Pasado Maestro Inmediato.
Pienso también (y no de forma gratuita) que tanto en la disensión basal de Antiguos y Modernos, como en la Gran Logia de Wigam, donde el Ritual Bristol se llevaba a cabo por algunos, esos disensos eran fruto de ambiciones de poder fruto de una excipiente burguesía y de otros aspectos sociológicos que aquí no desarrollaré por meritar un trabajo externo, más que de aspecto iniciático-formales.

Entendamos que el cambio de usos rituales era frecuente, ya no sólo en Gran Bretaña, sino también a nivel europeo continental. A modo de apunte, la existencia en Francia de los Stuarts dentro de un procedimiento acorde al Rito Moderno es indiscutible. Así el ritual Berté de 1788 nos indica claramente: “los dos Stuarts (Stewards de las logias inglesas), uno colocado al medio de la columna del mediodía, y el otro a la mitad la columna del Norte; llevan en la mano, el primero, un bastón de 6 pies con un sol de oro en la parte superior, el segundo, un bastón similar con una Luna. Estos Hermanos acompañan cuando se rinden honores y ayudan a los vigilantes cuando las columnas son demasiado largas. Podríamos citar múltiples ejemplos puntuales, pero extensos, donde se ejecutaba la multiplicación de Expertos como Oficio, o asimismo, el cambio “formal” en las recepciones, era propio e incluso bien considerado en Orientes como los Países Bajos y aún de uso y buen ver en los orientes belgas. Así, el masón viajero, se enriquecía con esa pluralidad de quehaceres que no vulneraban, en definitiva, los puntos esenciales de la Orden.Yendo más allá, hoy en día apreciamos formas diversas de su Rito Moderno (auque analíticamente sea cuestionable por algunos injertos o deformaciones).

En la ctualidad, ¿qué nos queda?: Una metodología ritual diferencial.

Sin ninguna duda el “Bristol” sigue el concepto de los Antiguos (posteriores en el tiempo a los Modernos calificados despectivamente así por estos últimos).
Sea como fuere, la finalidad ritual debe conducir a una misma meta, objeto último de la práctica masónica.
A nivel formal, el masón y estudioso (redundando, porque no se puede ser masón y no estudioso) simplemente debe observar la estructura simbólica fundamental (sin más aditamentos ni articulaciones argumentales de segunda fila, complicaciones más políticas que iniciáticas):

Tres Grandes Luces:
Sol, Luna y Maestro de la Logia, en Rito Moderno
Escuadra, compás y Libro en los Antiguos

¿Cuál fue la resolución ante esta diferencia? ¿Dónde quedó el espíritu fundacional ecuménico de Désaguliers?
Simplemente, en mi muy humilde opinión fue bufa. Ante la “victoria” de las posiciones “Antiguas”, se denominaron a las primeras Tres Grandes Luces Secundarias. Este “juego de manos” cual trileros, incluso fue utilizado en el Rito Francés por Groussier en sus rituales siendo Gran Maestre, y presionado por muchos miembros de su obediencia que pretendían una cierta recuperación simbólica que fue prácticamente vaciada en el último cuarto del Siglo XIX dejando unos rituales huecos y víctimas de “l’air du temps” político-social imperante. ¡De qué modo más lastimoso se diluyó la regulación del 1786 con el paso del tiempo!  
Es más: las obediencias afines, por aquello del histórico Reconocimiento, ingirieron semejante sumisión y deformación ritual para todo rito Moderno, incluso después de su repudio, y algunas recuperaron plegarias para más “explanación” en aras de conservar su acta de Regulariadad.

Me queda una incógnita irresoluble: ¿Cómo aquellos defensores y portaestandartes del Rito Moderno, desde su estatus de actual Regularidad, aceptan dicho “chantaje”?

Tal vez no sea tan difícil la respuesta: política obediencial.

Finalizo reiterando mi visión de este excelente estudio y agradeciendo que, hoy en día, continúe habiendo masonólogos como Saúl Apollinaire (ya en el Oriente Eterno) y Víctor Guerra, que nos abran puertas de reflexión, análisis y meditación.
Ejemplos a seguir con todo mi reconocimiento y afecto.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9 del Rito Moderno o Francés

Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Supremo Conselho do Rito Moderno – Brasil
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden de la Unión Masónica Universal del Rito Moderno
Vicepresidente del Círculo de estudios del Rito Francés Roëttiers de Montaleau

The Illustrious Role of Haiti in the Freemasonry of the Western Hemispher


Les propongo maravilloso trabajo aparecido en the Hedge Mason Blog cuya autoría es del Hermano académico Eoghan Ballard. Seguro que será de su pleno agrado.

