Hacia donde debemos avanzar los masones en el Siglo XXI

No hay punto planeta en el que se dé la sensación en que comience a atisbarse una mejoría en las variopintas situaciones devastadoras originadas por múltiples degeneraciones multifactoriales en nuestras sociedades, desgarradas hasta un punto que nunca antes yo había vivido. No hemos tenido, ni siquiera políticamente, la capacidad de unirnos globalmente contra la adversidad. Solo el cambio y la evolución individual, con una implicación real con nuestro contexto más cercano, puede dar lugar a mitigar ese "más de lo mismo" con múltiples caras. En mis reflexiones he recordado los intercambios de pareceres con el magnífico filósofo Patrick Négrier, siempre generoso en dar aquel saber que posee y sobre el cual se halla siempre en permanente cuestionamiento, habida cuenta de que la verdad absoluta es inexistente en este plano terrenal.

En unos no muy lejanos y convulsos tiempos de pandemia, me decía: 

"Querido Joaquim:

La masonería es una buena escuela, pero a veces los masones la practican de manera insuficientemente metódica debido a que a veces no parecen tener en cuenta que hay dos categorías de seres entre ellos y que cada una de estas dos categorías no está llamado a hacer el mismo tipo de trabajo.

Por un lado, hay quienes tienen tiempo libre y educación suficiente para participar en una interpretación metódica y sabia de los símbolos, pero este trabajo moviliza mucha energía, tiempo y dinero.

Y, por otro lado, están aquellos que, teniendo una familia que mantener y un trabajo profesional muy ocupado, realmente no tienen los medios para participar en una exégesis científica y sistemática de los símbolos, y que progresarían más si adivinaran que entre los símbolos masónicos, hay un pequeño número cuya interpretación, fácil, se trata menos de una relación de conocimientos sino en llevar a cabo diversos ejercicios espirituales para practicar, tales como los siguientes:


A)   escribir las impresiones de iniciación (consultar cada momento sus sentimientos e impresiones frente a la vida)
B)   el espejo (autoconocimiento)
C)   el cráneo del gabinete de reflexión (recordando constantemente que moriremos y sacando las consecuencias prácticas)
D)   la letra G, alusión al " Método geométrico ", modelo de racionalidad que en sus “Pensamientos” Pascal llamó" el espíritu de la geometría" (nunca pensar o actuar sin usar la razón)
E)   los cinco sentidos (apegarse exclusivamente a los hechos observados y a los datos de sus experiencias)
F)    el silencio del aprendiz: mantenerse en silencio para escuchar las palabras y los hechos de las personas, así como los eventos de la historia)
G)   el ojo inscrito en el triángulo (permanecer constantemente atento a todo lo que cada día proviene de sí mismo hacia mí afectándome, mirándome, preocupándome y no rechazándolo, censurándolo o negándolo, sino entendiéndolo)
H)   las esferas terrestres y celestiales ("contemplan la totalidad del tiempo y la totalidad de la realidad". ": PLATÓN, República 486 a), y finalmente
 I)   la piedra cúbica con la que el compañero afila sus herramientas (respetando los principios de epistemología, heurística, lógica y dialéctica, que se basa en dos principios: 1. Federar los diversos fenómenos en la forma unitaria de un concepto; 2. Rechazar este concepto en sus diversas especificaciones para evitar sucumbir a la trampa de generalizaciones falsas, indebidas e ilusorias).

Creo que, si ciertos masones practicaran estos ejercicios espirituales propuestos por la francmasonería, rápidamente obtendrían acceso al conocimiento que solo hace posible crecer y derivar de este crecimiento la satisfacción personal que contribuye directamente a la paz social. Solo la verdad y, por lo tanto, el conocimiento puede, debido a sus consecuencias éticas, salvar a la humanidad de todos sus males (mentiras, robos, violencia verbal y física, ya sea privada o pública, incluso a nivel del gobierno de los Estados)".

Como masón que me consagro a la construcción del Templo al Gran Arquitecto del Universo, aún me encuentro lejos de alcanzar mi objetivo, si bien dicha dificultad, más que hacerme decaer, me motiva.