In many ways, the geographical cradle of our history of initiation, the foundations of some of the most important aspects of Freemasonry in the New World is Haiti.


Without question, some of the most important moments in the development of American Freemasonry, (US citizens please note: America is a continent and not a nation) began in Haiti. With that in mind, it is shameful that there has not been a greater response among US Freemasons to the recent natural disasters that have befallen our island neighbors. Masons should be more active in forming a chain of union for Haiti and its people.

Haiti, the Caribbean country so recently devastated by a terrible earthquake has a long history of unattained possibilities and all too material misfortune. It was the scene of important historical events and developments decisive in the evolution of Masonic initiation including being the original site for the introduction of Ecossaisme, the Elus Cohen and Primitive Martinism to the Western Hemisphere.

On December 5, 1492, Christopher Columbus landed on a Caribbean island which he named Hispaniola. The western portion of this island was in 1697, ceded to the French who named the island with the name of Saint Domingue.


In the eighteenth century, Saint Domingue was the most successful French colony due to the export of sugar, cocoa and coffee. The region seemed to evolve with the impetus of new ideas and swiftly took the intellectual and Freemasonic movements further than did those of France.

The desire for freedom flourished in the hearts of the enslaved, and in 1794, Haiti was declared a nation and became the first country to abolish slavery. The Haitians had to struggle until 1804 to assure independence. The Haitian Declaration of Independence was a far more radical and true attempt at freedom than was that of the United States, as it guaranteed freedom to all men and women regardless of color or ethnicity and it totally abolished slavery. The US granted voting rights regardless of race, color or previous condition of servitude to its citizens 66 years after Haiti did and suffrage to women 116 years after Haiti. Without exception, all people on Haitian soil were free. For that, Haiti was a made a pariah state and has suffered until today, to all of our shame.


The Masonic Personalities of the 18th Century in Saint Domingue

Estienne Morin

A French trader, by the name of Estienne Morin, had been involved in high degree Masonry in Bordeaux since 1744 and, in 1747, founded an "Ecossais" lodge (Scots Masters Lodge) in the city of Le Cap Francais, on the north coast of the French colony of Saint-Domingue (now Haiti). Over the next decade, high degree Freemasonry continued to spread to the Western hemisphere as the high degree lodge at Bordeaux warranted or recognized seven Ecossais lodges there. In Paris in the year 1761, a Patent was issued to Estienne Morin, dated 27 August, creating him "Grand Inspector for all parts of the New World." This Patent was signed by officials of the Grand Lodge at Paris and appears to have originally granted him power over the craft lodges only, and not over the high, or "Ecossais", degree lodges. Later attempts to disparage the validity of this Patent calimed, without material evidence that it appeared to have been embellished by Morin, to improve his position over the high degree lodges in the West Indies. The political equivocations of the Bordeaux Lodge provide little to support such claims.


Early writers long believed that a "Rite of Perfection" consisting of 25 degrees, the highest being the "Sublime Prince of the Royal Secret", and being the predecessor of the Scottish Rite, had been formed in Paris by a high degree council calling itself "The Council of Emperors of the East and West". The title "Rite of Perfection" first appeared in the Preface to the "Grand Constitutions of 1786. It is often argued that this Rite of twenty-five degrees was compiled by Estienne Morin and is therefore more properly titled "The Rite of the Royal Secret", or "Morin's Rite". Whether that is to bolster the claims of legitimacy for Charlston is unclear. Regardless, in the person of Morin, Haiti's central role in the advancement of Higher Degree Masonry in the Americas is unquestionable.

Morin again returned to the West Indies in 1762 or 1763, to Saint-Domingue, where, armed with a new Patent, he assumed powers to constitute lodges of all degrees, spreading the high degrees throughout the West Indies and North America. Morin stayed in Saint-Domingue until 1766 when he moved to Jamaica. At Kingston, Jamaica, in 1770, Morin created a "Grand Chapter" of his new Rite (the Grand Council of Jamaica). Morin died in 1771 and was buried in Kingston. On July 21, 1802 the Supreme Council of the French West Indies in Haiti was formed out of the older 1836 Supreme Council of Saint Domingue.

The Caribbean History of Martinez Pasqually

More or less the same time, Jacques de Livron Joachim de la Tour de la Casa Martinez de Pasqually also a Mason from the French city of Grenoble, inherited a property in Saint Domingue and traveled to the place which was within the modern territory of Haiti. He had plans to establish the Chevaliers de l'Ordre de Masons Elus Coens (Order of the Knights Elect Priests of the Universe) which he had previously founded in France. There are still echoes of this Order in the Americas, but despite romantic claims to the contrary, they all appear to derive from the late 19th and early 20th Century based upon the romantic reinventions of Gérard Encausse (Papus) and Robert Ambelain.

Martinez's father Pasqually, was said to have been issued a patent by King Charles Stuart granting him the title of Grand Master and authorizing him to transmit his powers to his firstborn son. This rank and power was transferred to Martinez when he was 28 years old. Martinez subsequently wrote a treatise on the Reintegration of Beings and a commentary on the Pentateuch from the point of view of the philosophy of the High Masonic Degrees.

On September 20, 1774, a little less than two years after his arrival Martinez died in Port-au-Prince. It is said that he named Armand Cagnet Lestère as his successor. However, Armand had little time to devote to the Order and Martinism was silenced. Current claimants to the Martinist banner all derive their origins from the aforementioned 19th and early 20th Century French reinventions.



Martinez Pasqually left students and followers in Europe including the Masons Willermoz and Jean-Baptiste Louis Claude de Saint-Martin. At first they intended to adopt the principles of the Lodge of Saint-Germian-en-Laye and practice the Seven High Degrees. However, internal disputes led Saint-Martin and Willermoz to create independent institutions. Abandoning Enlightenment ideals they sought inspiration from the controversial "speech of the Knight Templar of Ramsay," creating a Senior Corps in Europe. Jean-Baptiste Willermoz founded his own Masonic Lodge, "La Parfait Amitie", which began to conduct studies of alchemy. While the Elus Cohen and Martinism may have ultimately been silenced, Willermoz' efforts, which more truly may be said to have retained the seed of Martinist thought survived through its evolution into what is today called the Rectified Scottish Rite and Swedish Freemasonry.

Out of these origins, according to some authors, the structure of the Scottish Rite has established itself in seven traditional categories:

1) Symbolic Degrees of Apprentice, Fellow and Master;

2) Degree of development of the Universal Symbolic Degrees

3) Degrees based on Enlightenment

4) Jewish and biblical Degrees

5) Templar Degrees

6) Alchemical and Rosicrucian Degrees

7) Administrative and Higher Degrees.

Joseph Cerneau

One more significant player in the History of Freemasonry in the Western Hemisphere emerged from the cradle of Haiti. Although much controversy and a great deal of unjustified slander was leveled at him by that autodidact and self appointed revisionist of Scottish Rite Masonry, Albert Pike, Joseph Cerneau, an unassuming, and apparently quite sincere Freemason and Jeweler from Villeblevin in Central France, became involved in Freemasonry while living in Pre Revolutionary Saint Domingue. At the time of the Haitian Revolution he, like quite a few Frenchmen living in Haiti escaped and went to Cuba. He is remembered for having founded the first Masonic Lodge in Cuba in about 1804 or 1805 before having been deported, as far as can factually be discerned, for the triple crimes of having been French, formerly living in Haiti, and being also a Freemason.

The Spanish authorities at the time lived in terror of the French contagion and Cerneau appeared dangerous to them for these reasons. It seems that their suspicion, if misplaced was not totally unwarranted, as a few years after the innocent Cerneau left for New York, an Afro-Cuban freemason, named Aponte, was caught and executed for attempting to lead a rebellion modeled upon that of Haiti.


Although Cerneau himself did nothing that the "Gentlemen" of Charleston did not themselves do, his form of Scottish Rite, although having much if not more to recommend it, fell victim to the savage attacks of Albert Pike and his southern "Gentlemen" after Cerneau himself had already returned to France, disgusted by the corruption and petty politics of North American Freemasonry in the early 19th Century.

Cerneau did not leave however, until after he has successfully spread his vision of the Higher Degrees to much of the Caribbean and Latin America, having personally granted the 33rd degree to none other than Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco, known to those devoted to short and unimaginative names as Simón Bolívar, the liberator of much of Latin America.

Today, Joseph Cerneau is recognized in most of the Americas as the father not only of Cuban Freemasonry, but of the Scottish Rite, and Freemasonry in general in their part of the globe.