Mi modesta opinión personal, es que para amplificar el propio sentido de la existencia misma de la Orden en esta era moderna, se precisa de una autoevaluación permanente, rigurosa como individuo (que es lo que está solamente en mi campo de acción interno), como colectivo pues nuestra interacción con nuestro entorno es innegable, y de la que también podemos recibir grandes excelencias en cualquier campo del conocimiento y de la acción constructiva. Si no nos empleamos a ello con empeño corremos el riesgo de involucionar o, quien sabe, tal vez de desaparecer. Así, estadísticamente podemos tener la certeza demostrable actualmente de lo siguiente:

a) Existe una falta de formación masónica (en todos sus apartados) en una espantosa cantidad de Cuerpos.

b) Se aprecia el aumento de un exceso de despreciables ignorantes que van a la caza de un poder etéreo y vanidoso, donde de paso algunos buscan influyentes favores sociales, económicos o políticos entre otros.

c) Tenemos una gran falta de literatura masónica de calidad en lengua española.

d) Debemos reforzar nuestras acciones en la implicación y diseño de proyectos para la mejora educativa global, alimentaria, e incluso sanitaria en algunos Orientes.

e) Corremos el peligro de una regresión en nuestra membresía tomando medias estadísticas de los actuales miembros activos.

f) Es preciso dar a conocer los valores de la orden, tanto éticos como morales, sin caer en un inaceptable proselitismo.

g) Necesitamos analizar los procesos y actuaciones a nivel mundial: aunque nuestro pulimiento es completamente individual, pero formamos parte a la vez, como ya he expresado anteriormente, ded una construcción elaborada conjuntamente, como bien se expresa en nuestro Segundi Grado.

h) Estoy plenamente convencido de que superaremos estos inconvenientes, y ello me mueve a permanecer en la Orden: la filantropía y su argamasa, que es el amor mediante el autoperfeccionamiento.

i) Tras sufrir múltiples batacazos, que han sido formas de aprendizaje doloroso en ocasiones, afirmo la existencia de los Buenos compañeros

j) Así pues, como Orden ejemplo de Virtud, somos más necesarios que nunca, y el tomar consciencia de ello nos hace más fuertes, seguros y sabios.

Quedo en Pie y al Orden.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
Gran Canciller para Europa del Gran Oriente Nacional Colombiano
Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
Miembro del Suprême Conseil du 33e Degré pour la France du Rite Ancien et Accepté (Cerneau's Rite)
Pasado Presidente de la Confederación Internacional de Supremos Consejos del Grado 33º del R.·. E.·. A.·. A.·.
Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º para España del Rito Antiguo y Aceptado (Rite de Cerneau)
Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.

Aclaraciones sobre la misteriosa “regla de tres” y la “triple voz”

En las leyendas ulteriores elaboradas alrededor del asesinato de Hiram y el conocimiento de la antigua Palabra de Maestro Jehovah, la triple voz necesita la reunión de tres Grandes Maestros, el rey Salomón, el rey de Tiro e Hiram el arquitecto, ya que solamente tres personas en el mundo la conocían, y solamente podía ser comunicada si estos tres lo hacían conjuntamente.
El “Régulateur du Maçon” nos hace un apunte velado sobre el poder de este ternario cuando el Venerable expresa a los Vigilantes que ellos nada pueden hacer sin él, pero que entre los tres todo lo pueden.

En el caso donde la leyenda masónica afirma que la Palabra está Perdida a la muerte del arquitecto Hiram, puesto que la triple voz no puede ya llevarse a la práctica, una palabra de substitución fue dada a quienes encontraron el cadáver y levantaron el cuerpo.
Esta manera de ser tres para componer la triple voz se denomina igualmente la «regla de tres» y se refiere siempre a la forma de reencontrar la Palabra perdida para convertirse en Maestro Masón.

Citemos extractos de algunos ejemplos :

MANUSCRITO GRAHAM (1726)

“Entonces, después de su muerte (de Betsaléel) los habitantes de ese país creyeron que los secretos de la masonería fueron completamente perdidos porque no se escuchó hablar más de ellos, puesto que nadie conocía esos secretos, a parte de esos dos príncipes, que se habían comprometido por su juramento de no revelarlos sin ningún otro para formar una triple voz”.

LA MASONERÍA DISECCIONADA de Samuel Prichard, 1730)

P. – ¿Cómo fuisteis aprobado Maestro?
R. – [Pasando] De la Escuadra al Compás.
Ex. – Presumo que habéis sido un Aprendiz Aceptado.
R. – He visto Jakin y Boaz;
Fui hecho un Maestro Masón [eso es lo] más raro,
Con [el] Diamante, [el] Sillar y la Escuadra.
Ex. –Si pretendéis ser un Maestro Masón,
Exactamente habéis de comprender la Regla de Tres.
Y *M. B. os hará libre: * Macbenah.
Y [todo] aquello que deseéis en Masonería,
En esta Logia os será mostrado


Mucho se ha elucubrado sobre este misterioso, o cuanto menos difuso, concepto de la “regla de tres” y de la “triple voz” que se ha interpretado de formas variopintas e incluso fantasiosas, cayendo en elucubraciones más que dudosas.