This is but a brief introduction to the interaction of Haiti and Freemasonry, a subject to which we will return again.

Los Claros Landmarks en Masonería

Como recoordatorio al tema de los Landmarks, exponemos una vez más un extracto - resumen de un trabajo sobre derecho masónico elaborado por el Hermano colombiano Rodolfo Mantilla Jácome, Gr:. Or:. Fisc:.de la Gr:. Log:. de los Andes y Director de la revista Solidaridad, que puede encontrarse en la red. Es por su brillantez que lo exponemos en este espacio a modo de análisis y reflexión.

“Introducción previa”
1. Los Landmarks o Antiguos Límites, son los Principios Generales de Derecho Masónico, normas de derecho no escrito, que cumplen una importantísima tarea fundamentadora, interpretativa, integradora y limitadora. Constituyen reglas rectoras, punto de partida y de referencia, cuya observancia permite garantizar la conservación de la esencia masónica siempre y en todos los lugares. Nos estamos refiriendo entonces a aquellas ideas básicas sobre las que se funda la Institución Masónica, que surgen lógica y racionalmente de lo que ha sido, es y será la Orden en su propia naturaleza.
Tienen como características el ser fundamentales, preexistentes, subordinantes, universales e inmutables. Están allí, y allí permanecen sin necesidad de ser enumerados, ni contenidos en un código.

Se trata entonces de entender que al hablar de estos Landmarks, Antiguos Límites o Principios Generales de Derecho Masónico, nos estarnos refiriendo es, a esas categorías intelectuales, éticas, institucionales que nos recuerdan con certeza lo que es y lo que no es la Masonería, sin que pueda haber alguien tan osado y tan pretencioso de codificarlas, afirmando que son esos y nada mas que esos, dándole además dogmáticamente un carácter inmodificable a su enumeración.

2. Los Antiguos Usos y Costumbres, también son normas de derecho no escritas, que sin tener las características de los Landmarks, cumplen una tarea supletoria en el derecho masónico, ante los vacíos de la ley positiva. No pueden oponerse a la ley escrita. Pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia de la Orden. Los Antiguos Usos y Costumbres, que no tienen la connotación de principios generales, sino que deben ser estudiados como practicas reiteradas, que por lo mismo se han convertido en costumbres aceptadas, de carácter supletorio ante la ley masónica y sometidas a un régimen diferente, entre otras razones porque estas no tienen el carácter de esencialidad, e inalterabilidad o inmutabilidad.

La exigencia de la creencia en el G.A.D.U., y la exclusión de la mujer no son reglas esenciales o fundamentales para la Orden Masónica. Resaltemos que en su enunciación, la Gran Logia Unida de Inglaterra las señala en lugar diferente a los Antiguos Limites.
Los tradicionalmente presentados como Landmarks, como la lista de Mackey y otras similares, suelen ser antiguos Usos o Costumbres, pero no Landmarks o Principios Generales de Derecho Masónico, pues no reúnen las características ya anotadas para estos. En ese sentido, la creencia en el G.A.D.U. y la regla de la exclusión de las mujeres, son Antiguos Usos pero no Landmarks. Pueden ser eliminados, sin que se afecte la esencia de la Orden. De hecho, las Logias europeas que ya retiraron estas prohibiciones siguen siendo esencialmente masónicas, siendo el problema, más de relaciones internacionales en lo que respecta al reconocimiento masónico, pero eso es otra cosa sobre la cual tendremos que referirnos en otra oportunidad.

“Claros Landmarks”

La Masonería es una Institución cerrada
El Simbolismo de la Masonería
La Logia, como lugar físico y espiritual de los Masones
La Masonería es defensora de los derechos humanos
Los Masones son seres humanos de buenas costumbres
La Masonería le opone al dogmatismo, el libre examen, el libre pensamiento y la razón
La Masonería es ajena como institución a la práctica religiosa
La masonería es ajena como institución a la práctica política
La masonería es una institución democrática


Joaquim Vilalta, V° Ord.'., Gr.'. 9 y Ultimo del Rito Moderno o Francés
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Moderno y Francés "Roëttiers de Montaleau"
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador, 33°
Supremo Consejo del Rito Antiguo y Aceptado para España

Tradición y Regularidad: puro sentido común

Según nuestros valores y principios fundamentales, la Orden Masónica Universal es Una.
Esta unidad podría llevarse a cabo armoniosamente si las instituciones masónicas de cada nación hicieran el esfuerzo de aliarse ellas mismas en una confederación.
La francmasonería, fragmentada hoy en día en una multitud de asociaciones más atentas a su propio desarrollo que a su propia misión basal que debieran representar, es parecida a un mecanismo que se satisface, incluso se glorifica, de su funcionamiento, sin preocuparse generalmente de producir aquello por lo que fue creada.

Las dos principales corrientes, pretendiendo reivindicar su particular legitimidad masónica, han generado más disensos, atomizaciones que aproximación en un derroche de egos que bien valdría reconsiderar con la simple  aplicación del sentido común y de una verdadera y sentida filantropía.

Su naturaleza, su objeto y acción

Conforme a sus orígenes, su naturaleza ed iniciática y simbólica. En sus Talleres arbitra a todo Ser humano, sin distinción de raza, de condición social, sexo, sistemas políticos o religiosos. En su interior se obra en vista del perfeccionamiento moral y ético de sus miembros, permitiendo un mejor conocimiento de si mismo, de los otros y del universo. En el seno de la humanidad debería representar un ejemplo y un modelo de sabiduría, de fraternidad, de beneficencia, propia a la ley del amor.
Para finalizar esta entrada, donde simplemente se ha pretendido aplicar el más mínimo sentido común, terminaremos citando brevemente unos conceptos trascendentales, pero simples.

Regularidad

Se aplica, sin otra consideración, a la recepción por transmisión ritual de unos contenidos simbólicos en un espacio-tiempo en el cuadro de unos Ritos masónicos codificados e históricamente reconocidos como receptores de un legado positivamente transformador.

Libertad del Francmasón

Esta se circunscribe en el respeto a las obligaciones y compromisos libremente contraídos, que le genera un gustoso deber de amar y respetar las virtudes y combatir los vicios.

Ritos

Todos los trabajos masónicos se efectúan en el cuadro y el respeto de procedimientos ancestrales, en ocasiones. Ninguna eventual adaptación debe alterar la sustancia fundamental del Rito, siendo las instituciones practicantes garantes y curadoras del mismo. Es su responsabilidad.

Joaquim Vilalta, V° Ord.'., Gr.'. 9 y Ultimo del Rito Moderno o Francés
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
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Sobre la iniciación de Robert Moray

Presentamos este interesante apunte del muy querido amigo y Hermano Patrick Négrier, prestigioso historiador de la Francmasonería, siendo uno de los máximos especialistas en la investigación masonológica anterior al 1717 fundacional de la Gran Logia de Londres, así como de su desarrollo y evolución posterior ritual, filosófico y procedimental dentro de la Orden. Estamos convencidos de que este breve trabajo, generará la inquietud de profundizar en la ingente obra de este autor y nos conducirá a aclarar de una vez por todas, determinados aspectos que aparecen mezclados, confusos e inciertos respecto al origen y desarrollo de la francmasonería que ha llegado a nuestros días en sus múltiples y diversas variantes formales, tomando por ciertas algunas falsas informaciones que circulan erróneamente de boca a oído aún a día de hoy, haciendo incluso de las redes sociales una herramienta expansiva a veces poco fiable que precisa de un correcto filtrado en cuanto a la veracidad tanto de fuentes como de contenidos.

El primer rito de la francmasonería fue el rito inglés y católico de los Antiguos Deberes (aparentemente ya en York en 1370; y ciertamente con el Regius de 1390). A partir de la Acta de supremacía de 1534, este rito se transformó en anglicano. En 1599 los segundos Estatutos Schaw demandaron a la logia calvinista presbiteriana de Kilwinning que practicara un arte de memoria ya que ésta no quería ya practicar el rito anglicado de los Antiguos Deberes, por lo que elaboró entre 1628 (fecha probable de la redacción del Lamento de las musas de Henry Adamson donde menciona el Mason Word) y 1637 (fecha del primer testimonio histórico de la aparición del Mason Word) un segundo rito masónico: el rito exclusivamente calvinista presbiteriano denominado rito de la “Palabra de Masón” (Mason Word) que tomará una forma más desarrollada a partir del primer catecismo simbólico: el Edimbourg de 1696, ritual del Mason Word (Mot de Maçon en francés) de la Logia de Canongate, cerca de Edimburgo.

Robert Moray (primer no operativo de quien se tiene constancia documentada de su iniciación, así como primer presidente de la Royal Society) ¿fue recibido en el Rito de los Antiguos Deberes o en el Rito del Mason Word?