Dentro del contexto histórico, cultural y religioso en el que se conforman estos rituales y divulgaciones de la época, mi punto de vista personal coincide por su solidez, simplicidad y coherencia al expuesto en distintos ensayos, como los de Patrick Négrier, donde, a pesar de una serie de opiniones que pretende hacer referencia a la Santísima Trinidad (incluso viéndose asociada a elementos simbólicos que se proyectarán también posteriormente como en el eneágono y el triple triángulo en la masonería Escocista en años posteriores) la « regla de tres » que juega un rol eminente en el Graham de 1726 no se refiere en absoluto a la Trinidad (que no es ninguna regla), sino a Gálatas 2,9 y aún además a Mateo 18,20 que habían proporcionado las primicias del reglamento eclesiástico según el cual no se podía ordenar a nadie como ministro del culto a menos que fuera llevado a cabo por tres ministros, reglamento eclesiástico adaptado por los autores del Graham en la esfera masónica.

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
Gran Orador del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
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Gran Comendador del Soberano Gran Consejo de los Príncipes del Real Secreto de España, Rito de Perfección.
Entre las enriquecedoras conversaciones e intercambios epistolares que mantengo con el muy Querido Hermano, amigo y masonólogo, Patrick Négrier, hoy voy a acercar a este espacio una reflexión sobre el juramento masónico.


Patrick Négrier, como siempre haciendo gala de una erudición y conocimiento extraordinarios, combina esas cualidades con la de la humildad de quien comparte con el prójimo por amor a la verdad en sí misma. Un regreso al método de la recepción del conocimiento mediante el estudio, el análisis, la reflexión vivencial, dejando al margen la vileza profana, la incapacidad de argumentar el disenso. Es regresar al intercambio mediante el debate inteligente sobre bases sólidas, contrastadas y libres de cualquier tipo de subyugación. Este es el estado en el que muy pocos masonólogos se hallan, pues sí son verdaderamente libres, y cada paso que dan en el avance de sus pesquisas, reflexiones e investigaciones, valen su peso en oro. Un estado de consciencia y actitud que está a años luz, por desgracia de una inmensa mayoría de francmasones de joya de latón y mandil de lentejuelas.
Su amistad me honra, y le quedo eternamente agradecido por lo mucho que de sus guías y enseñanzas he conseguido en gran medida saciar mi sed del conocimiento y me ha permitido ver más luz a pesar de estar rodeado de tinieblas de todo tipo. Gracias Patrick por estar siempre ahí.
Creo que es el momento en el que hay que precisar con la máxima precisión el elemento formal ritual, filosófico e incluso hermenéutico del contenido de nuestros actuales Rituales para ser coherentes, y así evitar confusiones atroces. Una vez más debemos esforzarnos por saber de dónde venimos, como mutamos, como evolucionamos y a donde vamos con las actuales estructuras rituales y sus corpus doctrinales. Por eso que el tema del juramento, no es un tema menor, y solo comprendiendo su precisa aparición contextuada adecuadamente, podremos llegar a entender el de compromiso en diferentes conceptos de la masonería del Siglo XVIII.

Joaquim Villalta, Vº Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden de la Unión Masónica Universal del Rito Moderno


El Juramento Masónico (de mis conversaciones con Patrick Négrier)

“Sí, querido Joaquim, tienes razón, como lo he demostrado en mis libros, los autores británicos de los Antiguos Deberes católicos y luego anglicanos (a partir de la mitad del siglo XVI) habían concebido y elaborado sus Deberes de acuerdo con el modelo proporcionado por la "Regla de los monjes" de Benito de Nursia.

Así es como en los Deberes podemos ver:

1. La plegaria de entrada a la Trinidad se inspiró en el "Prólogo" de Benito que es una oración;

2. la historia alegórica y legendaria del Oficio se inspiró en el capítulo I de Benito sobre la historia del monacato que había visto la aparición de varios tipos de monjes;

3. la escala de las artes liberales de la República de Platón que se encuentra en los Antiguos Deberes había sustituido al capítulo VII de Benito sobre la escala de la humildad;

4. la lista de deberes profesionales y morales de los masones que se encuentran en los Antiguos deberes se inspiró en los capítulos IV y LXXII de Benito sobre los instrumentos de las buenas obras;

5. y, finalmente, el juramento de los Masones sobre el "Libro" de los Deberes después de leerlos al recipiendario se inspiraba en el capítulo LVIII de Benito en la forma de recibir a los hermanos en el monasterio por los tres votos de estabilidad, conversión de modales (castidad y pobreza) y obediencia DESPUÉS DE LEER AL JOVEN MONJE LA REGLA DE BENITO (¡y no la Biblia!).

Cuando, en Kilwinning (entre 1599 y 1630, no sabemos exactamente cuándo), los masones calvinistas presbiterianos (¡y no los arminianos!) reformaron el rito al reemplazar los Antiguos deberes con el Mot de Maçon, obviamente rechazaron el modelo benedictino del rito masónico por dos razones: primero porque la "Sola Scriptura" de la Reforma luterana y calvinista les prohibía asentarse en materiales no bíblicos; y luego porque se oponían ferozmente al monacato (los calvinistas escoceses habían destruido los monasterios).

En los Antiguos deberes, la legendaria historia del Oficio era una alegoría de las vicisitudes del arte gótico de las catedrales; dado que los calvinistas presbiterianos se oponían no solo a la arquitectura sagrada sino también al episcopado y, por lo tanto, a las catedrales (los presbiterianos eran democráticos y habían abolido la institución del episcopado considerado de tipo monárquico), rechazando esta historia gótica del Oficio para sustituirla por un material exclusivamente bíblico: el simbolismo del templo de Salomón cuyas dos columnas habían inspirado a Pablo la comparación de los tres apóstoles con las columnas en Gálatas 2,9 (versículo que uno no puede entender sin tener en cuenta todo este capítulo 2).

Como en los Antiguos deberes la escala platónica de las artes liberales no era bíblica, los masones calvinistas la rechazaron. Y dado que el Libro de los Deberes sobre el cual juraron los masones anglicanos no era bíblico, los masones calvinistas lo sustituyeron jurando sobre la Biblia”.

Patrick Négrier


Le modèle de l’échelle de la Sagesse du Vème Ordre du Rite Moderne

Fabrizio Frigerio

Souverain Grand Commandeur du Suprême Conseil du Rite Moderne pour la Suisse

Le modèle de l’échelle de la Sagesse du Vème Ordre du Rite Moderne

Le Chevalier Rose-Croix qui est reçu au Vème Ordre du Rite Moderne doit monter une échelle qui de l’Occident le conduira à l’Orient.

Le Vème Ordre tel qu’établi par Montaleau n’ayant pas eu de rituel fixe, ce rituel a été introduit au Brésil en 1998 par le Suprême Conseil du Rite Moderne[1] avec l’activation des grades 8 et 9 du Vème Ordre, soit :

Le 8ème grade, Chevalier de l’Aigle Blanc et Noir, Inspecteur du Rite ;

Le 9ème grade, Chevalier de la Sagesse, Grand Inspecteur du Rite.

Le 8ème grade du VèmeOrdre se pratique en un Grand Conseil Kadosch philosophique.

Le 9ème grade du Ve Ordre se pratique au sein du Suprême Conseil du Rite Moderne, juridiction nationale dirigeant tous les grades philosophiques.

La correspondance des grades avec ceux su Rite Ecossais Ancien et Accepté est la suivante :

Grade 9                                              33e degré du REAA

Grade 8                                              30e degré du REAA

L’échelle du 8ème grade du Rite Moderne a un seul montant, contrairement à celle du 30e degré du REAA, qu’on monte d’un côté et descend de l’autre. Il s’agit d’une échelle qui permet au Chevalier Rose-Croix d’effectuer un voyage symbolique l’amenant physiquement de l’Occident à l’Orient et spirituellement de l’inconnaissance à la connaissance.

Lorsqu’on cherche à savoir qu’elle est l’origine de ce rituel on se pose tout naturellement la question de la source de la représentation de l’échelle qui le caractérise, qui est une allégorie de la montée de l’initié vers la Sagesse. 

Le renvoi le plus proche est certainement celui de la gravure de Antonio Bettini El monte sancto di Dio, imprimé pour la première fois à Florence en 1477 par Nicolaus Lorenz, qui a très vraisemblablement été la source de la tarsia représentant l’allegorie du Mont de la Sagesse-Félicité dans le dôme de Sienne[2]. 

Sur les échelons de l’échelle on lit, depuis le bas vers le haut, plusieures vertus :

Humilité, Prudence, Tempérance, Fortitude, Justice, Crainte, Piété, Science, Fortitude (une seconde fois), Conseil, Intellect, et pour finir, tout en haut de l’échelle, Sagesse.

Environ à la moitié de la montée, les mots Foi, Espérance et Charité et l’inscription « Tirami doppo te » (attire-moi vers toi) attirent le moine qui monte l’échelle vers le Christ en croix sur la droite de l’échelle.

On peut y voir le modèle de l’échelle de la Sagesse du 8ème grade du VèmeOrdre, Sagesse à laquelle parvient le Chevalier Rose-Croix suivant les vertus de son grade.


[1] José Maria Bonachi Batalla, Une brève histoire du Rite Moderne au Brésil, UMURM.

[2] Marilena Caciorgna, Un libro di marmo. Il pavimento del Duomo di Siena, Livorno, Sillabe éd., 2023, p. 126-127.

 

Sobre la figura de San Juan y las apariciones de diversas interferencias

 A pocos días ya del solsticio de invierno en el hemisferio Norte, directamente vinculado a la columna B del Templo de Salomón como hemos desarrollado en otros artículos, se ha interferido sin ningún tipo de pudor siguiendo múltiples argumentos astronómicos, astrológicos e incluso importados de culturas diversas aduciendo a la Madre Naturaleza, ya no uno, sino dos San Juanes, como figuras imprescindibles dentro de la Orden, sin contar además el aditamento Ramsayano caballeresco, fruto de esa fantasiosa y humorística descendencia de determinada Orden de San Juan, caldo de cultivo para justificar el culto (casi adoración) con lo noble, esa falsa herencia de esos caballeros medievales, fruto de imaginaciones ávidas de nobleza, gallardía, valentía, algo así como receptores de un legado del que no tienen vinculación ninguna.

A esas transmisiones interesadas en acrecentar los egos, se han también adosado elementos exógenos donde la duplicidad de los Santos tampoco se ha librado de ello: dos solsticios, pues dos San Juanes. Así, con fundamentos variopintos y argumentos para todos los gustos, podríamos inserir (como de hecho se ha hecho) auténticas falsedades que incluso rozan lo necio.
Tras esta reflexión quiero centrarme en la belleza de lo real, o sea, de lo que simplemente es, procurando argumentar la figura de San Juan dentro de la Masonería con algo tan apasionante como la razón de ser de este personaje dentro de la historia de la Orden.
Así, volviendo a reflexionar sobre el asunto, Patrick Négrier me recordaba una vez más la elección de la fecha de San Juan de invierno (el Evangelista), y su presencia (y solamente la de un San Juan).

Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional de la Vª Orden - UMURM
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Miembro Honorario del Soberano Grande Capítulo de Cavaleiros Rosa-Cruz de Portugal - Gran Capítulo General del Rito Moderno y Francés de Portugal
Miembro Honorario de la R.·. L.·. Estrela do Norte nº 553 del Grande Oriente Lusitano
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Miembro Honorario del Soberano Supremo Consejo del Grado 33 para el Escocismo de la República del Ecuador
Miembro Honorario del Supremo Consiglio del 33º ed Ultimo Grado del R.S.A.A. per l’Italia e sue Dipendenze
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Sobre las figura de San Juan y las apariciones de diversas interferencias (de mis conversaciones con Patrick Négrier)

En principio, al inicio del Siglo XVII, cuando los masones calvinistas presbiterianos se oponían ferozmente a todo alineamiento sobre el modelo anglicado de los Antiguos Deberes que recibían el día de San Juan de invierno (27 de diciembre), se desmarcaron y recibieron a sus propios aprendices en una fecha distinta (Négrier, "La Tulip", pág. 26, donde cito al Profesor David Stevenson, "Les premiers Francs-Maçons", 2000, pág. 93).

Pero con el paso del tiempo, los practicantes de la "Palabra de Masón" terminaron por volver al uso escocés de la recepción de los aprendices el día del San Juan del 27 de diciembre (ya que si bien el calendario de los santos fue rechazado por los calvinistas, el Apóstol Juan no fue rechazado por estos puesto que sus escritos formaban parte de las escrituras), como así aparece textualmente en el Edimburgo de 1696 que menciona la noción de "Logia de San Juan" término mencionado en otra parte por James Anderson en sus "Constituciones" de 1738.

No obstante, este uso de recibir a los aprendices en Logia el 27 de diciembre, día de San Juan, no fue la regla general. Así, en 1723 el "Examen de un masón" menciona la "Logia de San Esteban" que se celebra el 26 de diciembre. Ahora sabemos que este catecismo, que era el de la Gran Logia de Londres, fue muy probablemente transmitido por el pastor escocés calvinista presbiteriano James Anderson, quien solamente podía haberlo obtenido de su padre que era miembro de la Logia de Aberdeen, la cual practicaba el Mason Word desde al menos 1699 y por lo tanto recibía aparentemente a los aprendices el día de San Esteban el 26 de diciembre, lo que confirma la declaración de David Stevenson mencionada anteriormente.

Patrick Négrier



Le Rite Français est une belle histoire écossaise…

Le Rite Français est une belle histoire écossaise…

Il en va des rites maçonniques comme des espèces vivantes, le temps et les circonstances leurs ont permis de se différencier, à tel point que nous avons aujourd’hui, pratiquement oublié qu’ils ont une seule et même origine.

Et pour nos rites, inutile de remonter le temps jusqu’au carbonifère, l’histoire n’est pas aussi ancienne.

Bien sûr, nous avons coutume d’affirmer dans une envolée identitaire et lapidaire, que ce qui est en haut est comme ce qui est en bas, mais cela ne peut s’adresser qu’aux œuvres de la nature et non à celles de l’homme souvent convaincu de découvrir en permanence le miracle de l’eau tiède.

Ainsi, il est notoire que pour les espèces, le doigt providentiel d’un grand architecte, bien sûr ad libitum, semble avoir joué un rôle important ; mais il serait inexcusable de croire que dans la construction des rites, le doigt de l’homme ne lui a servi qu’a se gratter là où ça le démangeait…

De plus, les frontières artificiellement entretenues entre les différents rites, par d’augustes hiérophantes et néanmoins contractuels devant l’éternité, se voudraient imperméables, les contenus réciproquement incompréhensibles et les adeptes émergeant en permanence d’une animalité autant décriée que le rire, seraient inaptes à la connaissance de rites multiples car trop perturbant pour le frêle esquif que nous portons sur les épaules.

Le tout benoîtement accepté par une cohorte des « aujourd’hui j’ai des plumes, bien plus qu’hier et bien moins que demain » et qui gèrent leur cheminement maçonnique comme une carrière professionnelle, sinon par amour propre.

En mesurant notre ardeur au travail, nous pourrions, peut-être et par faiblesse, accepter l’argument, si des préoccupations de poulailler et de sauvegarde de fond de commerce n’étaient sous jacentes à ces préceptes angéliques.

Alors qu’en est-il ?

A l’étude, la différenciation des pratiques rituelles en maçonnerie, semble presque exclusivement trouver ses origines sinon sa justification dans la mise en place de ce qui est communément appelé aujourd’hui les hauts grades.

Si nous poussons juste un peu la réflexion pour conforter cette thèse, nous pourrions convenir que les trois premiers degrés ne peuvent, malgré quelques différences, justifier la nomenclature ou la dichotomie actuelles et encore moins des impossibilités futures d’assister, à niveaux équivalents, aux cérémonies de réception des différents rites.

D’ailleurs, il n’est jamais venu à l’esprit de quiconque d’interdire à un frère du REAA par exemple, d’assister selon son propre grade bleu à une initiation ou à une élévation à la maîtrise au RFM et pourtant sont-elles strictement identiques ? Autant me direz-vous que le contenu du 18ème du REAA avec le 4ème Ordre du RFM Alors…. Mystère !

Ce qui n’aurait aucun sens dans le bleu, semblerait en prendre dès qu’on franchit la mystérieuse porte des ateliers supérieurs où à bien regarder, je me demande encore ce qui à permis de les nommer ainsi en dehors de toute considération numérique.

Ainsi, telle est la règle on ne peut à niveaux équivalents continuer de faire ce que depuis le premier jour nous avons pris pour habitude de pratique.

A écouter ce concert, hélas trop répandu, cela signifie sûrement que la suite des évènements est impossible à partager car d’essence différente, à moins que d’y appartenir.

Avant de vérifier cette hypothèse convenons ensemble si vous le voulez bien que l’introduction du grade de maître pourrait être à l’origine du désarroi des ouvriers et du désordre intellectuel sur le chantier.

Le grade de maître est considéré par certains historiens, comme le premier des hauts grades. Il semblerait d’après d’autres, que les tout premiers grades post maîtrise étaient en fait une volonté de conforter la maîtrise ou des variantes de la maîtrise, des essais pourrions nous dire.

D’ailleurs, à titre d’anecdote, presque totalement et heureusement oubliée, nous avons échappé à la construction de la tour de Babylone en lieu et place du Temple de Salomon. Je vous laisse deviner les avatars de la suite…Je passe également sur la maçonnerie Noachite, pour éviter le déluge…

On n’a pas été jusqu’à faire tomber Hiram d’un échafaudage, mais presque : ainsi, nous avons frôlé l’accident de travail…

Cette orientation précédente laisse supposer que le troisième grade, dont la légende est commune à tous, est bien la charnière d’un ensemble de développements dont on ne peut dire que tous ceux qui ont été répertoriés, possèdent un contenu sérieux et intéressant.

Nos ancêtres, c’est une évidence, étrangers au métier, dépossédés des règles opératives et de la disparition du concret du chantier, ont largement ouvert la porte non seulement à d’autres sciences dites initiatiques mais aussi et hélas, à leurs propres délires. Il n’y a pas eu des illuminés qu’en Bavière et encore ceux là ne furent pas les pires.

Il suffirait pour s’en convaincre, de lire non seulement ceux tombés dans l’oubli mais également le contenu de certains grades inclus dans des systèmes ayant pignon sur rue.

Ainsi, à partir d’un grade commun encore pétri de l’enseignement des opératifs bien que s’en échappant par l’adjonction du mythe d’Hiram, nous découvrons que les routes des rites s’écartent, même si chacun jure que l’initiation est comme la république : une et indivisible et que son support est universel. A l’instar du Dieu unique que chaque religion dans son dogme, s’approprie de façon exclusive et assaisonne suivant ses propres préférences gustatives.

Mais revenons à notre hypothèse.

Vous m’avez souvent entendu dire depuis quelques années après en avoir étonné quelques uns, irrité d’autres, le béret enfoncé jusqu’aux oreilles, que les hauts grades du Rite Français procèdent du mouvement communément appelé Ecossisme.

Rien dans la lecture et mieux encore dans la pratique ne peut contredire cette évidence si par chance on en possède la connaissance même incomplète.

Tous les systèmes de hauts grades de notre environnement ont les mêmes sources d’inspiration, au delà des touches spécifiques, là aussi tardives et à bien regarder, ces dernières n’en constituent pratiquement jamais une clause d’intérêt majeur ou suffisant.

Dans la continuité de cette réflexion, j’ajoute aujourd’hui, le Rite Français contient dans le développement de ses cinq ordres l’essentiel des rites communément pratiqués, hier comme aujourd’hui, et que nous pourrions résumer à trois remarquables, à savoir : le Rite de Perfection, le Rite en sept grades de la mère loge écossaise de Marseille et enfin le plus tardif, le Rite Ecossais Ancien et Accepté.

En effet, et je passe sur le développement historique que chacun pourra retrouver dans les bonnes bibliothèques, les Ordres du Rite Français ont été codifiés non pour être un système s’ajoutant à d’autres mais pour être la vitrine dans laquelle tous les Francs-Maçons pratiquant dans les différents systèmes en vigueur au XVIII siècle pouvaient se reconnaître et surtout être reçus.

Pour l’anecdote, il n’est pas rare de trouver dans les tableaux de Loge de cette époque des Frères possédant des grades dont le titre signe l’appartenance ou une pratique à des systèmes différents.

Il convenait pour le moins de mettre en place un espace ordonné où tout ce monde pourrait se reconnaître dans une pratique commune.

Mais il ne serait pas honnête de s’en tenir à cette seule approche. Ce serait ignorer que les responsables du Grand Orient de l’époque avait quelques ambitions hégémoniques sur le monde maçonnique en cours d’installation. et que quelques luttes d’influence agitaient déjà les pavés mosaïques, Bref, rien de nouveau ou de pire…

Pour revenir au volet qui paraît le plus intéressant, le règlement du Grand Chapitre Général de France, ancêtre de notre structure actuelle, précise dans son règlement de 1784 (rappelons au passage qu’à cette époque le REAA n’existait pas encore en tant que tel et n’oubliez jamais que la plupart des degrés de l’Ecossisme ont existé avant d’être incorporé dans les structures rituelles actuelles )

« Le G.·.C.·.G.·. renfermera en son sein, autant qu’il sera possible, toutes les connaissances maçonniques.

En conséquences, les grades en partant de ceux qui suivent la maîtrise seront conférés successivement ainsi qu’il va être dit ci- après :

Toutes les formules différentes et multipliées seront classées et rangées suivant le grade dont elles dépendent.

Chaque grade ainsi classé sera connu sous la dénomination d’Ordre. 

Le G.·.C.·.G.·. renfermera toutes ses connaissances dans cinq Ordres.

Le Premier Ordre Elu Secret :

Il comprendra tous les intermédiaires de la maîtrise à l’Elu. L’Elu en sera le complément.

Le Deuxième Ordre Grand Elu Ecossais :

Il comprendra l’Ecossais, tous Ecossais possibles et ce qui est relatif.

Le Troisième Ordre Chevalier d’Orient :

Il comprendra le Chevalier d’Orient et ce qui y a rapport.

Le Quatrième Ordre Souverain Prince Rose-Croix :

Il comprendra le Rose-Croix et ce qui y est relatif.

Le Cinquième Ordre comprendra tous les grades physiques et métaphysiques et tous les systèmes particulièrement ceux adoptés par les associations maçonniques en vigueur. »

Nous voyons bien, par cette définition que l’ensemble du mouvement Ecossais se trouve englobé dans les différents Ordres du Rite Français, Ordres qui ne sont pas à proprement parler des degrés univoques, mais des espaces dans lesquels seront collationnés tout les degrés qui correspondent à un type de grade.

Il convient enfin pour confirmer l’hypothèse de jeter un regard sur le Cinquième Ordre et de comprendre sa définition. Cette réflexion sera brève compte tenu de notre degré.

Pour cela, je vous propose de prendre en considération deux éléments : le premier est historique, le second s’attache aux différentes pratiques connues.

A l’époque, aucun des systèmes actuels n’existait dans sa forme définitive. Il s’agissait donc de faire en sorte que le cinquième Ordre contienne toute forme de degré existant. Ainsi, nous avons eu en mains une description de l’époque du contenu cet ordre contenant plus de quatre-vingt degrés, dont un mémorable, pour la petite histoire, qui s’appelait le bien nommé chevalier de la balance degré que nous pourrions sans conteste réactiver même si à l’époque la connotation argotique n’existait pas…Bref !

Mais plus sérieusement nous pouvons convenir de l’inutilité à rassembler ce que la pratique et le temps ont écarté de nos différents rituels. Et considérer que l’Ecossisme se réduit au maximum à une quarantaine de degrés signifiant toutes classes confondues et en soulignant que certains sont très proches.

Quant aux rituels recensés a son sujet dont certains sont pratiqués, ils apparaissent sensiblement différents et pour la plupart, ils tirent leurs origines de grades de l’Ecossisme dont le Kadosch ou le chevalier du soleil par exemple.

Différentes classes qui semblent avoir exister en son sein. Deux sont immédiatement discernables dans le règlement de l’époque, puisque seule une partie d’entre ses membres étaient ad vitam dans des fonctions précises et cette structure répondait à un numerus clausus, mais c’est une autre histoire.

Pour conclure…

Par la composition et la structure de ses ordres la seule pratique du rite français pourrait en principe permettre une qualification de ses adhérents pour l’ensemble de l’Ecossisme . Il en représente même un aspect moderne.

Il reste cependant à débattre sur le bien fondé et la nécessité de la démultiplication des degrés d’autant que trois enseignements essentiels pourraient représenter l’Ecossisme, et que la considération de l’aspect contemporain de notre démarche pourraient à juste titre nous rappeler au caractère ancestral et unitaire de l’initiation.

Mais nous restons bien d’accord que le sujet de cette planche n’était qu’une matérialisation parmi d’autres, des chemins possibles que cette dernière pouvait emprunter.

Jean-Pierre Duhal, 5ème Ordre, Chevallier de la Sagesse, Grade 9 et dernier du Rite Français des Modernes, Souverain Grand Inspecteur Général, 33º du Rite Écossais Ancien et Accepté. Fondateur du Sublime Conseil “Provence et Fidélité”, Membre Fondateur du Ve Ordre et, Passé Très Sage et Parfait Grand Vénérable de la Chambre d’Administration du Grand Chapitre Général du Grand Orient de France. Membre de l’Académie Internationale du Ve Ordre de l’Union Maçonnique Universelle du Rite Moderne.