El 20 de mayo de 1641 en Newcastle, Inglaterra, la logia masónica escocesa de Edimburgo recibió como masón aceptado a Robert Moray (1). ¿Moray fue recibido en logia masónica en el rito anglicano de los Antiguos Deberes (que era el entonces practicado por ciertas logias escocesas como lo ha demostrado el Profesor David Stevenson) (2) o bien en el rito escocés y calvinista del Mot de Maçon? Dos hechos podrían aparentemente hacernos pensar que Robert Moray fuera recibido en el rito del Mot de Maçon. En primer lugar, él era escocés y colaboró con los escoceses calvinistas presbiterianos (covenantarios); y seguidamente una adición de una tinta diferente en una nota de John Evelyn sobre el Mot de Maçon enuncia que Robert Moray habría hablado del Mot de Maçon a John Evelyn (3). No obstante, tres otros hechos contradictorios con los dos hechos que acabamos de mencionar nos impiden pensar que Robert Moray fuera recibido en logia masónica en el rito del Mot de Maçon. De entrada, en 1641 la logia de Edimburgo no practicaba el rito del Mason Word sino el rito de origen inglés y anglicano de los Antiguos Deberes. En efecto, en 1641, y según la documentación histórica actualmente conocida, solamente dos logias masónicas escocesas practicaban el rito del Mot de Maçon: la logia de Kilwinning y la logia de Perth (4). Por otra parte, la práctica del rito del Mot de Maçon no aparece en la logia de Edimburgo Mary’s Chapel hasta el 1715 (5). Además, Robert Moray presentaba su pentáculo como su “marca de masón”: a casusa de la iconoclastia calvinista los masones calvinistas presbiterianos de Escocia practicantes del rito presbiteriano del Mot de Maçon no poseían marca masónica alguna; a lo sumo podría admitirse que en el siglo XVII solamente los masones escoceses de confesión arminiana o episcopaliana, que practicaban por tanto el rito de los Antiguos Deberes, poseían marcas (6). Finalmente, un último argumento: la marca masónica de Robert Moray representaba un pentáculo, símbolo que en el siglo XVII era totalmente ajeno al rito presbiteriano del Mason Word, el cual en 1641 se ceñía aún, conformemente al principio reformado del “Sola Scriptura”, a unos materiales exclusivamente extraídos de la Biblia y como sucede en Gálatas 2,9 y en I Reyes 7,21: la práctica de la “garra” (agarre de mano) acompañada de la comunicación de las dos palabras de paso B… y J… que eran los nombres de las dos “columnas” del templo de Jerusalén. 
Por estas tres últimas razones de orden histórico y teológico llegamos a la conclusión que Robert Moray no fue recibido en logia en el rito del Mot de Maçon sino en el rito de los Antiguos Deberes como también lo fuera igualmente en el caso de Elias Ashmole en 1646.

Notas
1. David STEVENSON, “Masonry, symbolism and ethics in the life of Sir Robert Moray, FRS” en Proc Soc Antiq Scot, 114, 1984, p. 405-431.
2. En Les Premiers francs-maçons. Les loges écossaises originelles et leurs membres, Editions Ivoire-clair 2000.
3. John EVELYN, British library, Evelyn papers JE C4, p. 24 en Michael HUNTER, The Occult Laboratory: Magic, Science and Second Sight in Late Seventeenth-Century Scotland, 2001, p. 32.
4. Henry ADAMSON, Thrénodie des Muses, 1638 (para la logia de Perth); Contrat de Perth, 1658 (la logia de Perth afirma que había recibido el rito del Mot de maçon de la logia-madre de Kilwinning).
5. Patrick NEGRIER, La Tulip. Histoire du rite du Mot de maçon de 1637 à 1730, Editions Ivoire-clair 2005, p. 64.
6. Hemos demostrado sobre este sujeto en Art royal et régularité dans la tradition de 1723-1730 (Editions Ivoireclair 2009) que lel Libro de las Marcas de la logia de Aberdeen fraudulentamente datado en 1670 era en realidad un fraude enteramente fabricado en todas sus piezas a principios del siglo XVIII por el poco escrupuloso pastor presbiteriano James Anderson; la práctica del rito del Mot de maçon en la logia de Aberdeen solamente está atestiguada a partir de 1699.


Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9 y Último del Rito Moderno o Francés
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro del Círculo de Estudios del Rito Francés "Roëttiers de Montaleau"
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM